La
Habana, 28 jul (PL) Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) afirmaron hoy que al gobierno de
ese país no le interesa defender al campesino pobre sino los derechos
del capital, poco antes de iniciar en Cuba otro ciclo del diálogo de
paz.
En un comunicado leído por el miembro de la delegación guerrillera
Andrés París, la insurgencia señala que esa realidad se deduce del
tratamiento infame a las justas protestas de los pobladores del
Catatumbo, en esa nación suramericana.
Añade que el Ejecutivo
"hasta se ha inventado un nuevo proyecto de ley" para que "los forajidos
enmascarados que ostentan un gran músculo financiero y han actuado con
probado ingenio delictuoso" en sus labores de acaparamiento de tierras
no vayan a perder su inversión.
El equipo de las FARC-EP
considera que "la inaplazable reforma agraria ligada al anhelo de paz no
puede quedar reducida a una burla de poderosos grupos económicos,
banqueros y propietarios de emporios azucareros".
De nada
serviría hablar en La Habana de la limitación de la propiedad de la
tierra, del freno a su extranjerización, de su formalización a favor de
los pobres y de la soberanía nacional, si el gobierno convierte lo
acordado en palabras vacías que se las lleva el viento, insiste.
Al recordar fragmentos del acuerdo parcial sobre tierras alcanzado a
finales de mayo entre ambas partes, las FARC-EP sostienen que "es hora
de empezar a cumplir y dejar de reprimir".
Campesinos de la
norteña región del Catatumbo realizan protestas, que han sido reprimidas
por la fuerza pública colombiana, para exigir mejores condiciones de
vida en una zona abandonada por el Estado durante más de siete décadas.
Por su parte, Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno a
las pláticas, reiteró que lo acordado en el ámbito agrario supera la
visión de una reforma agraria y busca crear transformaciones reales para
cerrar la brecha entre el país rural y el urbano.
De eso se trata exactamente: de transformar la realidad de nuestro campo una vez pactemos el fin de la guerra, enfatizó.
Con respecto al ciclo que comienza, centrado en el segundo punto de la
agenda, expresó que está destinado a impulsar acuerdos sobre la
participación de la guerrilla desarmada en la política.
Refirió
que la insurgencia "deberá responder por todo lo ocurrido en medio del
conflicto" y que, de pactarse un acuerdo final, "podrán hacer política,
sin armas, en democracia, una vez se hayan desmovilizado".
De la
Calle dijo nuevamente que las conversaciones se dan en medio del
conflicto y no hay cese del fuego, y que cuando finalice la discusión de
los temas de la agenda y se tenga un acuerdo general éste será sometido
a la refrendación de los colombianos.
Esperamos que a las
FARC-EP, agregó, le asista la misma voluntad del Gobierno: avanzar de
forma expedita en la construcción de acuerdos para ponerle fin al
conflicto.
La agenda de las pláticas -iniciadas en La Habana en
noviembre pasado y que tienen a Cuba y Noruega como garantes- incluye
otros aspectos como la atención a las víctimas, el problema del
narcotráfico y el fin del conflicto armado.
jf/las |
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