viernes, 29 de noviembre de 2019

Hablemos de racismo


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Hablemos de racismo

 

 

Por Manuel Carmona Curtido

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Manuel Carmona Curtido
El racismo, tal y como se concibe en la actualidad, viene determinado por el darwinismo social.
El darwinismo social fue una teoría pseudocientífica que aplica los estudios que Darwin hizo sobre la evolución de las especies y la adapta a la especie humana, dividiendo a los seres humanos en distintas razas, en función de unas características arbitrarias, dotando a cada una de ellas de unas características en función de su evolución, tomando como punto superior las características sociales europeas.
Esta teoría tuvo su punto álgido en la Alemania Nazi que basó su política de exterminio en estos principios, tomando como raza superior la raza aria, estando todas las demás subordinadas a esta.
Tras la segunda guerra mundial esta teoría cayó en declive tras conocer las aberraciones que los nazis habían cometido.
Hoy, estudios antropológicos y genéticos, afirman la no existencia de razas así como la mentira del mito de la pureza racial.
Teniendo estos datos en cuenta, ninguna teoría racista se sostiene en la actualidad. Entonces cabría preguntarse ¿Cómo pueden seguir existiendo racistas en la actualidad?
En mi opinión hoy no existen racistas, aunque siempre queda algún descerebrado, ya que realmente los mensajes de odio no se dirigen a personas por sus características físicas, aunque se tomen como referencia, los insultos vienen determinados por su capacidad económica. No se insulta al extranjero (africano, asiático, sudamericano…) o a quien profesa una religión distinta (principalmente musulmanes) sino a los pobres.
Lo que me lleva a hacer otra pregunta, alguno de estos “racistas” se negarían estrechar la mano a Nasser Al-Khelaïfi, presidente del Paris Saint Germain por “moro”, a Samuel Etoo por “negro” o Messi por “sudaca”, seguro que no, porque ellos han limpiado su estigma racial siendo millonarios.
Cuando oímos o leemos las barbaridades racistas que algunos proclaman con sobrado orgullo y escaso cerebro no lo hacen por el color de piel, religión o procedencia, utilizan estas excusas para atacar al eslabón más débil de la sociedad, que son las personas que han abandonado sus raíces para buscar una oportunidad de mejorar su vida y que son pobres.
No es racismo es aporofobia, miedo al pobre, y establecen diferencias entre unos pobres y otros para que peleemos entre nosotros mientras ellos siguen atiborrándose del pastel que es de todos.
Pero cuando los oigas hablar no te fijes en el color de la piel de las personas de las que habla, fíjate en su clase social y te darás cuenta que no habla en contra de personas de otros países, habla en contra tuya.
“Sólo hay una raza, la raza humana y todos somos miembros de ella” Margaret Atwood

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