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Se llama Juan Marín Muñoz, es un viejo conocido de la ultraderecha catalana y
activo en las manifestaciones del partido nazi Democracia Nacional y
adyacentes, donde ha estado implicado en actos violentos, especialmente
contra periodistas. Acciones que compagina con su faceta de actor porno
puntual, en una de las muchas productoras de cine y espectáculos del
gremio que existen en Barcelona.
Nazi y velando por el PP
Su nombre ha saltado a la luz pública tras ser identificado por diversos vecinos del barrio de El Carmel, en Barcelona, “ejerciendo de interventor del Partido Popularen
las pasadas elecciones catalanas del 21-D”. En concreto apuntan a que
Juan Marín, nacido en los años 80, fue visto con su chambergo caqui en
el Colegio Público El Carmel, ubicado en el 154 de la calle Llobregos,
paseándose ufano entre las mesas electorales con su credencial pepera al
cuello.
Juan Marín.
“Nos
resultaba extraño -dicen- que alguien como él que siempre lleva
camisetas de la ultraderecha, de Democracia Nacional, ahora esté en el
Partido Popular”. Cierto, Juan Marín no oculta en sus numerosas cuentas
en redes sociales su simpatía por Democracia Nacional, con cuyos miembros posa en sus actos privados y es un activo participante en cuantas convocatorias públicas se programen.
Pero
no solo fueron comentarios vecinales los que dieron cuenta de su
“extraño salto político” buscando acomodo con el partido de Xavier
García Albiol, sino que también quedó acreditado gráficamente el hecho
por varios ciudadanos durante la jornada electoral del pasado jueves.
Varias
fotografías y capturas de vídeo daban cuenta del conocido
ultraderechista luciendo la credencial del PP que, para garantizar que
el de las fotos era Juan Marín, fueron enviadas a periodistas catalanes
que lo conocían para confirmar su identidad.
Y
efectivamente, sin lugar a duda, el de la foto con la credencial de
apoderado del PP era el vecino de El Carmel. El mismo Juan Marín que en
la manifestación ultra convocada por Democracia Nacional en Barcelona,
el pasado 22 de septiembre, bajo el lema “Por España me atrevo” -ante la
sede de la Asamblea Nacional Catalana (ANC)-, amenazó y agredió al fotoperiodista catalán Jordi Borrás, y por lo que en fechas próximas deberá rendir cuentas ante la justicia.
Y
el mismo que en agosto de este año, un día después de los atentados
yihadistas en Barcelona y Cambrils, participó en la manifestación con el
lema “Stop islamización de Europa”, convocada por Democracia Nacional y
La Falange en La Rambla, frente a La Boquería, para protestar contra el
islam. Una concentración que se vio rodeada por una contramanifestación
antifascista multitudinaria que obligó a los pocos más de 50 nazis a
buscar protección en los Mossos d’Esquadra y abandonar a prisa el lugar.
A la caza de voluntarios electorales
La
singularidad del proceso electoral del 21-D obligó a los partidos a
engrasar con rapidez su maquinaria electoral, así como a construir
rápidamente sus redes de colaboradores para cubrir las 8.247 mesas
electorales con interventores y apoderados. Todos sabían que estas
elecciones eran claves para sus respectivos intereses, que cada voto
valía su peso en oro y, por tanto, debían estar vigilantes porque nadie
se fiaba de nadie, y porque las elecciones catalanas se hacían por vez
primera en día laborable. Por esa razón, partidos como el PP y
Ciudadanos abrieron en sus webs accesos para la posibilitar que
simpatizantes y amigos de sus organizaciones se inscribieran como voluntarios para trabajar durante la jornada electoral como interventores o apoderados, que podrían proceder de todo el Estado.
Por
esa razón, tras una consulta de Ciudadanos, la Junta Electoral Central
resolvió que las personas “que no trabajen el 21 de diciembre para
ejercer como apoderadas tendrán derecho a cobrar su sueldo,
independientemente de que vengan desde otras Comunidades Autónomas”.
No
resultaba extraño pensar que el actor porno y nazi fuera precisamente
uno de los voluntarios que, generosamente, decidieron dedicar su tiempo a
velar por los intereses del PP
En este sentido,
no resultaba extraño pensar que el actor porno y nazi fuera precisamente
uno de estos voluntarios que, generosamente, había decidido dedicar su
tiempo a velar por los intereses del Partido Popular, aun cuando su
ideología esté rondando los confines de Valhalla. Pero lo cierto es que
militantes del PP consultados por la AIP-Agencia aseguran “que estas
elecciones, por su singularidad, han movilizado a muchas personas que
entendían que nos jugábamos algo más que una diferencia ideológica”.
De hecho, reconocían esta posibilidad también al diario El Plural:
“Este señor simplemente ha llegado al colegio electoral y se ha
ofrecido para ayudar. Cualquier persona ajena al partido y quiera
ayudarnos, bienvenido sea. Pero este hombre no tiene nada que ver con el
Partido Popular, es ajeno a nosotros”.
Pero
también fuentes del propio partido iban más allá, argumentando
simplemente que la credencial que lucía Juan Marín podría ser una
falsificación. “Basta -decían- con compararlas con las que llevaban los
apoderados registrados por el Partido”, aunque la cinta de la que
colgaba el distintivo sí era del PP, pero insistían igualmente en que
nada tenía que ver con su organización.
La credencial es auténtica, pero de 2015
Este
periódico ha sabido que ambas fuentes del PP llevaban razón. O casi. El
simpatizante de Democracia Nacional sí lucía una credencial de
apoderado -no de interventor- del Partido Popular en las mesas
electorales de El Carmel este pasado 21-D. Y además la credencial había
sido expedida por el propio partido, siguiendo los correspondientes
tramites en la Junta Electoral.
Lo que sucede,
según nos han confirmado, es que la credencial la obtuvo en septiembre
de 2015, durante las elecciones del 27-S en Catalunya, donde Juan Marín
fue apoderado voluntario del PP, como al parecer lo fueron otros de su
entorno ideológico. Lo que ha ocurrido es que por razones que solo el
propio interesado sabrá decidió colgarse la vieja credencial al cuello y
pasearse por el colegio electoral de El Carmel haciéndose pasar por
apoderado del partido en esta nueva convocatoria electoral de 2017.
Ser
apoderado de un partido o candidatura que concurre a unas elecciones
conlleva una importante responsabilidad, ya que su condición de
apoderado le permite acceder libremente a los colegios electorales para
examinar el desarrollo de la votación y del escrutinio en cualquier
Mesa, formular reclamaciones y protestas y pedir reclamaciones. Y además
en el supuesto de que no haya Interventores podrán ejercer sus
funciones en la mesa electoral pudiendo intervenir con voz, pero sin
voto.
Su opera prima se llamó “Sancho pajas” y lo más reciente se grabó en una limousine en Madrid hace un par de meses
El
PP podría, si lo estimara oportuno, actuar contra el porno-nazi
legalmente. No obstante, lo que ha quedado patente es que el Partido
Popular no hace ascos a cualquier tipo de ayuda si eso le conviene,
aunque sean nazis o actores porno, aunque eso vaya contra su código de
conducta moral.
Actor porno
El
mismo año que se presentó como apoderado voluntario, en 2015, ya
llevaba más de un año haciendo prácticas de actor porno. Su opera prima
se llamó “Sancho pajas” y lo más reciente se grabó en una limousine en
Madrid hace un par de meses. Allí hacía de él mismo. Un ultraderechista,
fanático patriota español, y resentido con los medios de comunicación.
En su presentación una voz en off señala: “No, no lo hemos inventado
nosotros. No lo hemos creado, no. Él ya existía. Sólo lo hemos
descubierto. ¿Quién es? Él es ¡Juanito! El último patriota contra el referéndum de Cataluña”, se afirma sobre él en un vídeo de contenido pornográfico.
http://www.publico.es/politica/ultras-barcelona-porno-apoderado-pp-violento-nazi-elecciones-catalanas.html
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