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Atentado Manchester: May eleva al máximo la alerta antiterrorista ante el temor a otro atentado “inminente” | Internacional
Pablo Guimón
La primera ministra británica, Theresa May,
ha anunciado que Reino Unido eleva a "crítico", es decir, al máximo, el
nivel de alerta terrorista tras el atentado de Mánchester en el que 22 personas, entre ellas menores de edad, han muerto
y 59 han resultado heridas. La medida, tomada tras la segunda reunión
del día del comité de crisis Cobra del Gobierno británico, supone que
las autoridades del país se preparan para "un atentado inminente". El
nivel de alerta era desde 2014 "severo", el segundo más alto de una
escala de cinco. La última vez que se alcanzó el nivel "crítico" fue en
julio de 2007, tras un incidente terrorista en el aeropuerto de Glasgow
que se produjo un día después de unos atentados con coche bomba
frustrados en el centro de Londres.
El Ejército se desplegará por las calles y sustituirá a la
policía en la vigilancia de posibles objetivos de los terroristas. Los
militares acudirán también a ciertos eventos como conciertos o
encuentros deportivos para mantener la seguridad, según ha informado
May. El ministro de Defensa, Michael Fallon, ha dado el visto bueno a la
puesta en marcha de la Operación Tempora, que prevé que hasta 5.000
soldados colaboren en las labores de seguridad.
El ataque fue perpetrado la pasada noche (22.30, hora local) al término del concierto de la artista estadounidense Ariana Grande, en el pabellón Manchester Arena. Según ha informado el jefe de la Policía de Mánchester, Ian Hopkins, el autor fue Salman Ramadan Abedi que detonó un artefacto explosivo casero improvisado, cargado de metralla, que llevaba probablemente en una mochila. Hopkins ha señalado que Abedi, de 22 años, habría muerto tras accionar la bomba. May ha insistido en que no pueden descartar la posibilidad de que haya más involucrados en el atentado suicida. La policía ha confirmado la detención de un sospechoso de 23 años en Chorlton, en el sur de la ciudad, y que ha cursado otras dos órdenes de detención. Sus identidades no han sido facilitadas.
El Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) ha asumido el ataque, que se produce a menos de tres semanas de las elecciones generales. El comunicado deI ISIS, difundido a través de Nashir, uno de sus medios de propaganda habituales, no implica que el grupo yihadista haya tenido algo que ver. En ocasiones anteriores, la organización ha asumido atentados en los que su participación fue nula.
Por el momento se han difundido en la prensa británica las
identidades de tres víctimas mortales: Saffie Rose Roussos, de tan solo
ocho años; Georgina Callendar, de 18, y John Atkinson, de 28. Los
testigos de la masacre han relatado que entre los restos dejados por la
explosión había tornillos y clavos, lo que apunta a que el explosivo
podría ir cargado de piezas de metal para multiplicar el daño al
estallar. Algunas grabaciones subidas a las Red muestran en este sentido
el impacto de metralla en las extremidades de algunos de los heridos.
De entre los 59 heridos, repartidos anoche en ocho hospitales, hay 18 en
estado crítico y 12 son menores de 16 años.
“De pronto escuchamos una explosión tremenda”, explicaba el martes por la mañana Laura Eames, que acudió con su hija de 11 años, Isabel. Acababan de levantarse para irse. “No tuve claro en el momento que era una bomba. Escuchamos a unos que gritaban ‘¡bomba, al suelo!’, pero no comprendía o no quería comprender. Solo agarré fuerte a Isabel y corrí. Casi le arranco un brazo, todavía lo tiene morado. Todo el mundo se volvió loco, había gritos, chillidos, gente tirando a gente al suelo. Yo acabé con dos adolescentes que habían perdido a sus padres, estaban fuera de sí, las trataba de alejar todo lo que podía. Era realmente difícil salir del recinto”.
Varios asistentes al concierto han subido a sus perfiles de Twitter vídeos en los que se ven los momentos de pánico durante el desalojo del recinto, con capacidad para 21.000 personas. A muchos de los asistentes, la explosión les pilló en su interior.
Elisse Wylde y Bethany Keeling, dos amigas de 19 y 21 años que había venido de Brighouse, en el Yorkshire occidental, escucharon la explosión y de pronto, explicaban, "todo el mundo se puso a correr y a chillar". “Yo me agobié y grité: ‘¡Quieto todo el mundo, es una bomba!”, explica Bethany. “Teníamos mucho miedo, ni siquiera sabíamos cómo reaccionar. A medida que nos acercábamos a la salida empezábamos a ver gente herida, era horrible".
Las calles que llevan al Manchester Arena permanecieron el martes acordonadas por las fuerzas de seguridad, así como la estación de tren Victoria, que colinda con el pabellón. Las calles comerciales del centro, por la mañana, estaban llenas de trabajadores esperando a entrar en los centros comerciales que permanecían cerrados.
Noticias, análisis y fotogalerías del ataque ocurrido en la ciudad británica
El presidente de EE UU condenó el atentado este martes en Belén, donde se ha reunido con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Donald Trump calificó de “perdedores malvados” a los autores, informa Juan Carlos Sanz. “No les llamaré monstruos, porque eso les gustaría”, aseguró el mandatario republicano. “Habrá más (atentados), pero seguirán siendo unos perdedores”. “Nuestras sociedades no pueden tolerar que continúen estas matanzas de jóvenes inocentes”, enfatizó. “Los terroristas y los extremistas, y aquellos que les apoyan, deben ser eliminados de nuestras sociedades y su perversa ideología, erradicada por completo”.
Un portavoz de Ariana Grande, artista norteamericana que actuaba en el Manchester Arena, ha asegurado que "se encuentra bien". La cantante es muy popular entre los adolescentes, por eso había muchos padres esperando en la puerta para recoger a sus hijos, menores de edad.
La explosión se produjo en la salida del recinto, en una zona que conecta con la estación de trenes y al término del concierto, cuando la gente comenzaba a abandonar las instalaciones, como ha indicado el Manchester Arena en un comunicado. Cuatro horas más tarde de la primera explosión, la policía informaba de que iban a proceder a una explosión controlada de lo que pensaban que podía ser una bomba pero resultó tratarse de ropa abandonada.
El secretario de Estado de Seguridad, Ben Wallace, ha llamado a la colaboración ciudadana y pide a quien vea algo sospechoso que llame al teléfono de lucha antiterrorista. Este es el atentado más grave en Reino Unido desde julio de 2005, cuando cuatro atentados suicidas coordinados en el metro y un autobús de Londres provocaron 56 muertos, incluidos los cuatro terroristas, y unos 700 heridos. El último ataque terrorista en el país fue hace apenas dos meses, el pasado 22 de marzo, cuando un hombre atropelló en el centro de Londres a medio centenar de personas y causó la muerte a cinco, antes de caer abatido a tiros por la policía.
El ataque se produce a tres semanas de las elecciones generales que se celebran el 8 de junio. La campaña fue ayer suspendida en señal de luto. Se trata de la segunda campaña electoral nacional consecutiva que debe ser suspendida por un atentado. El 16 de junio del año pasado, apenas diez días antes del referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea, la joven diputada laborista Jo Cox era asesinada tras salir de una reunión con sus votantes. En aquella ocasión, el asesino fue un individuo de ideología neonazi.
Desde su apertura, en 1995, el Manchester Arena ha acogido grandes conciertos. U2, los Rolling Stones, Madonna o Pavarotti han actuado en sus instalaciones. Ariana Grande, según el relato de testigos, acababa de abandonar el escenario cuando se produjo la explosión.
Las circunstancias del ataque recordaron inevitablemente a los perpetrados en noviembre de 2015 en París, donde fallecieron 137 personas, muchas de ellas en el interior de la sala Bataclan, durante un concierto de la banda Eagles of Death Metal. Pero en esta ocasión, el público de Ariana Grande es significativamente más joven que el del grupo de rock estadounidense.
El horrible atentado desató un emocionante despliegue de generosidad y solidaridad por toda la ciudad durante la noche del lunes y el día de ayer. Al igual que sucediera en el ataque al autobús del Borussia Dortmund, el hashtag #RoomForManchester comenzó a moverse en las redes para ofrecer alojamiento a aquellas personas con dificultades para volver a casa tras el cierre de la estación de trenes contigua al estadio. Los taxistas trasladaban gratis a los jóvenes de un lugar a otro, algunos hoteles abrieron sus habitaciones para acogerlos y decenas de vecinos ofrecían sofás para dormir, un té caliente o un teléfono móvil para llamar a casa. Otros repartían, en la mañana del martes, botellines de agua entre los agentes de policía y los trabajadores que habían sido desalojados de las tiendas del centro de la ciudad. A las seis de la tarde los vecinos se reunieron espontáneamente en una vigilia celebrada en una plaza del centro de la ciudad.
A las seis de la tarde, en la céntrica Albert Square, la plaza donde se encuentra el majestuoso ayuntamiento de Manchester, no cabía un alfiler. Miles de personas, muchas de ellas de la edad de los jóvenes asesinados, se han concentrado en una vigilia para rendir homenaje a las víctimas y celebrar la unidad de la ciudad. Han asistido el líder laborista, Jeremy Corbyn, y la ministra del Interior, Amber Rudd. Se ha guardado un minuto de silencio y ha hablado el recién elegido alcalde de la ciudad, el laborista Andy Burnham, así como el jefe de la policía, Ian Hopkins. El poeta local Tony Walsh ha recitado unos versos sobre la historia luchadora de la ciudad que han emocionado a los congregados ha hecho alzar las pancartas que, en manos de personas de todas las religiones, llamaban a la unidad y el amor.
Para los españoles que puedan requerir ayuda o información en Mánchester el número teléfono de emergencia consular es +44 07712 764 151.
El ataque fue perpetrado la pasada noche (22.30, hora local) al término del concierto de la artista estadounidense Ariana Grande, en el pabellón Manchester Arena. Según ha informado el jefe de la Policía de Mánchester, Ian Hopkins, el autor fue Salman Ramadan Abedi que detonó un artefacto explosivo casero improvisado, cargado de metralla, que llevaba probablemente en una mochila. Hopkins ha señalado que Abedi, de 22 años, habría muerto tras accionar la bomba. May ha insistido en que no pueden descartar la posibilidad de que haya más involucrados en el atentado suicida. La policía ha confirmado la detención de un sospechoso de 23 años en Chorlton, en el sur de la ciudad, y que ha cursado otras dos órdenes de detención. Sus identidades no han sido facilitadas.
El Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) ha asumido el ataque, que se produce a menos de tres semanas de las elecciones generales. El comunicado deI ISIS, difundido a través de Nashir, uno de sus medios de propaganda habituales, no implica que el grupo yihadista haya tenido algo que ver. En ocasiones anteriores, la organización ha asumido atentados en los que su participación fue nula.
“De pronto escuchamos una explosión tremenda”, explicaba el martes por la mañana Laura Eames, que acudió con su hija de 11 años, Isabel. Acababan de levantarse para irse. “No tuve claro en el momento que era una bomba. Escuchamos a unos que gritaban ‘¡bomba, al suelo!’, pero no comprendía o no quería comprender. Solo agarré fuerte a Isabel y corrí. Casi le arranco un brazo, todavía lo tiene morado. Todo el mundo se volvió loco, había gritos, chillidos, gente tirando a gente al suelo. Yo acabé con dos adolescentes que habían perdido a sus padres, estaban fuera de sí, las trataba de alejar todo lo que podía. Era realmente difícil salir del recinto”.
Varios asistentes al concierto han subido a sus perfiles de Twitter vídeos en los que se ven los momentos de pánico durante el desalojo del recinto, con capacidad para 21.000 personas. A muchos de los asistentes, la explosión les pilló en su interior.
Elisse Wylde y Bethany Keeling, dos amigas de 19 y 21 años que había venido de Brighouse, en el Yorkshire occidental, escucharon la explosión y de pronto, explicaban, "todo el mundo se puso a correr y a chillar". “Yo me agobié y grité: ‘¡Quieto todo el mundo, es una bomba!”, explica Bethany. “Teníamos mucho miedo, ni siquiera sabíamos cómo reaccionar. A medida que nos acercábamos a la salida empezábamos a ver gente herida, era horrible".
Las calles que llevan al Manchester Arena permanecieron el martes acordonadas por las fuerzas de seguridad, así como la estación de tren Victoria, que colinda con el pabellón. Las calles comerciales del centro, por la mañana, estaban llenas de trabajadores esperando a entrar en los centros comerciales que permanecían cerrados.
Toda la información sobre el atentado
No hay víctimas españolas de momento
El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, no tiene constancia de la existencia de víctimas españolas hasta el momento, aunque no está descartado, y la Embajada española permanece en contacto con las autoridades británicas, según informa Miguel González. Felipe VI ha enviado a Isabel II un telegrama de condolencias por el atentado.El presidente de EE UU condenó el atentado este martes en Belén, donde se ha reunido con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Donald Trump calificó de “perdedores malvados” a los autores, informa Juan Carlos Sanz. “No les llamaré monstruos, porque eso les gustaría”, aseguró el mandatario republicano. “Habrá más (atentados), pero seguirán siendo unos perdedores”. “Nuestras sociedades no pueden tolerar que continúen estas matanzas de jóvenes inocentes”, enfatizó. “Los terroristas y los extremistas, y aquellos que les apoyan, deben ser eliminados de nuestras sociedades y su perversa ideología, erradicada por completo”.
Un portavoz de Ariana Grande, artista norteamericana que actuaba en el Manchester Arena, ha asegurado que "se encuentra bien". La cantante es muy popular entre los adolescentes, por eso había muchos padres esperando en la puerta para recoger a sus hijos, menores de edad.
La explosión se produjo en la salida del recinto, en una zona que conecta con la estación de trenes y al término del concierto, cuando la gente comenzaba a abandonar las instalaciones, como ha indicado el Manchester Arena en un comunicado. Cuatro horas más tarde de la primera explosión, la policía informaba de que iban a proceder a una explosión controlada de lo que pensaban que podía ser una bomba pero resultó tratarse de ropa abandonada.
El secretario de Estado de Seguridad, Ben Wallace, ha llamado a la colaboración ciudadana y pide a quien vea algo sospechoso que llame al teléfono de lucha antiterrorista. Este es el atentado más grave en Reino Unido desde julio de 2005, cuando cuatro atentados suicidas coordinados en el metro y un autobús de Londres provocaron 56 muertos, incluidos los cuatro terroristas, y unos 700 heridos. El último ataque terrorista en el país fue hace apenas dos meses, el pasado 22 de marzo, cuando un hombre atropelló en el centro de Londres a medio centenar de personas y causó la muerte a cinco, antes de caer abatido a tiros por la policía.
El ataque se produce a tres semanas de las elecciones generales que se celebran el 8 de junio. La campaña fue ayer suspendida en señal de luto. Se trata de la segunda campaña electoral nacional consecutiva que debe ser suspendida por un atentado. El 16 de junio del año pasado, apenas diez días antes del referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea, la joven diputada laborista Jo Cox era asesinada tras salir de una reunión con sus votantes. En aquella ocasión, el asesino fue un individuo de ideología neonazi.
Desde su apertura, en 1995, el Manchester Arena ha acogido grandes conciertos. U2, los Rolling Stones, Madonna o Pavarotti han actuado en sus instalaciones. Ariana Grande, según el relato de testigos, acababa de abandonar el escenario cuando se produjo la explosión.
Las circunstancias del ataque recordaron inevitablemente a los perpetrados en noviembre de 2015 en París, donde fallecieron 137 personas, muchas de ellas en el interior de la sala Bataclan, durante un concierto de la banda Eagles of Death Metal. Pero en esta ocasión, el público de Ariana Grande es significativamente más joven que el del grupo de rock estadounidense.
El horrible atentado desató un emocionante despliegue de generosidad y solidaridad por toda la ciudad durante la noche del lunes y el día de ayer. Al igual que sucediera en el ataque al autobús del Borussia Dortmund, el hashtag #RoomForManchester comenzó a moverse en las redes para ofrecer alojamiento a aquellas personas con dificultades para volver a casa tras el cierre de la estación de trenes contigua al estadio. Los taxistas trasladaban gratis a los jóvenes de un lugar a otro, algunos hoteles abrieron sus habitaciones para acogerlos y decenas de vecinos ofrecían sofás para dormir, un té caliente o un teléfono móvil para llamar a casa. Otros repartían, en la mañana del martes, botellines de agua entre los agentes de policía y los trabajadores que habían sido desalojados de las tiendas del centro de la ciudad. A las seis de la tarde los vecinos se reunieron espontáneamente en una vigilia celebrada en una plaza del centro de la ciudad.
A las seis de la tarde, en la céntrica Albert Square, la plaza donde se encuentra el majestuoso ayuntamiento de Manchester, no cabía un alfiler. Miles de personas, muchas de ellas de la edad de los jóvenes asesinados, se han concentrado en una vigilia para rendir homenaje a las víctimas y celebrar la unidad de la ciudad. Han asistido el líder laborista, Jeremy Corbyn, y la ministra del Interior, Amber Rudd. Se ha guardado un minuto de silencio y ha hablado el recién elegido alcalde de la ciudad, el laborista Andy Burnham, así como el jefe de la policía, Ian Hopkins. El poeta local Tony Walsh ha recitado unos versos sobre la historia luchadora de la ciudad que han emocionado a los congregados ha hecho alzar las pancartas que, en manos de personas de todas las religiones, llamaban a la unidad y el amor.
Para los españoles que puedan requerir ayuda o información en Mánchester el número teléfono de emergencia consular es +44 07712 764 151.
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