Baktun 13, la versión del vínculo Maya con el calendario cristiano
Numerosos
estudiosos han intentado encontrar fechas y momentos históricos para
correlacionar el calendario europeo con el maya, y parece que el 21 de
diciembre podría ser la solución
(a)
Dibujo del autor Teeple sobre un "eclipse de glifo posible" (Teeple
1931:. Fig. 19), (b) Postclásico glifo de eclipse (dibujo de Simon
Martin), (c) Bloque del autor Copan (fotografía de Linda Schele,
cortesía de David Schele); glifo eclipse desde K5359 (detalle de dibujo
de Simon Martin de Miller y Martin 2004: fig. 21, basada en la
fotografía de Justin Kerr K5359).
Lo anterior fue referido en el texto publicado por Simon Martin, del Museo de la Universidad de Pennsylvania y de Joel Skidmore, de Precolumbia Mesoweb Press, en ”The Pari Journal” (The Pre-columbian Art Research Institute) en su edición de verano del 2012.
La importancia de la correlación por las fecha en las que se pueden identificar los sucesos del calendario de la américa prehispánica y de Europa, en relación al calendario gregoriano denominado así por el Papa Gregorio XIII, que sustituyó en 1582 al calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instaurara en el año 46 a. C.
De acuerdo al texto académico, la fecha del 21 de diciembre podría ser la que resuelva el enigma de los estudiosos en la materia con el “correcto engranaje de los periodos mayas y el calendario Juliano en un solo punto”, de esa forma se podría tener claridad para saber las fechas exactas de los acontecimientos del viejo mundo.
Algunas de las fechas de correlación son las siguientes:
- Correlación propuesta en 1905 por Josep T. Goodman (nos remite al 18 de diciembre de 2012).
- Misma correlación, pero corregida en 1926 por Juan Martínez Hernández (nos remite al 19 de diciembre de 2012).
- Misma correlación, pero corregida en 1935 por John Eric Sidney Thompson (nos remite al 23 de diciembre de 2012).
- Misma correlación, pero revisada nuevamente en 1950 por el propio Thompson (nos remite al 21 de diciembre de 2012).
- Misma correlación, pero cotejada en 1978 frente a los datos astronómicos por Floyd G. Lounsbury (nos remite nuevamente al 23 de diciembre de 2012, y desde entonces ha sido la más usada por los epigrafistas).
- Misma correlación, pero revisada recientemente (2012) por Simon Martin y Joel Skidmore, tomando en cuenta datos epigráficos descubiertos recientemente (nos remite al 24 de diciembre de 2012).
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