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[Frente a la resistencia de las entidades públicas y los muros legales, el navegante de los portales de acceso a la información se parece a Moisés, el hombre bíblico que en cuarenta años de búsqueda jamás pisó la tierra prometida. El marco jurídico de la Transparencia nacional permite que la información sea negada con uno de estos argumentos: los datos solicitados están bajo reserva, son inexistentes o confidenciales. Así, la Administración de Enrique Peña Nieto mantiene más de 12 millones de expedientes bajo llave. Se ha negado a mostrar el acta de nacimiento del Presidente, el decreto que avala la pensión vitalicia a exPresidentes y sus viudas, los resultados de sus encuestas, los fundamentos para crear la Gendarmería o los gastos de las fiestas dentro de Los Pinos. #DatosCerrados es un ejercicio de la Unidad de Datos de SinEmbargo que identifica lo que el Gobierno y otras instituciones no quieren revelar.]

#DatosCerrados | Vicente Fox Quesada es uno de los únicos diez dueños de colecciones de libros privadas abiertas al público en México. Recordado por varios yerros en el ámbito literario, controvertido por imponer el veto a la Ley del Libro y Fomento a la Lectura que iba a bajar el precio de los ejemplares, el ex Presidente albergó un acervo propio en el Centro Fox. Así, para recibir donativos, a su asociación la registró ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público como “propietaria de biblioteca privada con acceso al público”. 

El año pasado, su colección recibió 24 millones 432 mil 186 pesos, lo que representa el 62.18 por ciento del total captado por instituciones que adueñan libros dispuestos para todos. La mayor aportación, de 13 millones 725 mil 472 pesos, vino del extranjero. La cantidad recibida por el ex Mandatario dista de los cero pesos que recibió el Salón de la Fama de los Diablos A.C. y los cero que tuvo el Museo del Deporte en Oaxaca, A.C.  Incluso es más que los poco más de ocho millones que recibió la Biblioteca Henestrosa.

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– En México, sólo hay diez asociaciones propietarias de bibliotecas privadas con acceso al público, autorizadas por la Secretaría de Hacienda para recibir donativos. El año pasado, donantes de México y otros países las beneficiaron con 39 millones 291 mil 420 pesos en efectivo y en especie. De esta cantidad, una de ellas recibió más que ninguna y se llevó 24 millones 432 mil 186 pesos, lo que representa 62.18 por ciento del total del dinero captado por estos acervos. Se trata del Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada A.C., la asociación que fundó el ex Presidente de México, una vez que se incorporó a la vida civil en 2007.
Conocido como Centro Fox, la asociación civil del político que encarnó la llamada alternancia por convertirse en el Primer Mandatario postulado por Acción Nacional, un partido diferente al Revolucionario Institucional, recibió durante 2017, 7 millones 275 mil 688 pesos en donativos de dinero en efectivo en México. Esa cantidad fue superada con creces con el flujo de efectivo del extranjero que fue de 13 millones 725 mil 472 pesos. En especie y proveniente de México, el Centro Fox tuvo tres millones 431 mil 26 pesos.
Vicente Fox Quesada gobernó México de 2000 a 2006. Una de sus decisiones como Jefe del Ejecutivo fue vetar la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro en México. Se trataba de una iniciativa que impulsaba la sustentabilidad y la proliferación de librerías con el fin de fomentar la diversidad de la oferta editorial y bajar los precios de los libros. El veto del ex Presidente fue ratificado en 2008 por el Congreso de la Unión, con lo que el debate en torno al proyecto concluyó.
El 22 de abril de 2003, Vicente Fox encabezó la conmemoración del Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor. Al acto oficial no asistieron ni escritores ni bibliotecarios. Fox dijo entonces que el Gobierno federal había puesto todo su empeño en recursos en la crucial tarea de impulsar la lectura. Foto: Oswaldo Ramírez, Cuartoscuro
Hoy, el ex Mandatario es el dueño de el Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada, A.C, que aparece en el reporte de donatarias autorizadas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el rubro “Propietarias de Bibliotecas Privadas con Acceso al Público en General”. A estas entidades, el Sistema de Administración Tributaria las define como aquellas que se dedican a la instauración y establecimiento de bibliotecas y/o museos que se encuentren abiertos al público en general.
La disposición de los donantes para el Centro Fox durante 2017, contrasta con la de otras asociaciones que también adueñan libros consultables por todos. Por ejemplo, el Museo del Deporte en Oaxaca A.C. no recibió un solo peso. Ni en efectivo, ni en especie, ni de México, ni del extranjero. Lo mismo ocurrió con el Salón de la Fama de los Diablos A.C. Además de los que no recibieron nada, están los que tuvieron poco. El Patronato Pro-Biblioteca de Mazatlán A.C. tuvo 101 mil pesos y el Banco de México Fideicomiso Isidro Fabela, 171 mil 939 pesos, según el reporte de donatarias autorizadas de la SHCP de 2017.
La cantidad más cercana a la que le llegó al Centro Fox fue la de la Biblioteca Henestrosa que alcanzó ocho millones 427 mil 484 pesos. Los recursos de la biblioteca del ex Mandatario son tres veces más que los del escritor.
Los ciudadanos no pueden conocer qué se hace con este dinero; tampoco de quién o quiénes proviene. No hay mecanismo de Transparencia que lleve a esos datos. De modo que los dueños de los acervos privados reciben y usan sus donativos a discreción. Sin Embargo solicitó al Centro Fox el gasto desglosado del año pasado de su biblioteca, pero al cierre de la edición no tuvo respuesta. También preguntó sobre la adquisición de ejemplares y la fecha. Solicitó, asimismo, el catálogo de la biblioteca.
La memoria política ha guardado los yerros de los Presidentes y otros políticos. Los de Vicente Fox se ubican en el ámbito de la Literatura. Cuando fue Presidente de México confundió autores, le cambió el nombre a algunos y le otorgó el Premio Nobel a quienes aún no lo habían ganado. Uno de estos dislates, el político guanajuatense lo cometió en el Segundo Congreso Internacional de la Lengua Española en Valladolid en 2001. Le dijo “José Luis Borgues” al escritor argentino, Jorge Luis Borges.
En 2001, el ex Primer Mandatario cometió un error que suele ser frecuente, pero que le ocasionó un alud de controversia porque dijo que sus críticos “ladraban”. Se acercaba su Primer Informe de Gobierno. La economía mexicana había detenido su crecimiento, 14 migrantes mexicanos habían muerto abandonados en el desierto de Sonora y el desempleo se incrementaba.
“Ciertamente, hay quienes ladran, lo cual nos deja claro que el país avanza con paso firme, tal como lo veía El Quijote en sus sueños”, exclamó el ex Presidente en su rancho. Acaso no deseaba ser despectivo, pero se equivocó al aludir al Quijote. Cervantistas de la Universidad Nacional Autónoma de México señalaron de inmediato que en la obra cervantina no se encuentra la frase alusiva de que los perros ladren mientras Don Quijote y Sancho avanzan. La frase “ladran Sancho, señal de que avanzamos” no está en la máxima novela.
También, en 2006, Vicente Fox le entregó el Premio Nacional de Lingüística y Literatura al escritor y crítico literario, Emanuel Carballo a quien llamó en su presencia, “Manuel Carvalo”. Y a una mujer en Querétaro, le dijo: “Si no lee el periódico, vivirá usted más contenta”.
Hoy, el ex Presidente es dueño de la biblioteca privada más importante si se le mide por los donativos recibidos.
El 30 de noviembre de 2005, el entonces Presidente asistió a la secundaria adjunta de la Normal Superior, en la colonia Santa María La Ribera, de la Ciudad de México, considerada una de las mejores secundarias públicas del país. Al firmar el libro de visitantes distinguidos, Fox tuvo una falta de ortografía: escribió “a formado”, cuando lo correcto es “ha formado”… “ha”, del verbo haber. Foto: Miguel Dimayuga, Cuartoscuro
El Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada y la Fundación Vamos México –ambas agrupadas en el Centro Fox– fueron registradas ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 2007, meses después de que el matrimonio de Vicente Fox Quesada y Marta Sahagún dejara de habitar en las cabañas de la residencia oficial de Los Pinos. En junio de 2015, la que fue llamada “la pareja presidencial” [a petición de Fox], dio a conocer que había adquirido una tercera fundación, el Centro de Rehabilitación Integral de San Miguel Allende (CRISMA), la cual, quedaría dentro de la operación de “Vamos México”.
“Vamos México” nació en 2001, en el primer año de Gobierno de Vicente Fox. Desde entonces, es una entidad donataria autorizada, facultada para recibir donativos deducibles de impuestos. Marta Sahagún la presentó en el Polyforum Cultural Siqueiros ante empresarios y presidentes de organizaciones altruistas. Con los años, mientras era “primera dama”, Marta Sahagún hizo a un lado el consejo consultivo del Sistema Desarrollo Integral para la Familia (DIF) que las esposas de los Presidentes mexicanos suelen ocupar y se dedicó a “Vamos México”.
No faltaron los obstáculos y los escándalos. En 2004, un grupo de senadores priistas solicitó a la Auditoría Superior de la Federación una revisión exhaustiva del manejo de recursos de la fundación dado que descubrieron presuntos desvíos del fideicomiso “Transforma México” de la Lotería Nacional  a “Vamos México”. Pese a ello, “Vamos México” trascendió al sexenio.
Según videos y documentos de la institución, a la entrada del Centro Fox, en el camino hacia la biblioteca, lo primero que se ve son reconocimientos que han recibido el ex Presidente y su esposa, Martha Sahagún. Luego, puede llegarse a un salón en el que se replica el despacho presidencial de Los Pinos, incluso con el teléfono rojo y las ventanas. Hay otro salón en el que se emula la sala de Gabinete. Hay otro con la reproducción del Salón de Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.