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Piratería británica en pleno siglo XXI
Las
mañas viejas en ocasiones son difíciles de olvidar cuando forman parte
de una conducta histórica que se transforma en política de estado a
través de los años.
Los británicos no pudieron aguantar más las ganas para volver otra vez al viejo oficio. En pleno siglo XXI, acaban de cometer un acto medieval que carece de legalidad con unas consecuencias que pueden afectar, no solo la imagen del país de los “lores”, también puede llevar y coadyuvar a un conflicto de grandes proporciones, que el mundo puede evitar a estas alturas de congestión y acumulo de presión al nivel político, económico y militar.
Las acomodaciones actuales de las placas geoestratégicas y geopolíticas no aguantan caprichos de narcisistas enfermizos con problemas políticos y sociales internos, con pérdida de credibilidad regional y con una historia sanguinaria de conspiraciones y destrucciones masivas de países y continentes, que hasta el momento, la población mundial en cualquier continente sigue recordando a este país como el principal dibujante de los mapas y las fronteras que conocemos hoy en día en el mapa global como países “independientes”. El Reino Unido dividió el mundo en fronteras con intención premeditada al largo plazo para poder mover conflictos futuros de carácter religioso, étnico, racial y político que favorezca sus intereses imperiales.
El narcisismo británico esta vez entra repentinamente al estilo de un ciego en un local de jarrones de cerámica japonesa y cristales, dando palos para levantar ruido y hacerse sentir. En este caso, el guiño de la administración Trump ha servido para dar oxígeno a la agonizante primera ministra que tiene una presión interna monumental, por el otro lado, trata de agitar el tablero europeo que trabaja para estabilizar las aguas perturbadas con Irán, para evitar cualquier alza en el precio del petróleo que asfixiará a Europa económicamente, y por último, poner a Irán frente a una agresión directa para igualar la perdida del Dron caído en aguas territoriales iraníes sin ser vengado ‘’teatralmente’’ como lo planteo la administración de los “halcones”, pidiendo a la dirigencia iraní permitir un ataque en su territorio para salvaguardar la imagen del “gran y poderoso Estados Unidos”, a lo cual, la respuesta iraní fue la que abortó el ataque montado y listo para efectuarse, con una respuesta digna y contundente: “cualquier ataque contra el territorio iraní, será considerado una declaración de guerra”.
Con todo eso, los analistas ven que la piratería británica carece de fundamentos legales que la sustentan:
1) La captura del carguero iraní en aguas internacionales debe ser respaldado por una ley aprobada en el Consejo de Seguridad que exija la prohibición a este tipo de cargueros circular. No existe ninguna prohibición y menos una orden que permite a que la fuerza naval británica realice esta aberración que va en contra del Derecho y las leyes Internacionales.
2)Las sanciones europeas contra Siria solo prohíben la compra del crudo sirio, más no el crudo que llegue legalmente de cualquier parte al pueblo sirio a través de su gobierno legítimamente reconocido por la Comunidad Internacional, más aún, cuando este carguero no iba a Siria y por su tamaño, su calado es más grande de lo que puede soportar la profundidad de los puertos costeros sirios, como lo confirmó un vocero de la cancillería iraní.
3) Este acto de piratería, incluso, fue más allá que las mismas actitudes y sanciones de los mismos “halcones” de la Administración Trump, que, hasta el momento, ha gastado un mar de tintas y centenares de lapiceros por parte de Trump, firmando leyes y normas, sin atreverse hasta el momento, a disparar una sola bala contra el país persa, por más que lo hayan solicitado y rogado, los príncipes herederos Bin Salman y Bin Zayed, como también, “el flamante” Bibi Netanyahu.
Así que la movida británica lidia con la estupidez narcisista con un alto grado de carencia de lectura estratégica típica del aventurero que toma una decisión y en el camino busca la solución, algo típico últimamente también, en la política del exterior de la administración actual de Trump.
Pero, esta vez, la movida es en el tablero de Irán; el país que lleva tres movidas a su favor con inteligencia, dignidad, contundencia y cumplimiento a las promesas y advertencias. Frente el carnaval de amenazas por parte de Trump basándose en su libro “The Art of the Deal”, Irán pone en marcha una tercera opción frente a las dos, que, supuestamente eran inevitables: arrodillarse y negociar o una guerra total al estilo invasión de Afganistán e Irak.
Para sorpresa de muchos, la dirigencia iraní con su sabiduría histórica y convicción transparente en principios, voltea la mesa insinuando una guerra que no desea pero, no la teme, frente a un contrincante que, tampoco desea la guerra, pero sí, la teme, según el pensante y el analista geoestratégico libanés Naser Khandil en su columna Irán Gana el tercer round con exactitud de cálculo publicada en el diario “Al-Binaa” el 8 de julio de 2019.
Según el gran analista Khandil, Irán, con el ataque al oleoducto saudí por parte de los hutiés del Yemen Ansarolá, como el derrumbe del Dron, mas, el plazo de los 60 días que se vencieron el día domingo pasado con el cumplimiento de la promesa de elevar el enriquecimiento de uranio a lo establecido en el acuerdo nuclear del 5+1, no es mas que una victoria iraní con “exactitud de cálculo”, donde la Administración Trump baja el tono de “la defensa a sus aliados’’ de los países árabes del Golfo Pérsico, y limita su respuesta militar a solo ‘’en caso que sean atacadas sus bases y sus soldados”; después del Dron sale con la excusa de “no querer causar la posible muerte de 135 soldados iraníes”, después de haber dicho que ‘’por un Dron no vale la pena un ataque”, donde se demuestra que la razón no fue ni la una ni la otra como lo mencioné arriba, y el tercer round cuando apostó Trump a que los europeos iban a cambiar de parecer e iban a aliarse con Él al subir el enriquecimiento de uranio por parte de Irán, cual sorpresa, los europeos buscan desesperadamente ofertar mejores opciones de intercambios con Irán, tratando de evitar lo peor...
El narcisismo y la ignorancia cuando se juntan en un poder económico o político, son una ecuación letal y suicida. Estas han llevado al derrumbe de muchos “piratas” y muchos “emperadores”’ y la historia lo cuenta. Definitivamente este mundo de las élites políticas manejadas por los grandes poderes de las empresas multinacionales y la banca, no han entendido que el mundo ya tiene polos nuevos y que han surgido fuerzas de carácter disuasivo que son capaz de poner reglas nuevas; estas élites tienen que entender eso, sino es a las buenas, a las malas, será la opción inevitable.
Escrito por Aleksander Nagi, asesor privado en temas de Oriente Medio.
Los británicos no pudieron aguantar más las ganas para volver otra vez al viejo oficio. En pleno siglo XXI, acaban de cometer un acto medieval que carece de legalidad con unas consecuencias que pueden afectar, no solo la imagen del país de los “lores”, también puede llevar y coadyuvar a un conflicto de grandes proporciones, que el mundo puede evitar a estas alturas de congestión y acumulo de presión al nivel político, económico y militar.
Las acomodaciones actuales de las placas geoestratégicas y geopolíticas no aguantan caprichos de narcisistas enfermizos con problemas políticos y sociales internos, con pérdida de credibilidad regional y con una historia sanguinaria de conspiraciones y destrucciones masivas de países y continentes, que hasta el momento, la población mundial en cualquier continente sigue recordando a este país como el principal dibujante de los mapas y las fronteras que conocemos hoy en día en el mapa global como países “independientes”. El Reino Unido dividió el mundo en fronteras con intención premeditada al largo plazo para poder mover conflictos futuros de carácter religioso, étnico, racial y político que favorezca sus intereses imperiales.
El narcisismo británico esta vez entra repentinamente al estilo de un ciego en un local de jarrones de cerámica japonesa y cristales, dando palos para levantar ruido y hacerse sentir. En este caso, el guiño de la administración Trump ha servido para dar oxígeno a la agonizante primera ministra que tiene una presión interna monumental, por el otro lado, trata de agitar el tablero europeo que trabaja para estabilizar las aguas perturbadas con Irán, para evitar cualquier alza en el precio del petróleo que asfixiará a Europa económicamente, y por último, poner a Irán frente a una agresión directa para igualar la perdida del Dron caído en aguas territoriales iraníes sin ser vengado ‘’teatralmente’’ como lo planteo la administración de los “halcones”, pidiendo a la dirigencia iraní permitir un ataque en su territorio para salvaguardar la imagen del “gran y poderoso Estados Unidos”, a lo cual, la respuesta iraní fue la que abortó el ataque montado y listo para efectuarse, con una respuesta digna y contundente: “cualquier ataque contra el territorio iraní, será considerado una declaración de guerra”.
Con todo eso, los analistas ven que la piratería británica carece de fundamentos legales que la sustentan:
1) La captura del carguero iraní en aguas internacionales debe ser respaldado por una ley aprobada en el Consejo de Seguridad que exija la prohibición a este tipo de cargueros circular. No existe ninguna prohibición y menos una orden que permite a que la fuerza naval británica realice esta aberración que va en contra del Derecho y las leyes Internacionales.
2)Las sanciones europeas contra Siria solo prohíben la compra del crudo sirio, más no el crudo que llegue legalmente de cualquier parte al pueblo sirio a través de su gobierno legítimamente reconocido por la Comunidad Internacional, más aún, cuando este carguero no iba a Siria y por su tamaño, su calado es más grande de lo que puede soportar la profundidad de los puertos costeros sirios, como lo confirmó un vocero de la cancillería iraní.
3) Este acto de piratería, incluso, fue más allá que las mismas actitudes y sanciones de los mismos “halcones” de la Administración Trump, que, hasta el momento, ha gastado un mar de tintas y centenares de lapiceros por parte de Trump, firmando leyes y normas, sin atreverse hasta el momento, a disparar una sola bala contra el país persa, por más que lo hayan solicitado y rogado, los príncipes herederos Bin Salman y Bin Zayed, como también, “el flamante” Bibi Netanyahu.
Así que la movida británica lidia con la estupidez narcisista con un alto grado de carencia de lectura estratégica típica del aventurero que toma una decisión y en el camino busca la solución, algo típico últimamente también, en la política del exterior de la administración actual de Trump.
Pero, esta vez, la movida es en el tablero de Irán; el país que lleva tres movidas a su favor con inteligencia, dignidad, contundencia y cumplimiento a las promesas y advertencias. Frente el carnaval de amenazas por parte de Trump basándose en su libro “The Art of the Deal”, Irán pone en marcha una tercera opción frente a las dos, que, supuestamente eran inevitables: arrodillarse y negociar o una guerra total al estilo invasión de Afganistán e Irak.
Para sorpresa de muchos, la dirigencia iraní con su sabiduría histórica y convicción transparente en principios, voltea la mesa insinuando una guerra que no desea pero, no la teme, frente a un contrincante que, tampoco desea la guerra, pero sí, la teme, según el pensante y el analista geoestratégico libanés Naser Khandil en su columna Irán Gana el tercer round con exactitud de cálculo publicada en el diario “Al-Binaa” el 8 de julio de 2019.
Según el gran analista Khandil, Irán, con el ataque al oleoducto saudí por parte de los hutiés del Yemen Ansarolá, como el derrumbe del Dron, mas, el plazo de los 60 días que se vencieron el día domingo pasado con el cumplimiento de la promesa de elevar el enriquecimiento de uranio a lo establecido en el acuerdo nuclear del 5+1, no es mas que una victoria iraní con “exactitud de cálculo”, donde la Administración Trump baja el tono de “la defensa a sus aliados’’ de los países árabes del Golfo Pérsico, y limita su respuesta militar a solo ‘’en caso que sean atacadas sus bases y sus soldados”; después del Dron sale con la excusa de “no querer causar la posible muerte de 135 soldados iraníes”, después de haber dicho que ‘’por un Dron no vale la pena un ataque”, donde se demuestra que la razón no fue ni la una ni la otra como lo mencioné arriba, y el tercer round cuando apostó Trump a que los europeos iban a cambiar de parecer e iban a aliarse con Él al subir el enriquecimiento de uranio por parte de Irán, cual sorpresa, los europeos buscan desesperadamente ofertar mejores opciones de intercambios con Irán, tratando de evitar lo peor...
El narcisismo y la ignorancia cuando se juntan en un poder económico o político, son una ecuación letal y suicida. Estas han llevado al derrumbe de muchos “piratas” y muchos “emperadores”’ y la historia lo cuenta. Definitivamente este mundo de las élites políticas manejadas por los grandes poderes de las empresas multinacionales y la banca, no han entendido que el mundo ya tiene polos nuevos y que han surgido fuerzas de carácter disuasivo que son capaz de poner reglas nuevas; estas élites tienen que entender eso, sino es a las buenas, a las malas, será la opción inevitable.
Escrito por Aleksander Nagi, asesor privado en temas de Oriente Medio.
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