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laverdadoculta.com.arEl Mundial de Argentina 78, un intento de la dictadura militar para limpiar su imagen ante el mundo
Este día hace 40 años la selección argentina goleaba a la de Perú en un partido que suscitó polémica más allá de las canchas mundialistas. Un 21 de junio como hoy, la selección argentina obtuvo en 1978 su pase a la final de la Copa del Mundo de Fútbol, que ese año se celebró en Argentina, tras vencer a Perú (6-0) en un polémico partido. Sin restar valor al gran nivel de aquel combinado albiceleste, el encuentro dio mucho que hablar debido a que el entonces dictador Jorge Rafael Videla, en compañía del exsecretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger –uno de los organizadores del Plan Cóndor– visitaron al seleccionado peruano poco antes del duelo.
La elección de Argentina para acoger aquella edición del Mundial se vio manchada por el rechazo internacional a la dictadura militar que se había instalado en ese país dos años antes y a las violaciones a los derechos humanos cometidas durante ese período.
Pero el régimen de Videla usó la fiesta deportiva para tratar de cambiar la imagen del país ante el mundo. Para lograr ese objetivo, la junta militar contrató a la agencia de publicidad estadounidense Burson-Marsteller, que fue encargada de ejecutar un plan de ocultamiento de los crímenes que cometía la dictadura.
"El Gobierno de Videla debe proyectar una nueva imagen progresista y estable a través del mundo (...) y una explotación exitosa de la Copa Mundial puede y debe 'hacerla famosa a la Argentina'", señalaba la agencia en uno de sus informes.
Por su parte, el escritor y periodista Ricardo Gotta reseña que con el Mundial se "tapaba todos los errores. Se mostraba a Argentina como un país supuestamente responsable, organizado y ordenado".
Sin embargo, la celebración del torneo no detuvo las prácticas oscuras de la dictadura militar, y uno de sus principales centros clandestinos de detención, la Escuela de Mecánica de la Armada, se encontraba a tan solo dos kilómetros del Estadio Monumental de Buenos Aires.
Luego de que la Albiceleste derrotara en la final a Holanda, el régimen de Videla obligó a varios prisioneros de ese centro de detención a salir a la calle para mostrar al mundo la supuesta unidad del pueblo argentino.
"A algunos prisioneros nos sacaron para que viéramos cómo celebraba el pueblo argentino. Precisamente, ese fue uno de los momentos de mayor soledad dentro del cautiverio, tanto que deseaba que me volvieran a llevar al campo de concentración", recuerda Graciela Daleo, sobreviviente del centro de torturas de la Escuela de Mecánica de la Armada.
Otro de los aspectos polémicos del Mundial de Argentina 1978 es el millonario presupuesto designado por la junta militar para la organización del torneo. Según algunas fuentes extraoficiales, se gastaron más de 700 millones de dólares, una cifra mucho mayor que el monto invertido en la edición de España 1982.
No obstante, en esos 25 días de fiesta deportiva, la prensa internacional recogió por primera vez una marcha de las Madres de Plaza de Mayo, e incluso algunos futbolistas europeos mostraron solidaridad con esa asociación, que se había creado con el fin de recuperar con vida a los detenidos desaparecidos por la junta militar. Estos dos hechos demostraron que el plan diseñado por la dictadura militar estaba lejos de ser perfecto.
RT
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