martes, 22 de julio de 2014

China y Rusia entienden que América Latina es la única dispuesta a cuestionar el neoliberalismo

China y Rusia entienden que América Latina es la única dispuesta a cuestionar el neoliberalismo





Mariátegui



Entrevista al periodista especializado en política internacional Pedro Brieger. “Aparecen una serie de cuestionamientos para reconfigurar un nuevo escenario internacional, en el plano militar y económico, que no esté hegemonizado por EEUU”.


Por Juan Ciucci


APU: ¿Qué análisis hace de las visitas de los presidentes de Rusia y China?


Pedro Brieger: Una visita muy importante que muestra el lugar que ocupan Argentina, Brasil y Cuba, en primer lugar, y también Venezuela, por supuesto; tanto para el Presidente de Rusia como para el Presidente de China, por diversos motivos. China y Rusia entienden que a pesar de que puede haber diferencias ideológicas entre ellos y los gobiernos progresistas de América Latina, hay una corriente política progresista fuerte en América Latina que como región es la única dispuesta a cuestionar el neoliberalismo, a los organismos financieros internacionales: el Banco Mundial, el FMI. Esto lo encuentran solo en América Latina. Coincide la reunión en Brasil y por eso ellos se han expresado, de manera muy positiva, hacia la CELAC, UNASUR, Argentina, Brasil y Cuba. De hecho, Vladimir Putin, en una entrevista, dijo que Argentina era su principal socio estratégico a nivel del G20 y de Naciones Unidas. Dijo que Brasil tiene que tener un lugar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y además condonó la deuda histórica de Cuba con Rusia. Por lo tanto, le está dando un lugar central a algunos países de la región más allá de las diferencias ideológicas; porque la dirigencia política de China y de Rusia tiene muchas diferencias con los presidentes de América Latina, especialmente en relación a temas sociales.


APU: ¿América Latina también tiene posibilidades, en este mundo multipolar, de pensar una nueva alianza con esos países, considerando su relación tan fuerte con EEUU?


PB: Es un momento en que se pone en cuestión aquello que George Bush padre llamó Nuevo Orden Internacional, instalado cuando las tropas norteamericanas, en febrero de 1991, expulsaron a las tropas iraquíes de Kuwait. Se habla del Nuevo Orden Internacional, y luego vino el famoso texto de Samuel Huntington: “Choque de civilizaciones”. Lo que Bush planteaba era un nuevo ámbito internacional porque se desintegra la Unión Soviética: “hemos vencido, somos la única súper potencia militar y económica y vamos a liderar el mundo”. Poco más de veinte años después, aparecen una serie de cuestionamientos a este “Nuevo Orden Internacional” para reconfigurar un nuevo escenario internacional, en el plano militar y económico, que no esté hegemonizado por EEUU. El BRICS, en cierta medida, es una respuesta a esto. La creación de un Nuevo Banco de Desarrollo y los Fondos de Inversión BRICS es una respuesta a los organismos financieros internacionales. Es interesante remarcar que dos de los diarios más importantes de EEUU, el “New York Times” y el “Washington Post”, no han mencionado al BRICS, como si no fuera algo relevante. Hay un movimiento subterráneo que los norteamericanos quieren ignorar.


APU: ¿Cómo ve a futuro que puedan profundizarse esas relaciones, tanto en posibilidades culturales como económicas?


PB: Son dos situaciones diferentes, América Latina y algunos países, particularmente, han tenido muy buena relación con la Unión Soviética: Chile, (hasta el Golpe de Estado del ’73), Cuba, Argentina (principalmente por motivos comerciales, durante la dictadura). Me parece que la desintegración de la Unión Soviética provocó que a Rusia le llevara unos años repuntar en la escena internacional. Porque tuvieron una reconversión interna que fue fundamental para ellos y además, en la década del ’90, tuvieron una guerra muy importante con Chechenia. Me parece que lo que hace Putin, en la segunda presidencia, es salir a la escena internacional desde otro lugar. El crecimiento de China en los últimos años y el intercambio económico con América Latina también le otorga un lugar económico importante a la región. También desde lo jurídico, porque saben perfectamente que hoy América Latina, como región, se planta políticamente frente a Europa y Estados Unidos en numerosos temas, cosa que no sucede ni en África ni en Asia. Desde ya que las lógicas latinoamericanas son diferentes a las lógicas rusas y chinas, pero en las relaciones internacionales uno trata de conseguir lo más que puede del otro, ya conociendo las diferencias y esto es recíproco.


APU: Anteriormente se han anunciado acuerdos que luego no han llegado a buen puerto, ¿le parece que se establecerán relaciones más profundas ésta vez?


PB: Hay que ver una vez que se concrete. Es muy difícil analizar proyectos. Creo que hay que analizar cuando un proyecto se concreta y así podremos significarlo. Podremos analizar qué implica la inversión, cómo será la expansión, si es una inversión con fondos públicos o mixtos. China tiene intereses muy fuertes en varios países de América Latina, hay inversiones chinas importantes. En principio, volvemos al planteo de la hipótesis de la posibilidad de un canal internacional en Nicaragua con dinero chino, es un proyecto de 40 mil millones de dólares, que es mucho dinero. Por ahora es un proyecto que está avanzando. Si comienza a trabajar hay que ver qué impacto tiene, porque hay cuestionamientos ambientales a los que China por lo general no le presta demasiada atención. Por eso, más que hablar de proyecto, tenemos que hablar de la concreción del proyecto cuando ya, efectivamente, se ponga en marcha.


APU: Algunas voces de alarma hablan de la posibilidad de caer ante un nuevo imperialismo chino o ruso, ¿cómo analiza esto?


PB: Estamos hablando de dos países que tienen historias imperiales milenarias, por lo tanto, su vocación de expansión política y económica es real, es parte de su historia. Hay quienes dicen que China no es un país emergente, hoy está en una disputa inter-imperialista y no como país emergente. América Latina tendrá que ver qué significa eso para la región en este tablero, donde incluso es posible que pueda obtener algunas ventajas económicas. Muchas veces también se habla del sub-imperialismo brasileño y de la vocación de hegemonía política y económica que tiene Brasil. Es real que Vladimir Putin habló de Brasil ingresando al Consejo de Seguridad Nacional de las Naciones Unidas y no lo plantea respecto de Bolivia o de Paraguay, lo que no significa hablar en un tono despectivo de esos dos países. El peso específico que tiene es real y concreto, de la misma manera que el peso específico de Rusia y de China en el mundo, es real y concreto.


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