Estados Unidos ha robado y oprimido salvajemente a México durante casi 200 años y no tiene ningún derecho en absoluto a darle órdenes
El viernes 27 de enero, se canceló una reunión programada entre Donald
Trump y el presidente de México Enrique Peña Nieto. El mismo día, Trump
tuiteó: “México ya se ha aprovechado de Estados Unidos suficiente
tiempo. Los masivos déficits comerciales y poca ayuda en la frontera
debilísima tienen que cambiar. ¡AHORA!”
Sería difícil hacer que más mentiras quepan en 140 caracteres.
¿¡¿“Frontera debilísima”?!?
En 1846 Estados Unidos invadió a México y robó —sí, robó— el 55 por
ciento de su territorio. El Sudoeste de Estados Unidos, de Texas a
California y al norte a estados como Nevada y Colorado, una vez era
parte de México.
La frontera entre los dos países es una de las zonas más fuertemente
militarizadas en el mundo. Aviones no tripulados y aviones de vigilancia
acechan en el aire; barcos de patrulla rastrean por las aguas del
Pacifico y del golfo de México; decenas de miles de agentes fuertemente
armados de toda variedad concebible “del orden público”, y cientos de
justicieros-vigilantes hormiguean en el terreno y hay varias bases
militares grandes; la propia frontera está hendida de alambre de púa,
alambre de cuchillas y sí, muros.
Todo lo anterior está de un solo lado — el estadounidense. Todo se
dedica a impedir que entren inmigrantes empobrecidos en busca de
trabajo. Los que logran pasar al Norte encuentran un paisaje salpicado
de campos de concentración llamados “centros de detención”, donde
incluso a los niños los someten a un trato que no es otra cosa que la
tortura.
¿¡¿“Masivos déficits comerciales”?!?
Una piedra angular de la riqueza y poderío mundial estadounidense ha
sido su explotación despiadada de México. Durante más de un siglo,
algunos de los pilares más rentables y poderosos de la economía
estadounidense —las grandes regiones agrícolas de California y las ricas
minas del Oeste y Sudoeste— se desarrollaron sobre el lomo de los
mexicanos y sus descendientes. Desde hace décadas, la cruel explotación
de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos ha sido un elemento
central del desarrollo rentable del imperialismo estadounidense. Los
inmigrantes trabajan en industrias esenciales en todos los estados de
Estados Unidos — en los trabajos mal pagados de las fábricas y del
campo, o de taxistas o barrenderos. Todos viven la generalizada y
racista discriminación e insultos en todos los ámbitos de su vida, y
aquellos que no tienen documentos viven al día con el temor de que los
corran debido a su condición migratoria o que caigan en una redada
migratoria.
¿!¿“México ya se ha aprovechado de Estados Unidos”?!?
El capitalismo-imperialismo estadounidense le ha exprimido a México una
riqueza casi ilimitada — de su agricultura rica y variada; de su
producción petrolera; de las maquiladoras que se extienden a lo largo de
la frontera y someten a mujeres jóvenes a una explotación y un abuso
extremos e implacables. Más que nada, ha obligado a millones de personas
a separarse de sus familias, sus amigos, sus comunidades… y a emprender
una travesía desesperada por un terreno difícil, pasando entre
soldados, agentes fronterizos y racistas con la esperanza de conseguir
un trabajo pésimo en el Norte. El imperialismo de forma literal le chupa
el calcio de los huesos a los trabajadores agrícolas: si usted cree que
eso exagera — lea algo sobre los campesinos de Guanajuato.
Ahora Trump toma medidas para aumentar enormemente el número de personas
que serán deportadas, calificando de “criminal” a casi cualquier
persona arrestada por cualquier “ofensa”. Dice que castigará a los
municipios que no cumplan con un mandato federal que los obligaría a
preguntar sobre el estado migratorio de las personas y a entregar toda
la información que tengan a las autoridades migratorias, para que puedan
detener y deportar a las personas. El vocero de Trump dijo: “Vamos a
crear más espacio para la detención de inmigrantes ilegales en la
frontera sur para que sea más fácil y más barato detenerlos y
devolverlos a su país de origen”.
La renegociación de la explotación
En 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) entre Estados Unidos, Canadá y México. Esta semana Trump
tuiteó: “Yo renegociaré el TLCAN. Si no puedo obtener un gran trato, lo
vamos a desechar”. Dice que esa amenaza obligará a “México… a darle un
trato justo y respetuoso a Estados Unidos”.
Otra de las grandes mentiras de Trump es que el TLCAN ha victimado a
Estados Unidos y enriquecido a México. Pero en esta situación, ¿quién es
el que jode y quién es el jodido? Como escribió Laura Carlsen del
Centro de Política Internacional: “El TLCAN dejó una estela de
destrucción por todo México”. Los salarios han desplomado; los precios y
el desempleo han subido. He aquí un ejemplo: más de dos millones de
campesinos mexicanos y sus familias han tenido que abandonar sus tierras
porque la masiva importación de cereales altamente subsidiados de
Estados Unidos ha socavado su capacidad de ganarse el sustento.
El capital estadounidense ha inundado a México, aprovechando la “mano de
obra barata” (o sea, la gente brutalmente explotada) para reducir sus
costos generales de producción y a la vez distorsionar el desarrollo de
la economía general de México. El TLCAN ha abierto a México al saqueo
imperialista aún más absoluto y devastador. Ha contribuido al
empobrecimiento de millones de mexicanos y al enriquecimiento del
imperialismo estadounidense.
Pero eso no basta para un sector fascista de la clase dominante
estadounidense que se ha unido en torno a Trump, que se ha puesto a
imponer una explotación aún más implacable de los inmigrantes en Estados
Unidos y una dominación aún más desenfrenada de México. Trump se
propone someter por completo a México. A verlo: ¿Qué maldito derecho
tiene Trump o Estados Unidos de imponer su voluntad sobre la gente del
mundo y luego insistir: “Más vale que nos traten bien”? ¡Estados Unidos
no tiene ningún derecho de hacerlo!
Trump exige renegociar el TLCAN para que le beneficie aún más a Estados
Unidos y le exprima aún más al pueblo de México. Esta amenaza empeorará
muchísimo las condiciones del pueblo mexicano: más desempleo, más niños
en la pobreza, nuevas alturas de caos en una sociedad que ya se agoniza
por las matanzas y violencia de los cárteles del narco.
Fuente: /revcom.us
No hay comentarios.:
Publicar un comentario