Un punto de vista obscuro: Angel Sandoval
A Ebrard se le acabó la inteligencia
Adrián Rueda
A quién quiere sorprender Marcelo Ebrard con
eso de que los actos vandálicos del sábado en la Ciudad de México
“fueron planeados deliberadamente” para dañar a la ciudad; con ello el
mejor alcalde del mundo evidencia que carece de la más mínima
inteligencia y se quema a escala internacional.
Y esa carencia es en todos los sentidos: primero, con una declaración tan cínica deja ver, por un lado, su menosprecio a los ciudadanos a los que busca tratar como tontos; por el otro, que su equipo de inteligencia política no fue capaz de anticipar los hechos.
Claro que fueron actos deliberados, pues al parecer, excepto él, en la ciudad todo mundo sabía que habría desmanes; la convocatoria fue a través de las redes sociales, pero tampoco se necesitaba ser adivino.
Estos grupos han roto cristales, saqueado negocios, incendiado autos y causado destrozos en la ciudad cuando se les ha pegado la gana y Marcelo siempre los justificó con el argumento de que la izquierda no reprime.
“Eso es lo que quisieran que hiciéramos (actuar), pero no les vamos a dar el gusto”, repetía una y otra vez Ebrard cuando se le cuestionaba la inacción policiaca.
Los anarquistas se movieron en Metro desde la mañana, por lo que tuvieron que ser vistos; en la ciudad hay miles de cámaras que los captaron y ni así la policía evitó los desmanes, lo que habla de una gran incapacidad, si no es que ingobernabilidad.
Cómo es posible que apenas dos días después de que se fue Manuel Mondragón de la SSP del DF, al encargado, Luis Rosales Gamboa, se le salen las cosas de control, al igual que al secretario de Gobierno, Héctor Serrano.
Ebrard se vio, además, mezquino al justificar su ineficiencia tratando de culpar al presidente Enrique Peña Nieto por el evento en Palacio Nacional, al decir que la inconformidad con el nuevo gobierno no ameritaba los ataques a su Hemiciclo. “(El ataque) fue planeado deliberadamente para eso, destruir, afectar la Alameda, parque público que acabamos de reparar… pero no nos vamos a intimidar”, dijo.
Marcelo deja entrever que alguien tiene la intención de dañar su imagen a unos días de que entregue la jefatura de Gobierno del DF, pero no lo señale directamente; bien sabe a quiénes responden los grupos que vandalizan la ciudad, que no se haga.
Porque esos grupos siempre han actuado con impunidad en el DF, aunque ahora lo hicieron sin su permiso. Parece apuntar a Andrés Manuel López Obrador como el responsable, porque El Peje fue el primero en criticar la acción policiaca contra los manifestantes y dijo que cuando él gobernó nunca pasaron esas cosas.
Todo ante la prensa internacional, que reportaba lo que pasaba en la ciudad del mejor alcalde del planeta que desde el miércoles se dedicará a compartir al mundo su receta para hacer de las capitales lugares tan seguros como el DF.
Seguro la primera recomendación será prohibir la existencia de darketos, punketos y anarquistas.
Por cierto, como para dejar en claro su rompimiento con Marcelo, López Obrador recurrió una vez más a Benito Juárez en su discurso del sábado en El Ángel, al recordar que nada por la fuerza…
Ebrard declararía horas más tarde que alguien quiso dañar en específico el Hemiciclo… ¡a Benito Juárez!, vaya coincidencia.
Otro aspecto que pudo enrarecer el ambiente del fin de semana es la descarnada lucha por el control de la SSP-DF, que recién dejó vacante precisamente Mondragón, y que ahora los grupos de poder se disputan con golpes bajos, como es costumbre.
CENTAVITOS… Aunque ya era público que Andrés Manuel y Marcelo rompieron lanzas y se convirtieron en enemigos a muerte para 2018, y que prueba de ello fue la decisión de El Peje de darle la dirección de Morena a Martí Batres
—con quien Ebrard había roto en definitiva—, los actos vandálicos del sábado hacen imposible cualquier reconciliación. Ambos buscan encabezar la bandera de la izquierda, y ya se vio que se llevarán pesado.
2012-12-03 00:31:00
Y esa carencia es en todos los sentidos: primero, con una declaración tan cínica deja ver, por un lado, su menosprecio a los ciudadanos a los que busca tratar como tontos; por el otro, que su equipo de inteligencia política no fue capaz de anticipar los hechos.
Claro que fueron actos deliberados, pues al parecer, excepto él, en la ciudad todo mundo sabía que habría desmanes; la convocatoria fue a través de las redes sociales, pero tampoco se necesitaba ser adivino.
Estos grupos han roto cristales, saqueado negocios, incendiado autos y causado destrozos en la ciudad cuando se les ha pegado la gana y Marcelo siempre los justificó con el argumento de que la izquierda no reprime.
“Eso es lo que quisieran que hiciéramos (actuar), pero no les vamos a dar el gusto”, repetía una y otra vez Ebrard cuando se le cuestionaba la inacción policiaca.
Los anarquistas se movieron en Metro desde la mañana, por lo que tuvieron que ser vistos; en la ciudad hay miles de cámaras que los captaron y ni así la policía evitó los desmanes, lo que habla de una gran incapacidad, si no es que ingobernabilidad.
Cómo es posible que apenas dos días después de que se fue Manuel Mondragón de la SSP del DF, al encargado, Luis Rosales Gamboa, se le salen las cosas de control, al igual que al secretario de Gobierno, Héctor Serrano.
Ebrard se vio, además, mezquino al justificar su ineficiencia tratando de culpar al presidente Enrique Peña Nieto por el evento en Palacio Nacional, al decir que la inconformidad con el nuevo gobierno no ameritaba los ataques a su Hemiciclo. “(El ataque) fue planeado deliberadamente para eso, destruir, afectar la Alameda, parque público que acabamos de reparar… pero no nos vamos a intimidar”, dijo.
Marcelo deja entrever que alguien tiene la intención de dañar su imagen a unos días de que entregue la jefatura de Gobierno del DF, pero no lo señale directamente; bien sabe a quiénes responden los grupos que vandalizan la ciudad, que no se haga.
Porque esos grupos siempre han actuado con impunidad en el DF, aunque ahora lo hicieron sin su permiso. Parece apuntar a Andrés Manuel López Obrador como el responsable, porque El Peje fue el primero en criticar la acción policiaca contra los manifestantes y dijo que cuando él gobernó nunca pasaron esas cosas.
Todo ante la prensa internacional, que reportaba lo que pasaba en la ciudad del mejor alcalde del planeta que desde el miércoles se dedicará a compartir al mundo su receta para hacer de las capitales lugares tan seguros como el DF.
Seguro la primera recomendación será prohibir la existencia de darketos, punketos y anarquistas.
Por cierto, como para dejar en claro su rompimiento con Marcelo, López Obrador recurrió una vez más a Benito Juárez en su discurso del sábado en El Ángel, al recordar que nada por la fuerza…
Ebrard declararía horas más tarde que alguien quiso dañar en específico el Hemiciclo… ¡a Benito Juárez!, vaya coincidencia.
Otro aspecto que pudo enrarecer el ambiente del fin de semana es la descarnada lucha por el control de la SSP-DF, que recién dejó vacante precisamente Mondragón, y que ahora los grupos de poder se disputan con golpes bajos, como es costumbre.
CENTAVITOS… Aunque ya era público que Andrés Manuel y Marcelo rompieron lanzas y se convirtieron en enemigos a muerte para 2018, y que prueba de ello fue la decisión de El Peje de darle la dirección de Morena a Martí Batres
—con quien Ebrard había roto en definitiva—, los actos vandálicos del sábado hacen imposible cualquier reconciliación. Ambos buscan encabezar la bandera de la izquierda, y ya se vio que se llevarán pesado.
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