La pandemia más grande del mundo
Jorge Zavaleta Alegre.- Pandemia, es el nombre de un café en la ciudad universitaria de Pittsburgh. También existen en otras partes del mundo, porque a estos lugares concurren jóvenes, quienes, entre música y charlas, comparten el lugar, sabiendo que es una ironía contra los “antídotos” que inventa el mercado para soslayar realidades más complejas y evidentes. Pocos se acuerdan del ébola."Mantengo los dedos permanentemente cruzados para que no nos llegue una gran epidemia como la gripe en los próximos diez años", declaró a la prensa Bill Gates, fundador de la empresa Microsoft.
Conocido como benefactor de programas para la erradicación de enfermedades se muestra preocupado porque actualmente somos un tanto vulnerables a que una infección mortal se propague muy rápidamente.
El riesgo se debe principalmente al uso excesivo de antibióticos que ha generado bacterias resistentes a esos fármacos y, según Gates, se necesita un esfuerzo mundial coordinado para desarrollar nuevos métodos y nuevos fármacos para reducir esa amenaza.
Si el propietario de una de las más grandes empresas de internet, con justa razón, considera que es indispensable destinar recursos para crear un antídoto contra las súper - bacterias, las investigaciones sociales del siglo XXI inciden que la peor bacteria que ya azota el mundo es la corrupción, terrible pandemia que mata a los más pobres del mundo.
Esa pandemia que anuncia Gate, por ejemplo, está ya encarnada en un país sudamericano que se llama Perú, donde el 95 por ciento del Producto Bruto Interno, que debería corresponder a sus 33 millones de habitantes, solo está en manos de un 5 por ciento de la población nacional. En ese territorio sudamericano crece en progresión geométrica, el latrocinio de la caja fiscal, el contrabando, el narcotráfico y los sobrecostos de inversiones. La Justicia no existe. Los presidentes asaltan el fisco con miles de contratos a suma alzada.
Y las grandes mayorías no tienen atención a la salud, ni colegios, ni carreteras. En pleno siglo XXI hay niños que aún se mueren por el frío de las punas y por males estomacales y bronquiales. Se acuerdan de Haití con el terremoto de mediados de los noventa, que destruyó solo la parte donde viven los más pobres. Pues ellos siguen viviendo igual, como si el sismo hubiera sido ayer. En los bancos de Puerto Príncipe, empresarios peruanos de la construcción dejaron depositados las sobreutilidades para evadir impuestos.
Todos los días, la población de América Latina recibe miles de noticias de la generosa Sra. Corrupción. Su Contraloría General alertó este 20 de Febrero, más megaproyectos que comprometen los fondos públicos. Odebrechet es la empresa que encabeza ahora la corrupción. Fujimori, García, Toledo, Humala familias y allegados, son los responsables. Solo Fujimori está entre rejas. Mientras la pandemia continúa. Los sustractores andan libres, los procesos judiciales son lentos, muy lentos.
Volviendo a la propuesta de Gate, los Estados deben destinar fondos para contrarrestar los efectos de la pandemia. Realmente la humanidad necesita esa ayuda pero mucho más en educación, salud y justicia.
Expertos de la salud identifican a India como uno de los principales focos de la creciente resistencia a los antibióticos. Allí, el uso de estos medicamentos es descontrolado, aún en bebés prematuros. Lo real es que también los antídotos contra las pandemias dan lugar a negociados con los laboratorios que los fabrican. Recordemos que entes como la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue muy criticada por su reacción a la epidemia del ébola.
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