martes, 23 de enero de 2018

Bienvenidos a la dictadura global de la desinformación: caso Facebook


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Bienvenidos a la dictadura global de la desinformación: caso Facebook

lizama

Desde que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016, una campaña fue impulsada por los principales medios corporativos y empresas relacionadas a redes sociales e información, cuyo objetivo reside en limitar la libre circulación de información a través de Internet.
El mundo de Internet es visto generalmente como una síntesis de la Arcadia democrática, donde cualquiera puede subir o descargar información de cualquier tipo, y de manera expansiva. Sin embargo, la realidad es que sus mecanismos pueden (y son) manipulados por grandes corporaciones que lo usan a gusto y según la agenda privada del momento.
Estas corporaciones actúan al unísono para controlar lo que se puede ver, leer, buscar, y lo que no. Esto de manera sigilosa, hasta que ocurrieron las últimas elecciones presidenciales en los EEUU (2016), en las que ganó el magnate inmobiliario Donald Trump, y con ello vino el ascenso de una campaña que hasta hoy se preserva.
En noviembre de 2016, las compañías Google y Facebook anunciaron en tándem que contribuirían a bloquear todos los sitios que, según la lógica corporativa neoliberal, publican noticias falsas (fake news) en detrimento de la salud democrática de EEUU y, por extensión, del mundo. Desde entonces se han configurado esfuerzos en las élites de los conglomerados privados de la información para perfilar el mundo de Internet a su imagen y semejanza.

Noticias de la censura vía redes sociales

En específico, las redes sociales están sujetas a las reglas de las corporaciones que ofrecen sus servicios de manera gratuita. El caso de Facebook es paradigmático, pues permite conectar virtualmente a personas en cualquier punto del planeta y permite la calificación de contenidos emitidos por sus usuarios, entre otras cosas.
No todo es color rosa, ya que se debe estar sujeto a las políticas de la compañía para su uso. Tanto es así que muchos contenidos no pueden ser reproducidos o se encuentran bloqueados debido a las prerrogativas de Facebook, limitadas por algoritmos y decisiones estrictamente políticas e ideológicas.
  • En enero de 2017, la página en Facebook de RT estuvo parcialmente bloqueada para su acceso, denunciado por el medio ruso y otros que acompañaron la querella.
  • En septiembre del año pasado, el presidente ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg puso a la orden, para el Congreso estadounidense, los archivos de su compañía referidos a los anuncios publicitarios presuntamente relacionados con el gobierno de la Federación Rusa. Agencias de inteligencia, políticos del establishment gringo y medios relacionados al Partido Demócrata aseguran que Vladimir Putin influyó en la elección de Trump como presidente, escándalo fabricado llamado Russia-gate.
  • En diciembre, Facebook eliminó la cuenta de Ramzan Kadyrov, presidente de la República Chechena, principalmente porque fue adherido a las listas sancionatorias del gobierno de los EEUU, ya que es visto como un “agente de Putin”.
  • Hasta comienzos de este año, Facebook ha dado de baja a las cuentas que pertenecen a palestinos o de activistas de la causa palestina, cuestión solicitada por funcionarios israelíes a la compañía. Se cuentan más de 100 cuentas eliminadas.
Y al parecer el formato de censura aplicado por Zuckerberg Inc. va en aumento y promete recrudecerse, con la agenda del establishment corporativo a la mano.
De hecho, es conocido por todo aquel que lea las condiciones para crear una cuenta en Facebook que esta corporación tiene el derecho de usar tu información para fines del gobierno de los EEUU, es decir, está a la orden de Washington y cualquier que desee comprarla. En este campo entra la comunidad de agencias de inteligencia y seguridad de ese gobierno.

¿Facebook es de la CIA?

La estrecha relación entre Facebook y el gobierno de los EEUU data de los inicios de esta red social, a mediados de la década de los 2000.
El periodista británico Tom Hodgkinson publicó, en 2008, un reportaje en el que ofrece detalles sobre los inicios financieros de la compañía de Zuckerberg. Allí da a conocer que el fondo de capital riesgo, In-Q-Tel, invirtió millones de dólares en innovaciones de alta tecnología, entre ellas Facebook. Dice: “¿Y qué es In-Q-Tel? Bueno, créalo o no (y visita su página web), es un fondo de capital riesgo de la CIA. Luego del 11 de septiembre (2001), la comunidad de inteligencia de los EEUU se emocionó tanto por las posibilidades de las nuevas tecnologías y las innovaciones hechas en el sector privado, que en 1999 fundaron su propio fondo de capital riesgo: In-Q-Tel, cuya misión es ‘identificar y asociarse con compañías que estén desarrollando nuevas tecnologías para ayudar a proveer soluciones a la CIA y al resto de la comunidad de inteligencia estadounidense para realizar sus misiones'”.
Asimismo el empresario Paul Ceglia, hoy prófugo de la justicia de los EEUU, afirmó que los fondos de inversión primarios de Facebook vinieron de la CIA, es decir, a través de In-Q-Tel.
Son informaciones que Zuckerberg no ha confirmado, pero lo que sí es explícito es la colaboración bien documentada (ésta sí ratificada) que tiene Facebook con los gobiernos de EEUU e Israel, en favor de las agendas neoconservadoras y sionistas.
Esta afirmación se ve más nítida si tomamos en cuenta que distintos investigadores y periodistas aseguraron que Facebook fue clave en el derrocamiento de gobiernos durante las llamadas “primaveras árabes” con el uso informativo (dirigido) de los sucesos, además del empleo de esta red social para espiar a la gente.

Lo nuevo y siniestro de Mark Zuckerberg

El 11 de enero de 2018, el director ejecutivo de Facebook publicó un post en el que avisaba sobre los cambios venideros para los usuarios de esta red social. Ahora las páginas relacionadas a portales de noticias, publicidad y negocios serán filtradas para que la experiencia de uso de Facebook sea más entre “amigos”. Es decir, los contenidos dispuestos en esa red social que tienen que ver con información y contenidos de entretenimiento serán limitados en el time-line de cada quien, y se reforzará el hecho de interacción entre usuarios.
Según Zuckerberg, este cambio se hace 1) para estrechar los lazos entre “amigos” conectados, 2) para mayor felicidad y bienestar (sic) de los interactuantes, ya que supuestamente para él mientras más interacción, mayor la bonanza espritual experimentada, y 3) para tener una experiencia activa y no pasiva con respecto a los contenidos en Facebook.
Esto significa que páginas como de información y noticias, que rivalicen con la narrativa de los medios occidentales, no aparecerán en los time-line de los internautas en favor de los comentarios de los “amigos”. Se trata de encerrar a cada quien en una burbuja en el que no permea los asuntos del mundo en tiempo pasado, presente y futuro.
Con esto se dibuja una distopía análoga a las aparecidas en la literatura y el cine de ciencia-ficción, en el que los individuos no necesitan conocer el mundo en que viven sino sólo interactuar entre sí. Un mundo feliz (Huxley dixit), ideal para los planes neoliberales de las grandes corporaciones y las agencias de espionaje y seguridad de los EEUU.
Bienvenidos, pues, a la dictadura global de la desinformación.


FUENTE: Misión verdad

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