Corea
del Norte ha acusado a la Administración del presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, de ser un club de multimillonarios comprometido
con una ‘política de racismo’ al tiempo que deniega asuntos básicos de
sus ciudadanos, como la libertad de prensa y la cobertura médica, entre
otros.
“La discriminación racial y la misantropía son graves
enfermedades inherentes al sistema social de Estados Unidos y se han
agravado desde que Trump tomara posesión”, reza el ‘Libro Blanco sobre
Violaciones de Derechos Humanos en Estados Unidos en 2017’, presentado
este miércoles por la delegación norcoreana ante las oficinas de las
Naciones Unidas en Ginebra (Suiza).El texto, que responde a las sucesivas reprimendas vertidas desde Washington, especialmente desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, también considera la “violencia racial” ocurrida en Charlottesville (Virginia), en agosto de 2017, “el típico ejemplo del apogeo de la política de racismo de la actual Administración”.
Corea del Norte, además, critica a Trump por ofrecer los puestos importantes de su Gobierno a millonarios, entre ellos, el secretario de Comercio, Wilbur Ross; el del Tesoro, Steven Mnunchin; el de Defensa, James Mattis; y el de Estado, Rex Tillerson.
La discriminación racial y la misantropía son graves enfermedades inherentes al sistema social de Estados Unidos y se han agravado desde que Trump tomara posesión”, reza el ‘Libro Blanco sobre Violaciones de Derechos Humanos en Estados Unidos en 2017’, emitido por la delegación norcoreana ante las oficinas de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza).“El total de bienes de los funcionarios públicos que están al menos en un nivel de secretario adjunto se estima en los 14.000 millones de dólares”, agrega el documento.
El informe reprocha también al Gobierno de EE.UU. la falta de libertad de prensa y de expresión en el país norteamericano, así como la represión de la que son objeto los medios de comunicación que hablan en contra de Trump.
“Estados Unidos, guardián de la democracia y campeón de los derechos humanos, (...) no puede disimular su verdadera identidad como violador de los derechos humanos”, sentencia el texto.
Con su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha puesto en marcha la potente maquinaria del Estado para cumplir sus compromisos racistas, entre ellos, impedir la entrada de refugiados y ciudadanos de seis países de mayoría musulmana, construir un muro en la frontera con México y deportar a los inmigrantes que no cuenten con un permiso de residencia.
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