La población de Gaza no tiene ni agua, ni luz, ni efectivo cuando reina la tregua
Antonio Zubillaga, coordinador de Operaciones de la Agencia de Refugiados de la ONU en Gaza nos cuenta que pese al cese de las hostilidades y la calma aparente los destrozos y la escasez no tienen fin. Los bancos no tienen efectivo, el agua puede desaparecer y la electricidad es escasa, apenas dos horas de suministro y, en algunos casos, la oscuridad reina.
Los gazatíes están viviendo un respiro desde que se instaurase la
tregua humanitaria sobre el territorio de la Franja de Gaza. "La gente
está saliendo para ver qué ha sido de sus casas", nos ha explicado
Antonio Zubillaga, coordinador de Operaciones de la UNRWA en Gaza (la
Agencia de Refugiados de la ONU en Gaza). "Los gazatíes están saliendo a
los mercados, compran carne, arroz, verduras, tienen que aprovisionarse
de comida aprovechando estos días de tranquilidad", sentencia el
responsable de la ONU.
Así, el alto el fuego provisional está sirviendo a la población civil asediada para tomarse unos momentos de tranquilidad en la tragedia, pero, pese a esta calma momentánea, lo cierto es que los desastres de la guerra han provocado que los edificios hayan quedado reducidos a escombros, el agua portable sea un bien escaso y el poder encender una bombilla sea algo meramente anecdótico.
La semana pasada se conocía la noticia de que la única central eléctrica que provee de suministro a Gaza había sido objeto de los bombardeos de las Fuerzas Armadas de Israel, de esta manera esta zona de Palestina se quedaba sin suministro, y la población a oscuras. La organización Save The Children denunciaba que la falta de combustible y la escasez de energía eléctrica podrían forzar a cerrar los centros médicos de la Franja de Gaza.
Zubillaga nos confirma los peores presagios, pese a que se están viviendo momentos de paz en Palestina: "En la parte Norte de la Franja solo tiene dos horas de suministro eléctrico y en el Campo de Nusedrat mis compañeros me han informado que no había electricidad hasta ayer".Y nos ha explicado un hecho que en un hogar occidental sería difícil de creer: "La población que tiene suerte y vive cerca de generadores eléctricos puede cargar sus móviles, si no, están totalmente incomunicados".
Incluso no tienen posibilidad de retrirar dinero en efectivo de los bancos, los cajeros están arrasados, como el resto de edificios de la Franja: "La gente ya no tiene efectivo, los bancos ya no funcionan y la gente está pagando a crédito".
El agua amenaza con desaparecer
Zubillaga afirma que la gente está echándose a las calles en un intento de intentar hacer "una vida normal". Ahora las reparaciones que están llevando a cabo las organizaciones humanitarias es en cuanto al suministro de agua y la planta eléctrica de la Franja. El responsable de la ONU sobre terreno palestino explica que los peligros que corren los gazatíes tienen que ver con la afluencia de infecciones por no poder lavarse correctamente y que, de hecho, el agua amenaza con desparecer.
El problema, matiza, es que las bombas de agua muchas veces estaban destrozadas, y otras veces los pozos no tenían agua en su interior para abastecer a la población. La única manera que tienen de poder asearse es a través de los tanques que están suministrando las organizaciones humanitarias y la UNWRA y con las reservas de los acuíferos. Pero aquí existe un problema: "Los acuíferos están cerca del mar y no les sirven para calmar su sed, solo les sirven para bañarse".
De momento, Israel y las milicias palestinas en Gaza lideradas por el grupo islamista Hamás han cumplido los pactado en la primera jornada de un alto el fuego de 72 horas.
Delegaciones de ambas partes se encuentran hoy en El Cairo, donde se anunció la tregua el pasado lunes, para abordar la opción de pactar un cese de hostilidades de mayor calado, con el Gobierno egipcio como mediador. Esta no es la primera vez que el país decide intervenir para alcanzar acuerdos de paz entre Israel y Hamás, ya fue en la anterior ofensiva "Pilar Defensivo", cuando Hillary Clinton y Mursi mantuvieron reuniones para lograr el cese de las hostilidades sobre la Franja.
La Franja palestina ha registrado, desde el inicio de la última ofensiva israelí el 8 de julio, 1.867 fallecidos y 9.563 heridos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Sanidad en Gaza.
Así, el alto el fuego provisional está sirviendo a la población civil asediada para tomarse unos momentos de tranquilidad en la tragedia, pero, pese a esta calma momentánea, lo cierto es que los desastres de la guerra han provocado que los edificios hayan quedado reducidos a escombros, el agua portable sea un bien escaso y el poder encender una bombilla sea algo meramente anecdótico.
La semana pasada se conocía la noticia de que la única central eléctrica que provee de suministro a Gaza había sido objeto de los bombardeos de las Fuerzas Armadas de Israel, de esta manera esta zona de Palestina se quedaba sin suministro, y la población a oscuras. La organización Save The Children denunciaba que la falta de combustible y la escasez de energía eléctrica podrían forzar a cerrar los centros médicos de la Franja de Gaza.
Zubillaga nos confirma los peores presagios, pese a que se están viviendo momentos de paz en Palestina: "En la parte Norte de la Franja solo tiene dos horas de suministro eléctrico y en el Campo de Nusedrat mis compañeros me han informado que no había electricidad hasta ayer".Y nos ha explicado un hecho que en un hogar occidental sería difícil de creer: "La población que tiene suerte y vive cerca de generadores eléctricos puede cargar sus móviles, si no, están totalmente incomunicados".
Incluso no tienen posibilidad de retrirar dinero en efectivo de los bancos, los cajeros están arrasados, como el resto de edificios de la Franja: "La gente ya no tiene efectivo, los bancos ya no funcionan y la gente está pagando a crédito".
El agua amenaza con desaparecer
Zubillaga afirma que la gente está echándose a las calles en un intento de intentar hacer "una vida normal". Ahora las reparaciones que están llevando a cabo las organizaciones humanitarias es en cuanto al suministro de agua y la planta eléctrica de la Franja. El responsable de la ONU sobre terreno palestino explica que los peligros que corren los gazatíes tienen que ver con la afluencia de infecciones por no poder lavarse correctamente y que, de hecho, el agua amenaza con desparecer.
El problema, matiza, es que las bombas de agua muchas veces estaban destrozadas, y otras veces los pozos no tenían agua en su interior para abastecer a la población. La única manera que tienen de poder asearse es a través de los tanques que están suministrando las organizaciones humanitarias y la UNWRA y con las reservas de los acuíferos. Pero aquí existe un problema: "Los acuíferos están cerca del mar y no les sirven para calmar su sed, solo les sirven para bañarse".
De momento, Israel y las milicias palestinas en Gaza lideradas por el grupo islamista Hamás han cumplido los pactado en la primera jornada de un alto el fuego de 72 horas.
Delegaciones de ambas partes se encuentran hoy en El Cairo, donde se anunció la tregua el pasado lunes, para abordar la opción de pactar un cese de hostilidades de mayor calado, con el Gobierno egipcio como mediador. Esta no es la primera vez que el país decide intervenir para alcanzar acuerdos de paz entre Israel y Hamás, ya fue en la anterior ofensiva "Pilar Defensivo", cuando Hillary Clinton y Mursi mantuvieron reuniones para lograr el cese de las hostilidades sobre la Franja.
La Franja palestina ha registrado, desde el inicio de la última ofensiva israelí el 8 de julio, 1.867 fallecidos y 9.563 heridos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Sanidad en Gaza.
Fuente: Elena Santorromán, Lainformación.com
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