¿Es Manning víctima de la psicosis antiterrorista y antiespionaje?
Foto: EPA
El
Fiscal militar exige condenarlo a sesenta años de prisión por una
veintena de cargos. Aunque, la condena máxima podría ser de hasta
noventa años. Los abogados anunciaron ya que tal condena sería
desproporcionada y que presentarán una apelación.
Lo
más paradójico en el caso Manning consiste en que el soldado fue
declarado culpable de espionaje, aunque le levantaron la imputación de
“ayuda al enemigo”. Por cuanto espiar, según la definición, es posible
solo a favor del enemigo, resultaría que Manning es un espía del todo
legal, aunque del sitio internacional escandalosamente famoso WikiLeaks.
Manning no entregó la información a nadie más. Tal interpretación de
espionaje se encuentra por vez primera en la jurisprudencia militar.
De
ahí justamente que tanto los abogados de Manning como los defensores
estadounidenses de los DDHH afirmen que con esta sentencia será creado
un precedente sumamente peligroso. Y que el objetivo principal que
persigue este tribunal es el de amedrentar a los hipotéticamente nuevos
“reveladores” de los crímenes del Ejército de EEUU y, de neutralizar
para siempre en ellos el deseo de “buscar la verdad”.
Una
pena tan larga nuestra que al gobierno de EEUU “interesa solo el
castigo” y no un veredicto justo, declaró David Coombs, el abogado de
Manning.
Este
es un proceso modelo, con la participación de todo el poderío y el
dinero del Estado con un único objetivo, a saber, el de aplastar y
aniquilar una persona honrada, manifestó en entrevista a La Voz de Rusia Debra Svit, defensora norteamericana de los DDHH, de la organización social El mundo no puede esperar (World Can’t Wait):
—Las
personas que hacen llegar a la opinión pública las informaciones
reveladas por Manning arriesgan la vida y la libertad. Ellas arriesgan
su futuro solo por decir la verdad. Para la mayoría de las gentes del
mundo, acciones de esta naturaleza son propias de un héroe. Pero nunca
de un traidor, como se afanan en presentar a Manning.
Bradley
Manning entregó a WikiLeaks videos de ataques aéreos, como consecuencia
de los que resultaron asesinados civiles, además de cientos de miles de
informes de incidentes, desagradables para EEUU, en las guerras en
Afganistán e Irak, un expediente sobre los reclusos en la cárcel de
Guantánamo y cientos de miles de despachos diplomáticos del Departamento
de Estado. Esta fue la más voluminosa filtración de información secreta
en la historia de EEUU. Manning fue arrestado en mayo de 2010 en
Kuwait, una base militar estadounidense, acusado de espionaje, de hurto
de bienes públicos y de difundir secretos de estado. Manning confesó que
estaba harto de tanta mentira y decidió revelar la verdad de lo que
sucede en Irak y en Afganistán.
Kristinn
Hrafnsson, dirigente de WikiLeaks, definió el día de la sentencia
contra Manning de “día negro” para todas las gentes honradas que se
empeñan en denunciar los crímenes de las autoridades:
—Nunca
antes en la historia de los denunciadores han sido estos acusados ni
condenados según los artículos de la ley de espionaje de 1917. Este es
un precedente muy peligroso. Pero este, desgraciadamente, se encaja del
todo en la persecución de los “filtradores” (como se denominan en EEUU a
los que revelan la verdad sobre las maquinaciones del poder), en
tiempos de la gestión de Barack Obama.
Esta persecución se extiende también al periodismo de investigación y
al periodismo en general, y no solo a nuestro sitio WikiLeaks.
En
efecto, con ningún otro presidente de EEUU, el espionaje global de
Washington ha alcanzado tal envergadura como bajo la gestión de Obama. Y
EEUU no había conocido hasta ahora una interpretación tan amplia de las
leyes sobre combate al terrorismo y el espionaje.
sb/as
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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