martes, 26 de agosto de 2014

Farmacéutica ligada al Ejército de E. U. produce “suero secreto” para curar Ébola

Farmacéutica ligada al Ejército de E. U. produce “suero secreto” para curar Ébola.


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PARTIDARIOS DE LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN SUENAN ALARMAS ANTE POSIBLE AGENDA OCULTA ENTRE FARMACÉUTICAS E INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES PARA BENEFICIARSE DEL VIRUS DEL ÉBOLA
 


Numerosos medios han publicado información sobre un medicamento que promueve una respuesta inmune que podría combatir el virus del Ébola, haciendo referencia a un “suero secreto”. El fármaco ha sido desarrollado por la biofarmacéutica ZMapp y no es del todo secreto, como podemos constatar haciendo una rápida búsqueda en Google.
Actualmente no existe un medicamento o vacuna oficialmente aprobada por la OMS para tratar el Ébola, que ha rebrotado generando una ola de pánico global, infectando a más de 1,3oo personas en África Occidental.
El médico infectado Jent Brantley y su colega Nancy Writebol estarían siendo tratados con el “suero secreto” de ZMapp –desarrollado a partir de la planta del tabaco–, según se ha revelado. Brantley  dijo que tienen confianza en que pueden tratar este virus.
Por otro lado, algunas personas propensas a sospechar de cualquier enfermedad viral que llega a los medios como una forma de guerra biológica o de estrategia de mercado, han sugerido en blogs una relación perversa entre el brote y la posibilidad de que ciertos grupos puedan beneficiarse.
En en el caso de la compañía ZMapp no es secreto que ha recibido financiamiento de distintas agencias gubernamentales, incluyendo al National Institute of Allergy and Infectious Disease (NIAID), el Department of Defense Advanced Research Projects (DARPA) y el Defense Threat Reduction Agency (DTRA). El medicamento ha sido desarrollado en colaboración con un laboratorio canadiense.
Entre los incansables conspiranoicos surge la pregunta de si esta compañía se beneficiará económicamente del virus y podrá capitalizarlo prontamente. ZMapp no cotiza en la bolsa en estos momentos. La compañía que sí está prosperando con esta situación es la farmacéutica Tekmira, que fabrica un medicamento experimental para tratar el Ébola, la cual ha visto sus acciones subir 30%.
Más allá de teorías de conspiración, esto es parte del diseño del mercado y de sus fluctuaciones; comúnmente las farmacéuticas y las compañías que fabrican armas se benefician de las crisis y de los conflictos, lo cual, en algunos casos, hace pensar que las guerras o las enfermedades pueden ser creadas o manipuladas con agendas ocultas y fines económicos.
No es la primera vez que acusaciones semejantes han surgido. Donald Rumsfeld fue criticado por un conflicto de intereses al ser accionista de Gilead, la compañía que fabrica el antiviral Tamiflu, y que pudo haberse beneficiado al menos en dos ocasiones de brotes globales que fueron acompañados de pánico mediático en el caso de la gripe aviar y el virus H1N1.
La otra cuestión polémica, quizás más relevante, es por qué los médicos estadounidenses recibieron una dosis de una medicina de punta de lanza de manera exclusiva, y no los cientos de victimas en África. Surgen dudas razonables de que hayan recibido un tratamiento privilegiado,  de manera éticamente cuestionable.
Y esto es el principio de lo que veremos en cuestiones bioéticas por décadas: quiénes serán los que recibirán los beneficios de la medicina genética o de la nanotecnología, quiénes aumentarán sus capacidades cognitivas. En cierta forma, lo podemos ver ya hoy con las diferencias en el acceso a la salud entre los ricos y los pobres.
Fuente: pijamasurf.com

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