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A continuación tres puntos a tener en cuenta antes de que comience un ciclo electoral que, desde Brasil a México, pasando por Colombia y Venezuela, podría trastocar el escenario en la región.
La corrupción, caldo de cultivo para la rabia
El escándalo Odebrecht, la constructora brasileña implicada en una red de sobornos a cambio de obras, salpicó a la región hasta llegar a los máximos cargos del poder, como en Perú y Ecuador.Este caso emblemático es el árbol que esconde el bosque, estima Gaspard Estrada, director del Observatorio sobre América Latina de la universidad Sciences Po de París: “Los fenómenos de corrupción están arraigados en la región y persisten”.
“Eso tendrá un impacto en el próximo ciclo político”, advierte Fiona Mackie, directora para América Latina de The Economist Intelligence Unit. Agrega que el caso Odebrecht “está realmente sacudiendo la escena política”.
Frente a estos casos de malversación y de enriquecimiento personal, que son legión en esta parte del mundo, “hay una impaciencia en los electores porque están realmente hartos”, estima Mackie.
“Las elecciones en Brasil, Colombia y México estarán dominadas por la ira de los votantes contra la política tradicional y una exigencia de cambio, por lo que serán difíciles de predecir, dando paso a sorpresas negativas”, advierte el grupo Eurasia en un reporte reciente.
“Los candidatos que capten mejor ese sentimiento serán los más competitivos, y el riesgo de tener sorpresas malas es elevado”, como muestra la elección en Chile, con el advenimiento de candidatos de extrema izquierda Beatriz Sanchez y de extrema derecha José Antonio Kast, añade Eurasia, subrayando que no se debería “subestimar la frustración de los electores”.
Buscar un outsider
En 2018 en América Latina, los candidatos fuera del sistema se multiplican. Esto se debe a que los casos de corrupción “descalifican a la clase política tradicional”, explica Estrada.El experto lamenta esta “crisis de liderazgo” regional y teme que emerjan outsiders “con discursos retrógrados que buscan reencausar la democracia”, en referencia al ex militar brasileño Jair Bolsonaro, de ultraderecha.
Algunos políticos tradicionales “quieren ser vistos como outsiders porque les da popularidad, pero en realidad son insiders” o parte de la política tradicional. Tienen “una maquinaria política detrás de ellos”, principalmente gracias a un juego de alianzas, señala Mackie.
Por ejemplo, cita a uno de los principales candidatos a la presidencia en Colombia, Sergio Fajardo, quien lanzó un nuevo movimiento político o en México a Margarita Zavala, quien renunció al partido conservador PAN para presentarse como independiente.
México “va rumbo a su elección más incierta e importante en décadas”, el 1 de julio de 2018, anticipa Eurasia.
“El candidato mejor situado para aprovechar este contexto es el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, quien es actualmente el que hay que vencer”.
El jefe de gobierno de la Ciudad de México, quien aspira por tercera ocasión a la presidencia tras una larga carrera política, renunció al partido tradicional de izquierda (PRD) par fundar Morena, un acrónimo del Movimiento de Regeneración Nacional.
Viraje a la derecha
La victoria a mediados de diciembre del conservador Sebastián Piñera en Chile confirmó el viraje a la derecha en la región, después de que llegara al poder Mauricio Macri en Argentina, Michel Temer en Brasil y Pedro Pablo Kuczynski en Perú.
Para Estrada, “no se trata realmente de una cuestión de izquierda o derecha. Hubo un sofocamiento de los gobiernos en el poder, que eran de izquierda, lo que repercutió en beneficio de los partidos de derecha. Lo que ocurrió fue un fenómeno de alternancia”.
Pero más allá de la escena política, el próximo año en la región “el elemento central será la economía porque va mal”, agregó.
“Con algunas excepciones notables, el panorama político y económico en América Latina debería continuar mejorando en 2018. Pero la dinámica política será clave para determinar de qué modo evoluciona la región, con riesgos serios de que la tendencia positiva se ralentice o, en algunos países, se descarrile”, estima Eurasia.
Sin embargo, según el grupo, el presidente venezolano Nicolás Maduro “es probable que se mantenga en el poder y gane gane las elecciones en un proceso fuertemente controlado, pero también es probable que el gobierno caiga en default, complicando aún más una ya sombría perspectiva económica”.
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