viernes, 23 de noviembre de 2018

Declaración de Rusia sobre el mar de Azov


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Declaración de Rusia sobre el mar de Azov



La Federación de Rusia está seriamente preocupada por los intentos continuos de Ucrania de agudizar la situación en el mar de Azov. Una nueva exacerbación de la tensión entre Rusia y Ucrania obstaculiza el restablecimiento de las relaciones bilaterales, contradice a los intereses de la seguridad regional e internacional.
Rusia lamenta que el rumbo antagonista de Kiev para desestabilizar las relaciones ruso-ucranianas encuentre apoyo de varios Estados, incluidos los países miembros de la Unión Europea. Rusia rechaza rotundamente cualesquiera acusaciones en relación con las acciones agresivas y arbitrarias en el mar de Azov y en el estrecho de Kerch. A partir de la reunificación de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol con Rusia, estos territorios constituyen parte inalienable de Rusia que, a tenor del Derecho Internacional, ejerce su soberanía, derechos soberanos y jurisdicción en las aguas adyacentes a la península de Crimea. Las maniobras llevadas a cabo en esta zona corresponden al Derecho Internacional, están dirigidas a garantizar la seguridad nacional y son proporcionales a las amenazas contra Rusia provenientes de los extremistas, incluidos los ucranianos.
El mar de Azov forma parte de las aguas interiores de Rusia y Ucrania donde sólo los buques rusos y ucranianos gozan de la libertad de navegación. El estrecho de Kerch nunca ha sido internacional a tenor de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 y no se aplican a éste las exigencias en relación con el derecho de paso en tránsito o inocente de buques extranjeros.
Las inspecciones de buques realizadas por la Guardia costera del Servicio fronterizo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia en las aguas del mar de Azov y estrecho de Kerch son justificadas y legales. El incremento de su número a partir de abril de 2018 no se debe al deseo de ejercer una presión política o económica en Ucrania, como intentan de presentarlo en Kiev, Washington y Bruselas, sino al reforzamiento de las medidas de seguridad en el estrecho de Kerch tras la puesta en funcionamiento del primer tramo del puente de Crimea.
Las acciones de los guardias fronterizos rusos no tienen carácter discriminatorio. Un 48% de buques (720 de los 1492), inspeccionados en el período de abril a octubre de 2018 siguieron rumbo a los puertos rusos o de éstos. A pesar de las declaraciones de Ucrania, los buques bajo la bandera de Rusia se inspeccionan también.
La mayor parte de inspecciones (93%) se llevan a cabo en los anclajes a la entrada en el estrecho de Kerch desde el mar Negro o el mar de Azov cuando los buques forman caravanas para cruzar el canal Kerch-Yenikale. Las inspecciones no suelen durar más de tres horas. La pérdida de tiempo es resultado con frecuencia del régimen especial de navegación por el canal Kerch-Yenikale que se debe a sus dimensiones específicas y complicadas condiciones hidrometeorológicas y de navegación. En el mar de Azov los buques se detienen para la inspección raramente y sólo en caso de que existan motivos sólidos para esto.
A pesar de las declaraciones de Kiev y Bruselas, Rusia no está ampliando su presencia militar en el mar de Azov. Las fuerzas desplegadas allí se emplean en su mayor parte para proteger el puente de Crimea.
En cambio, las acciones de Ucrania, que ha anunciado la construcción de una base naval en Berdiansk y cierra continuamente zonas del mar de Azov para efectuar ejercicios de tiro, están precisamente dirigidas a la militarización del mar de Azov.
Rusia está abierta a un diálogo constructivo sobre la situación en el mar de Azov y quisiera advertir a Ucrania contra cualquier intento de revisar el actual estatus del mar de Azov como aguas interiores para ambos países que contradicen al Derecho Internacional. En vista de esto, exhortamos a Kiev que se abstenga de emprender cualesquiera acciones dirigidas a trazar unilateralmente una frontera estatal en el mar de Azov que Rusia no reconoce.
Rusia advierte de que toda la responsabilidad por un posible agravamiento de la situación en la zona acuática de Azov-Kerch reside en Ucrania y los Estados que apoyen sus acciones provocadoras.

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