Corrupción y crimen acotan a periodistas
Concluye la ONU que reporteros y medios enfrentan continuamente amenazas y autocensura; realizan estudio en ocho entidades
Iván E. Saldaña- 1
- 2
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de noviembre.-
La autocensura —por miedo a entrar en peligro personal—, la corrupción
—como servicio al poder o al crimen organizado— y el riesgo por amenazas
o agresión física por parte de autoridades y delincuentes son los tres
mayores problemas que enfrentan los periodistas mexicanos.
Así lo reflejan los resultados de las Consultas Estatales para el Diseño de una Estrategia Nacional de Fortalecimiento en Seguridad y Justicia para Medios de Comunicación, realizadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en ocho entidades de la República, entre ellas el Distrito Federal.
Asimismo, demostraron que en zonas como Oaxaca y Chiapas hace falta una cultura de la legalidad en el ejercicio periodístico y existen bajos conocimientos sobre sus derechos laborales; incluso son los profesionales que perciben los salarios más bajos, lo que propicia que los gobiernos locales los coopten con mayor facilidad.
El riesgo que corren los periodistas, incluso los dueños de los medios, contra su integridad personal en los estados del sur, afirman, proviene de autoridades estatales y municipales, más que el crimen organizado, que también censuran, corrompen o manipulan la línea editorial.
En contraste con el sur, donde la encuesta los posiciona como “estados de violencia baja o media”, identifican que en Durango, Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Nuevo León, al norte del país, los peligros son otros.
Definen que para quien ejerce el oficio de comunicar hay un contexto de “violencia alta” y sobre todo los reporteros son agredidos principalmente por miembros del crimen organizado.
Los periodistas que hablan y publican sobre eventos relacionados con hechos delictivos o violentos, excluida la llamada nota roja, “sólo acuden al lugar del crimen, toman fotos” y “transcriben” la versión que las autoridades dan a conocer, sin investigar alguna relación de corrupción o vínculos entre delincuentes y funcionarios, explican.
Se autocensuran sin hacer periodismo de investigación, explicó a Excélsior el periodista Raúl Benítez Manaut, consultor de dicha encuesta.
Agregó que el reportero inhibe el periodismo de investigación en esta zona del país para “no ser blanco del crimen organizado”, incluso se cuidan más que de las autoridades, pues a diferencia de la corrupción entre periodistas y funcionarios, “el crimen compra a los medios de comunicación y a sus trabajadores mediante amenazas, extorsiones e incluso asesinatos”.
La encuesta realizada a periodistas, autoridades gubernamentales, dueños y directivos de medios de comunicación, ONG y académicos en esas entidades, clasificó al Distrito Federal como lugar de “baja violencia” para el trabajo periodístico.
Dicho resultado en la zona centro, presentado por la UNODC, asegura que aunque en la capital del país el periodista es más “profesional” a causa de la baja incidencia del crimen organizado, la competencia entre los medios nacionales, por menor presión ejercida de los gobiernos, en comparación con medios pequeños en el resto del país, la amenaza sigue agravándose por las carentes medidas que se adoptan para evitarlo.
“Nosotros vimos que hay un desconocimiento tremendo (entre periodistas) sobre la reforma al sistema de justicia”, aseguró Raúl Benítez, tras señalar que la falta de cultura de la legalidad es una situación problemática en todo el país.
Las recomendaciones que presentaron dentro de esta encuesta, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fueron que autoridades gubernamentales, dueños de medios de comunicación así como periodistas y sociedad civil deben fortalecer las instituciones con la participación de cada uno, en sus atribuciones, para crear protocolos de protección al periodista, así como una continua formación y profesionalización de la tarea periodística.
2012-11-11 05:42:00
Así lo reflejan los resultados de las Consultas Estatales para el Diseño de una Estrategia Nacional de Fortalecimiento en Seguridad y Justicia para Medios de Comunicación, realizadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en ocho entidades de la República, entre ellas el Distrito Federal.
Asimismo, demostraron que en zonas como Oaxaca y Chiapas hace falta una cultura de la legalidad en el ejercicio periodístico y existen bajos conocimientos sobre sus derechos laborales; incluso son los profesionales que perciben los salarios más bajos, lo que propicia que los gobiernos locales los coopten con mayor facilidad.
El riesgo que corren los periodistas, incluso los dueños de los medios, contra su integridad personal en los estados del sur, afirman, proviene de autoridades estatales y municipales, más que el crimen organizado, que también censuran, corrompen o manipulan la línea editorial.
En contraste con el sur, donde la encuesta los posiciona como “estados de violencia baja o media”, identifican que en Durango, Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Nuevo León, al norte del país, los peligros son otros.
Definen que para quien ejerce el oficio de comunicar hay un contexto de “violencia alta” y sobre todo los reporteros son agredidos principalmente por miembros del crimen organizado.
Los periodistas que hablan y publican sobre eventos relacionados con hechos delictivos o violentos, excluida la llamada nota roja, “sólo acuden al lugar del crimen, toman fotos” y “transcriben” la versión que las autoridades dan a conocer, sin investigar alguna relación de corrupción o vínculos entre delincuentes y funcionarios, explican.
Se autocensuran sin hacer periodismo de investigación, explicó a Excélsior el periodista Raúl Benítez Manaut, consultor de dicha encuesta.
Agregó que el reportero inhibe el periodismo de investigación en esta zona del país para “no ser blanco del crimen organizado”, incluso se cuidan más que de las autoridades, pues a diferencia de la corrupción entre periodistas y funcionarios, “el crimen compra a los medios de comunicación y a sus trabajadores mediante amenazas, extorsiones e incluso asesinatos”.
La encuesta realizada a periodistas, autoridades gubernamentales, dueños y directivos de medios de comunicación, ONG y académicos en esas entidades, clasificó al Distrito Federal como lugar de “baja violencia” para el trabajo periodístico.
Dicho resultado en la zona centro, presentado por la UNODC, asegura que aunque en la capital del país el periodista es más “profesional” a causa de la baja incidencia del crimen organizado, la competencia entre los medios nacionales, por menor presión ejercida de los gobiernos, en comparación con medios pequeños en el resto del país, la amenaza sigue agravándose por las carentes medidas que se adoptan para evitarlo.
“Nosotros vimos que hay un desconocimiento tremendo (entre periodistas) sobre la reforma al sistema de justicia”, aseguró Raúl Benítez, tras señalar que la falta de cultura de la legalidad es una situación problemática en todo el país.
Las recomendaciones que presentaron dentro de esta encuesta, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fueron que autoridades gubernamentales, dueños de medios de comunicación así como periodistas y sociedad civil deben fortalecer las instituciones con la participación de cada uno, en sus atribuciones, para crear protocolos de protección al periodista, así como una continua formación y profesionalización de la tarea periodística.
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