Renueva crimen lavado de dinero
AGENCIA REFORMA/ABRAHAM SAUCEDO / Publicada el 21/06/2014
Para
evadir nuevas disposiciones del Gobierno mexicano contra el lavado de
dinero, los grupos criminales mexicanos están haciendo uso de cuentas
bancarias en Estados Unidos a nombre de empresas que les sirven para
esquivar los controles y así delinquir, advirtieron autoridades
estadounidenses.
En un reporte, la Fincen (la Red del Departamento del Tesoro para Combatir los Crímenes Financieros, por sus siglas en inglés) detalla que los narcotraficantes depositan el efectivo obtenido por sus actividades ilícitas en esas cuentas, que típicamente son aperturadas por dueños de negocios que están coludidos con los criminales.
Los depósitos son menores a los 10 mil dólares, explica, para no tener que presentar los documentos de identificación que se exigen para montos superiores.
Luego, con el dinero recolectado en las cuentas, las empresas coludidas compran mercancías que son exportadas a México, donde son vendidas en pesos que los delincuentes depositan en bancos mexicanos, y completan el blanqueo.
En ocasiones, añade el documento, parte de los recursos en cuentas estadounidenses no se usa para comprar bienes y exportarlos, sino que se traslada directamente a bancos mexicanos que tienen clientes afines en la Unión Americana.
La Fincen señala que este “modus operandi” comenzó a adoptarse luego de que en junio de 2010 el Gobierno mexicano limitó los montos en dólares que podían depositarse en bancos nacionales, para prevenir precisamente operaciones de lavado asociadas al narcotráfico.
Antes de ese cambio, era más común que las organizaciones criminales mexicanas pasaran como contrabando el efectivo obtenido por sus actividades en Estados Unidos, para depositarlo directamente en bancos en México.
“En esencia, la organización de narcotráfico ha intercambiado los ingresos en dólares obtenidos en EU por pesos mexicanos en México, a través del uso de una ‘cuenta embudo’ y el (esquema de) ‘lavado de dinero basado en el comercio’”, apunta la Fincen en su reporte.
Por medio de transacciones de negocio que aparentan ser legítimas, expone, los agentes criminales fabrican un origen plausible para el efectivo que consiguen con sus actividades ilícitas y logran repatriarlo.
La Fincen refiere también que la apertura de cuentas destinadas a operaciones de lavado se da con mayor frecuencia en las zonas geográficas ubicadas dentro de los corredores de tráfico de droga: sur de California, Arizona y Nuevo México, y el sureste de Texas.
En un reporte, la Fincen (la Red del Departamento del Tesoro para Combatir los Crímenes Financieros, por sus siglas en inglés) detalla que los narcotraficantes depositan el efectivo obtenido por sus actividades ilícitas en esas cuentas, que típicamente son aperturadas por dueños de negocios que están coludidos con los criminales.
Los depósitos son menores a los 10 mil dólares, explica, para no tener que presentar los documentos de identificación que se exigen para montos superiores.
Luego, con el dinero recolectado en las cuentas, las empresas coludidas compran mercancías que son exportadas a México, donde son vendidas en pesos que los delincuentes depositan en bancos mexicanos, y completan el blanqueo.
En ocasiones, añade el documento, parte de los recursos en cuentas estadounidenses no se usa para comprar bienes y exportarlos, sino que se traslada directamente a bancos mexicanos que tienen clientes afines en la Unión Americana.
La Fincen señala que este “modus operandi” comenzó a adoptarse luego de que en junio de 2010 el Gobierno mexicano limitó los montos en dólares que podían depositarse en bancos nacionales, para prevenir precisamente operaciones de lavado asociadas al narcotráfico.
Antes de ese cambio, era más común que las organizaciones criminales mexicanas pasaran como contrabando el efectivo obtenido por sus actividades en Estados Unidos, para depositarlo directamente en bancos en México.
“En esencia, la organización de narcotráfico ha intercambiado los ingresos en dólares obtenidos en EU por pesos mexicanos en México, a través del uso de una ‘cuenta embudo’ y el (esquema de) ‘lavado de dinero basado en el comercio’”, apunta la Fincen en su reporte.
Por medio de transacciones de negocio que aparentan ser legítimas, expone, los agentes criminales fabrican un origen plausible para el efectivo que consiguen con sus actividades ilícitas y logran repatriarlo.
La Fincen refiere también que la apertura de cuentas destinadas a operaciones de lavado se da con mayor frecuencia en las zonas geográficas ubicadas dentro de los corredores de tráfico de droga: sur de California, Arizona y Nuevo México, y el sureste de Texas.
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