La OTAN retoma el control de la información en Alemania
Conforme a lo planificado desde hace tiempo [1],
la OTAN acusa a Rusia de interferencia en las elecciones legislativas
alemanas, después de haber falsificado las elecciones presidenciales en
Estados Unidos y Francia.
Pero no existe hasta ahora absolutamente ninguna prueba a favor de esas acusaciones. La OTAN puede argumentar, cuando más, que en esas tres elecciones los medios de prensa del gobierno ruso se posicionaron en contra de la señora Hillary Clinton, del hoy presidente de Francia Emmanuel Macron y de la canciller alemana Angela Merkel.
La Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV) ha multiplicado las denuncias sobre una presunta injerencia rusa y el Buró de Protección de las Comunicaciones creó un equipo de 180 técnicos para instalar un firewall que debería reforzar la seguridad de los sitios web gubernamentales. Esta última medida está siendo presentada como prueba de que se está librando una guerra secreta, cuando en realidad se trata de algo perfectamente normal -con amenaza rusa o sin ella- habida cuenta de los miles de otras posibles fuentes de ataques informáticos que existen actualmente.
Por su parte, el grupo de televisión pública ARD creó una página web llamada Faktenfinder para denunciar las llamadas fake news mientras que la Fundación Brost (que lleva el nombre de una familia que se ha enriqueció en el mundo de la prensa al servicio del ocupante estadounidense) creó el sitio web Correctiv, según el modelo del Décodeur creado en Francia por el diario francés Le Monde en France. El German Marshall Fund se encarga de coordinar todo ese despliegue.
Las elecciones federales alemanas tuvieron lugar el 24 de septiembre de 2017. Una nueva ley contra la difusión de noticias falsas entrará en vigor el 1º de octubre y quienes la violen podrán ser condenados a multas de hasta 50 millones de euros.
[1] «La campaña de la OTAN contra la libertad de expresión», «El nuevo Orden Mediático Mundial», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de diciembre de 2016 y 7 de marzo de 2017.
Pero no existe hasta ahora absolutamente ninguna prueba a favor de esas acusaciones. La OTAN puede argumentar, cuando más, que en esas tres elecciones los medios de prensa del gobierno ruso se posicionaron en contra de la señora Hillary Clinton, del hoy presidente de Francia Emmanuel Macron y de la canciller alemana Angela Merkel.
La Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV) ha multiplicado las denuncias sobre una presunta injerencia rusa y el Buró de Protección de las Comunicaciones creó un equipo de 180 técnicos para instalar un firewall que debería reforzar la seguridad de los sitios web gubernamentales. Esta última medida está siendo presentada como prueba de que se está librando una guerra secreta, cuando en realidad se trata de algo perfectamente normal -con amenaza rusa o sin ella- habida cuenta de los miles de otras posibles fuentes de ataques informáticos que existen actualmente.
Por su parte, el grupo de televisión pública ARD creó una página web llamada Faktenfinder para denunciar las llamadas fake news mientras que la Fundación Brost (que lleva el nombre de una familia que se ha enriqueció en el mundo de la prensa al servicio del ocupante estadounidense) creó el sitio web Correctiv, según el modelo del Décodeur creado en Francia por el diario francés Le Monde en France. El German Marshall Fund se encarga de coordinar todo ese despliegue.
Las elecciones federales alemanas tuvieron lugar el 24 de septiembre de 2017. Una nueva ley contra la difusión de noticias falsas entrará en vigor el 1º de octubre y quienes la violen podrán ser condenados a multas de hasta 50 millones de euros.
[1] «La campaña de la OTAN contra la libertad de expresión», «El nuevo Orden Mediático Mundial», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de diciembre de 2016 y 7 de marzo de 2017.
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