Glenn Greenwald se retira con la promesa de nuevas denuncias
© Collage: La Voz de Rusia
Mañana
31 de octubre publicará por última vez su columna. Esto, sin embargo,
no significa que de ahora en adelante el supersecreto servicio de
inteligencia estadounidense pueda respirar con alivio. Al contrario.
Debería tener mucho cuidado, porque Greenwald se va con la promesa de
seguir denunciando su cuestionable gestión.
El
periodista, que vive en Río de Janeiro, Brasil, informó que ha recibido
una oferta que solo sale una vez en la vida y no puede ser
desperdiciada por un profesional. The Guardian, a su vez, lamentó la pérdida de una verdadera “pluma de oro”.
Greenwald
no ha dado ningún detalle acerca de su nuevo trabajo. Según algunas
fuentes, se trata de un nuevo medio que publicará importantes denuncias y
material político. Greenwald deberá formar el equipo periodístico y ser
uno de sus directores. Además, dice que necesita terminar su libro
sobre los secretos de la inteligencia y organismos especiales de EEUU.
No
descubre el contenido del mismo, pero es fácil de adivinar. En todo
caso, la NSA puede verse nuevamente en problemas. Greenwald adelantó que
pretende hacer público algo que nadie sabe.
–Solo
puedo decir que la NSA dispone de sofisticados programas de vigilancia
que la opinión pública aún desconoce. La agencia anda mejorando todo el
tiempo sus capacidades técnicas. Pretendemos verter luz sobre este
asunto sin perjudicar obviamente la seguridad nacional.
Greenwald,
de cuarenta y seis años, es natural de Nueva York. Es abogado experto
en derecho constitucional de EEUU, blogero y autor de cuatro libros
sobre la presidencia de George W. Bush y el trasfondo de la
administración de EEUU. Todos fueron éxitos indiscutibles de literatura
política, pero hasta este verano solo un reducido círculo de
profesionales conocía el nombre de su autor.
La fama mundial le llegó a Greenwald en junio pasado, cuando empezó a publicar revelaciones de Snowden en The Guardian.
Desde entonces, es considerado uno de los mejores maestros de
investigación periodística a nivel mundial. Él mismo cree que esta forma
de periodismo puede acabar en un “libro rojo” de géneros en extinción y
debe luchar por su supervivencia. En EEUU hay toda una ofensiva contra
fuentes como Snowden y los periodistas que trabajan con ellas, contra el
género en su conjunto, sostiene Greenwald.
La
fiscalía de EEUU trata de convencer a la opinión pública de que un
periodista que lleva mucho tiempo trabajando con una fuente de
información se convierte él mismo en un delincuente, un cómplice de
conspiradores. Grreenwald dice que este planteamiento puede acabar
definitivamente con la libertad de prensa:
–Las
autoridades estadounidenses ya están próximas a tratar el periodismo de
investigación como una actividad criminal. Pero yo, como ciudadano de
EEUU, recuerdo muy bien la primera enmienda a la Constitución que
garantiza la libertad de expresión y la libertad de prensa. Y obraré de
acuerdo a la letra y el espíritu de esta enmienda cumpliendo mi deber de
periodista.
Greenwald
desmiente los intentos de presentar a Snowden como un traidor y
prácticamente un cómplice de terroristas por haber denunciado la gestión
ilícita de la NSA:
–Él
(Snowden) podría haber vendido todos estos secretos a la inteligencia
de algún otro país y vivir cómodamente y en prosperidad hasta el fin de
sus días. Si hubiera tenido la intención de perjudicar a EEUU, habría
entregado estos documentos a los enemigos de su país. Pero no lo hizo.
Se dio cuenta de que la NSA es una organización secreta malévola que
socava con su gestión los principios fundamentales de las libertades
políticas y civiles no solo en EEUU sino en el mundo entero y consideró
su deber hacerlo de dominio público.
Con la salida de Greenwald, los problemas que ha tenido The Guardian
con el Gobierno británico no han terminado. El primer ministro de Reino
Unido, David Cameron, amenazó con una demanda judicial al diario, si
continúa la publicación de revelaciones sobre la gestión de servicios
secretos estadounidenses y británicos. Dijo en el parlamento que la
postura del rotativo es “socialmente irresponsable”. En agosto pasado,
los servicios de seguridad de Reino Unido forzaron a The Guardian
a destruir los discos duros con revelaciones de Snowden. A su vez,
Greenwald asegura que los datos se habían enviado a numerosas
direcciones y serán inmediatamente publicados en Internet, si algo pasa a
él o a Snowden. Agrega que a la NSA le convendría mucho más preocuparse
del bienestar de ambos.
nv/sk/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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