Industria bélica de China, al club de las cinco grandes
En el club de los países que más armas venden en el mundo, China desplazó a Gran Bretaña. Ya se encuentra en el quinto lugar, detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania y Francia. La mayoría de los compradores de China son Estados de bajos ingresos de Asia, África, Oriente Medio y América
Thalif Deen/IPS
Naciones Unidas, Nueva York, Estados
Unidos. Después de reemplazar a Japón en el puesto de segunda economía
mundial, China logra ahora otro hito: desplazar a Gran Bretaña como
quinto mayor proveedor de armas del planeta.
En un nuevo estudio divulgado el
pasado 18 de marzo, el Instituto Internacional de Investigaciones para
la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su sigla en inglés) señala: “ésta es la
primera vez que China está entre los cinco principales exportadores de
armas, desde el fin de la Guerra Fría”.
Ante la pregunta de cómo se comparan
las armas chinas con los sistemas más sofisticados utilizados por
Occidente, Paul Holtom, director del Programa de Transferencias de Armas
del SIPRI, dice a Inter Press Service (IPS): “tal vez sea más
pertinente preguntar cómo se comparan las armas chinas de exportación
con las que ofrecen Rusia, Ucrania, etcétera, dado que es con estos
proveedores con los que China tiene probabilidades de competir en el
corto y mediano plazo”.
Holtom señala que el perfil de los
receptores de armas chinas son predominantemente Estados de bajos
ingresos en Asia, África, Oriente Medio y América.
El ascenso de China estuvo impulsado
principalmente por las compras a gran escala de armas por parte de
Pakistán, país otrora descrito por un delegado chino como “nuestro
Israel”.
Estados Unidos es actualmente el mayor
proveedor de armas a Israel, su histórico aliado político y militar,
que es fuertemente protegido contra toda forma de sanción en el Consejo
de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según el Instituto, los cinco mayores
proveedores de armas convencionales entre 2008 y 2012 fueron Estados
Unidos (30 por ciento de las exportaciones mundiales de armas), Rusia
(26 por ciento), Alemania (7 por ciento), Francia (6 por ciento) y China
(5 por ciento).
Ésta es la primera vez que Gran
Bretaña no figura entre los cinco primeros exportadores de armas, desde
que en 1950 el SIPRI comenzó su registro.
En general, el volumen de
transferencias internacionales de las principales armas convencionales
importantes aumentó 17 por ciento, tanto entre el periodo 2003-2007 como
en el de 2008-2012, según el estudio.
Tradicionalmente los principales
exportadores mundiales de armas han sido los cinco miembros permanentes
del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y
Rusia), el único órgano de la ONU con poder para declarar la guerra y
la paz.
El grupo lo integra también Alemania, actualmente el tercer mayor proveedor de armas.
Además de ser exportadora, China también fue una importadora clave de armas durante el periodo 2008-2012.
Asia y Oceanía representaron casi la
mitad (47 por ciento) de las importaciones mundiales de las principales
armas convencionales.
Los cinco mayores importadores
mundiales de este rubro fueron India (12 por ciento), China (6 por
ciento), Pakistán (5 por ciento), Corea del Sur (5 por ciento) y
Singapur (4 por ciento), todos asiáticos.
Estas adquisiciones se producen en un
momento de tensión en torno a disputas territoriales en los mares de
China del Este y del Sur.
Holtom dice que es difícil dar una
explicación definitiva sobre si la mayoría de los países en desarrollo
se veían atraídos por las armas chinas debido a los precios más bajos, o
a que Pekín no impone condiciones políticas, incluidos estándares de
derechos humanos.
El costo y también los términos de los
acuerdos –por ejemplo préstamos a largo plazo con intereses bajos,
trueques, etcétera– obviamente son y serán un elemento importante en las
consideraciones de compra, sostiene.
La cuestión de la “seguridad del suministro” también sería un factor.
Desde la perspectiva de algunos
analistas en Moscú, por ejemplo, la decisión de Rusia de incluir sus
sistemas S-300 dentro del embargo de armas a Irán perjudicó la
reputación de la nación europea como “fuente segura de suministros de
armas”, y se teme que China termine beneficiándose de esto.
Holtom dice que Wikileaks (la
organización con base en internet que ha publicado documentos
clasificados) señala que las empresas chinas también son sensibles a las
preocupaciones sobre los derechos humanos y a la presión de Estados
Unidos.
“Pero es probable que todavía se los
vea como una ‘fuente segura de suministros de armas’ comparada con
algunos de los otros grandes proveedores que evalúan las exportaciones
de armas contra una más amplia gama de criterios que China”, plantea el
director del Programa de Transferencias de Armas del SIPRI.
“Por ejemplo, Estados miembros de la
Unión Europea aplican los ocho criterios de la Posición Común del bloque
sobre serias violaciones a los derechos humanos y al derecho
humanitario internacional, el impacto sobre los conflictos, la
inestabilidad y los riesgos de desvío”, explica Holtom.
Según el directivo del SIPRI, los tres
principios de la venta de armas de China son: contribución con la
capacidad de autodefensa del Estado receptor; no perjudicar la paz,
seguridad y estabilidad de la región o del mundo; y no interferir en los
asuntos internos del país receptor.
También destaca que se produjeron
acontecimientos muy significativos con relación a la industria
armamentista de China desde sus reformas a finales de la década de 1990.
Sin embargo, Holtom enfatiza que
algunos sectores chinos pueden ofrecer sistemas más avanzados que otros,
y que también hay una diferencia entre los sistemas producidos por el
Ejército de Liberación Popular y los sistemas que se fabrican para
exportación.
Entre los ítems que el SIPRI incluye
en sus datos sobre entregas figuran el bajo costo y los sistemas
anticuados, como los aviones de combate F-7.
Sin embargo, el JF-17/FC-1, que se
desarrolló y vendió a Pakistán, constituyó un factor importante para el
ascenso de China, indican las estadísticas del Instituto. Por ello,
otros Estados tienen interés en dicho artefacto.
Como el avión de combate J-10, estos
elementos contienen componentes rusos que pueden ser determinantes en
cuanto a las perspectivas de exportación y a sus posibilidades de
competir en el mercado.
Con relación a los tanques de batalla,
vehículos blindados, artillería, fragatas, misiles antibuques y el
sistema de defensa aérea portátil, China se ha garantizado algunos
clientes, tal vez atraídos por los costos más bajos de estos productos.
También se señala que tanto los equipos como los términos de los acuerdos y el entrenamiento están mejorando.
Fuente: Contralínea 329 / abril 2013
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