China
baraja calmar durante los próximos 90 días la escalada de una guerra
comercial que ha desatado el presidente de EE.UU., Donald Trump.
El magnate neoyorquino anunció el martes la posibilidad de una extensión de la tregua comercial de 90 días que acordó el sábado con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de la reciente cumbre del G20 en Argentina.
Al respecto, el Ministerio de Comercio del gigante asiático ha comunicado hoy miércoles que Pekín va a trabajar sobre los temas ya acordados, pero ha evitado ofrecer más detalles sobre su plan que ayuden a aclarar las confusiones que existen sobre lo acordado.
“Confiamos en la implementación (...) Los equipos económicos y de comercio de ambas partes promoverán activamente el trabajo de las negociaciones durante 90 días según un cronograma y hoja de ruta claros”, ha apostillado.
De momento, Pekín no ha comentado sobre otras declaraciones que hizo el martes Trump, en que sostuvo que China comenzará a comprar inmediatamente los productos agrícolas estadounidenses y rebajar, además, los aranceles impuestos sobre automóviles.
A juicio de algunos expertos, la escalada de las tensiones provocaría una “inevitable Guerra Fría” entre Washington y Pekín. El vicepresidente chino de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin (en Pekín, capital china), Jin Canrong, aseguró el martes que la tregua comercial acordada no conseguirá impedir “la rivalidad” entre los dos países, pero frenará una guerra fría que la derecha estadounidense aboga por orquestar entre las dos naciones.
“La reunión (de Trump y Xi) envía un mensaje: ambos continuarán su rivalidad, pero evitarán una guerra fría que la derecha estadounidense parece querer”, aseguró y agregó que “la guerra comercial acabará a mediados del año que viene”.
Pekín ve en las acciones de Washington intentos de dominación, como así también de “reprimir” el crecimiento económico, el desarrollo científico y tecnológico del país asiático.
msm/rha/alg
El magnate neoyorquino anunció el martes la posibilidad de una extensión de la tregua comercial de 90 días que acordó el sábado con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de la reciente cumbre del G20 en Argentina.
Al respecto, el Ministerio de Comercio del gigante asiático ha comunicado hoy miércoles que Pekín va a trabajar sobre los temas ya acordados, pero ha evitado ofrecer más detalles sobre su plan que ayuden a aclarar las confusiones que existen sobre lo acordado.
“Confiamos en la implementación (...) Los equipos económicos y de comercio de ambas partes promoverán activamente el trabajo de las negociaciones durante 90 días según un cronograma y hoja de ruta claros”, ha apostillado.
De momento, Pekín no ha comentado sobre otras declaraciones que hizo el martes Trump, en que sostuvo que China comenzará a comprar inmediatamente los productos agrícolas estadounidenses y rebajar, además, los aranceles impuestos sobre automóviles.
Confiamos en la implementación (...) Los equipos económicos y de comercio de ambas partes promoverán activamente el trabajo de las negociaciones durante 90 días según un cronograma y hoja de ruta claros”, ha comunicado el Ministerio de Comercio de China.Estados Unidos y China están inmersos en una disputa comercial desatada desde julio por el inquilino de la Casa Blanca bajo diversos pretextos, como que las empresas tecnológicas chinas robaban propiedad intelectual de firmas estadounidenses.
A juicio de algunos expertos, la escalada de las tensiones provocaría una “inevitable Guerra Fría” entre Washington y Pekín. El vicepresidente chino de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Renmin (en Pekín, capital china), Jin Canrong, aseguró el martes que la tregua comercial acordada no conseguirá impedir “la rivalidad” entre los dos países, pero frenará una guerra fría que la derecha estadounidense aboga por orquestar entre las dos naciones.
“La reunión (de Trump y Xi) envía un mensaje: ambos continuarán su rivalidad, pero evitarán una guerra fría que la derecha estadounidense parece querer”, aseguró y agregó que “la guerra comercial acabará a mediados del año que viene”.
Pekín ve en las acciones de Washington intentos de dominación, como así también de “reprimir” el crecimiento económico, el desarrollo científico y tecnológico del país asiático.
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