Desde Berlín
Berlín amanece nublado pero con clima templado, como toda la semana. La ciudad se alista para dos grandes eventos este domingo: la maratón de Berlín (una de las más famosas del mundo)y la carrera política por los asientos en el parlamento de uno de los países más influyentes del mundo. La ciudad parece no enterarse pero todos estarán mirando el nuevo panorama gubernamental que se decidirá a partir de mañana. La tendencia es bastante clara para los principales institutos de investigación de opinión pública en Alemania-Allensbach, Emnid, Forsa, Forschungsgruppe Wahlen, Civey, entre otros, que muestran 24 horas antes de comenzar las elecciones un descenso de al menos 4 dígitos para el partido de Angela Merkel en relación a su arrasador triunfo en las pasadas elecciones de 2013 y tras 12 años ininterrumpidos en el poder. El 41.5 por ciento de hace cuatro años se aleja y el nerviosismo que los resultados de las encuestas están causando se debe al avance de los populistas de derecha(AfD) que, se estima, alcanzaría un 12 por ciento del voto, y del Partido Demócrata Libre (FDP) que aspira a ser la tercera fuerza. En otras palabras, podría concluirse que las decisiones que la llevaron a ser considerada “la madre de los refugiados”, parecerían haberle costado a Merkel más de lo que ella esperaba. La gran incertidumbre que se vive a nivel internacional, tras cinco años de haber comenzado el conflicto en Siria y Medio Oriente, sumados a la vigente disputa de modelos políticos parecieran tener un efecto colateral en los niveles más íntimos de la república. Alemania –dividida luego de la Segunda Guerra Mundial y reunificada tras la caída del Muro– pareciera por momentos no tener claro hacia dónde dirigirse y bajo qué bandera aunar los anhelos de los ciudadanos. ¿Colectivización de la Unión Europea? ¿Ultraderecha cada vez más fuerte? ¿Verticalidad de los partidos tradicionales? ¿Cómo seguimos? Es la gran pregunta que se hacen todos, horas antes de poder responderla. Los líderes de los cinco partidos menores que probablemente entrarán en el próximo Bundestag, casi al final de la campaña se enfrentaron en un debate televisado que estuvo más reñido que el oficial entre Angela Merkel y su principal rival, el socialdemócrata Martin Schulz. Desde la derecha populista Alternativa para Alemania (AfD), hasta La Izquierda, pasando por la conservadora Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), los liberales del FDP y Los Verdes, tres días antes de la votación, sólo discutieron entre ellos mostrando muy pocas coincidencias, lo que hace pensar que la coalición en el Parlamento no será fácil.
Tanto para La Izquierda como para la AfD, la meta es conseguir la mayor cantidad de votos posible, ya que si se reeditara una alianza entre los “grandes” (CDU y SPD), el más votado de los “pequeños” lideraría la oposición parlamentaria y ambos sueñan con ese puesto. El líder del Partido Demócrata Libre (FDP), Christian Lindner, parecería tenerlo en claro. “La carrera por el segundo lugar ya ha tenido lugar en el Bundestagswahl 2017: la CDU será la fuerza más fuerte, Angela Merkel seguirá siendo la canciller y el SPD continuará con la gran coalición”. Lindner reforzó su análisis recordando recordar que Martin Schulz ya había solicitado el cargo de ministro de Relaciones Exteriores en el duelo televisivo”. Y debido a esta situación, el candidato asegura que “es crucial para la cultura política del país que la oposición esté dirigida por un partido democrático de centro como el mío.”
Además de la problemática de los inmigrantes y refugiados como número uno en la agenda nacional, la consolidación de la Unión Europea (UE) luego del Brexit es otro de los temas que se debatieron y fueron bandera en la campaña para estas elecciones. Si bien desde Bruselas descuentan la continuación del Gobierno de Merkel y, como explicitó el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, “los dos países más importantes de la UE a principios de octubre tendrán la oportunidad de avanzar con la integración de la eurozona”, el panorama no está tan claro para el resto de los países que forman la unión. Alice Weidel (AfD) recalcó que su partido era el único que criticaba la política de las tasas de interés cero de la Unión Europea, mientras que la líder de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, también replicó lo mismo al afirmar que su fuerza política viene lanzando críticas hacia la UE desde hace mucho.
En el debate de cierre de campaña donde estuvieron ausentes los dos partidos favoritos se hizo patente que la carrera es por el tercer puesto. Los integrantes de los partidos de Angela Merkel y de Martin Schulz esperan que el clima siga templado y ningún ataque o escándalo de último momento revierta los resultados que las encuestas vienen mostrando.
Berlín amanece nublado pero con clima templado, como toda la semana. La ciudad se alista para dos grandes eventos este domingo: la maratón de Berlín (una de las más famosas del mundo)y la carrera política por los asientos en el parlamento de uno de los países más influyentes del mundo. La ciudad parece no enterarse pero todos estarán mirando el nuevo panorama gubernamental que se decidirá a partir de mañana. La tendencia es bastante clara para los principales institutos de investigación de opinión pública en Alemania-Allensbach, Emnid, Forsa, Forschungsgruppe Wahlen, Civey, entre otros, que muestran 24 horas antes de comenzar las elecciones un descenso de al menos 4 dígitos para el partido de Angela Merkel en relación a su arrasador triunfo en las pasadas elecciones de 2013 y tras 12 años ininterrumpidos en el poder. El 41.5 por ciento de hace cuatro años se aleja y el nerviosismo que los resultados de las encuestas están causando se debe al avance de los populistas de derecha(AfD) que, se estima, alcanzaría un 12 por ciento del voto, y del Partido Demócrata Libre (FDP) que aspira a ser la tercera fuerza. En otras palabras, podría concluirse que las decisiones que la llevaron a ser considerada “la madre de los refugiados”, parecerían haberle costado a Merkel más de lo que ella esperaba. La gran incertidumbre que se vive a nivel internacional, tras cinco años de haber comenzado el conflicto en Siria y Medio Oriente, sumados a la vigente disputa de modelos políticos parecieran tener un efecto colateral en los niveles más íntimos de la república. Alemania –dividida luego de la Segunda Guerra Mundial y reunificada tras la caída del Muro– pareciera por momentos no tener claro hacia dónde dirigirse y bajo qué bandera aunar los anhelos de los ciudadanos. ¿Colectivización de la Unión Europea? ¿Ultraderecha cada vez más fuerte? ¿Verticalidad de los partidos tradicionales? ¿Cómo seguimos? Es la gran pregunta que se hacen todos, horas antes de poder responderla. Los líderes de los cinco partidos menores que probablemente entrarán en el próximo Bundestag, casi al final de la campaña se enfrentaron en un debate televisado que estuvo más reñido que el oficial entre Angela Merkel y su principal rival, el socialdemócrata Martin Schulz. Desde la derecha populista Alternativa para Alemania (AfD), hasta La Izquierda, pasando por la conservadora Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), los liberales del FDP y Los Verdes, tres días antes de la votación, sólo discutieron entre ellos mostrando muy pocas coincidencias, lo que hace pensar que la coalición en el Parlamento no será fácil.
Tanto para La Izquierda como para la AfD, la meta es conseguir la mayor cantidad de votos posible, ya que si se reeditara una alianza entre los “grandes” (CDU y SPD), el más votado de los “pequeños” lideraría la oposición parlamentaria y ambos sueñan con ese puesto. El líder del Partido Demócrata Libre (FDP), Christian Lindner, parecería tenerlo en claro. “La carrera por el segundo lugar ya ha tenido lugar en el Bundestagswahl 2017: la CDU será la fuerza más fuerte, Angela Merkel seguirá siendo la canciller y el SPD continuará con la gran coalición”. Lindner reforzó su análisis recordando recordar que Martin Schulz ya había solicitado el cargo de ministro de Relaciones Exteriores en el duelo televisivo”. Y debido a esta situación, el candidato asegura que “es crucial para la cultura política del país que la oposición esté dirigida por un partido democrático de centro como el mío.”
Además de la problemática de los inmigrantes y refugiados como número uno en la agenda nacional, la consolidación de la Unión Europea (UE) luego del Brexit es otro de los temas que se debatieron y fueron bandera en la campaña para estas elecciones. Si bien desde Bruselas descuentan la continuación del Gobierno de Merkel y, como explicitó el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, “los dos países más importantes de la UE a principios de octubre tendrán la oportunidad de avanzar con la integración de la eurozona”, el panorama no está tan claro para el resto de los países que forman la unión. Alice Weidel (AfD) recalcó que su partido era el único que criticaba la política de las tasas de interés cero de la Unión Europea, mientras que la líder de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, también replicó lo mismo al afirmar que su fuerza política viene lanzando críticas hacia la UE desde hace mucho.
En el debate de cierre de campaña donde estuvieron ausentes los dos partidos favoritos se hizo patente que la carrera es por el tercer puesto. Los integrantes de los partidos de Angela Merkel y de Martin Schulz esperan que el clima siga templado y ningún ataque o escándalo de último momento revierta los resultados que las encuestas vienen mostrando.
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