Fernando Arrabal: Según la prensa internacional – desde ‘The New York Times‘ a ‘Spiegel’- “los editores de Michel Houellebecq le tienen prohibido acercarse a menos de cien metros de la prensa” (M. Stouvenot). Desde el 5 de septiembre en
efecto usted no acepta ¿o no puede aceptar? entrevistas ¿Temen sus editores que…
Michel Houellebecq: ... nada tienen que temer. No soy realmente una persona valiente.
Arrabal: El coraje no me parece una virtud. En ‘Libération’ Catherine Millet se queja de que sus editores hayan presentado “excusas lamentables” a las ‘autoridades’ islamistas que quieren eliminar por lo menos su última novela…
Houellebecq: … y eso que, en cabeza de la lista de ‘best-sellers’, el libro de ella sigue inmediatamente al mío.
[Reímos mientras que su perro ‘Clément’, un “corgi”, mordisquea la bonita caja firmada y numerada que encierra un ‘swatch’].
efecto usted no acepta ¿o no puede aceptar? entrevistas ¿Temen sus editores que…
Michel Houellebecq: ... nada tienen que temer. No soy realmente una persona valiente.
Arrabal: El coraje no me parece una virtud. En ‘Libération’ Catherine Millet se queja de que sus editores hayan presentado “excusas lamentables” a las ‘autoridades’ islamistas que quieren eliminar por lo menos su última novela…
Houellebecq: … y eso que, en cabeza de la lista de ‘best-sellers’, el libro de ella sigue inmediatamente al mío.
[Reímos mientras que su perro ‘Clément’, un “corgi”, mordisquea la bonita caja firmada y numerada que encierra un ‘swatch’].
Arrabal: Recuerda Catherine Millet que Maurizio Cattelan
-el artista- no fue llevado a los tribunales hace dos años cuando
erigió una efigie del Papa hecha trizas por un meteorito. “Oh ¡la la!”
dice la directora de la revista ‘vanguardista’ art press, “¡la que se
hubiera armado si la dirección de la galería de Cattelan hubiera tenido que inclinarse ante el Vaticano!”. Hoy se le veta y vitupera a usted ¿con la misma radicalidad con que mañana se le ensalzará?
Houellebecq: Aunque esto ocurriera no lo viviría como una revancha. No he conocido el sentimiento de venganza, ni siquiera cuando en los Campos Elíseos
topé con el pobre diablo hecho un vagabundo ‘clochardizado’ que,
durante mi adolescencia, me torturó en los retretes del colegio.
Arrabal: Pero “Miguel”, el personaje central de su novela ‘Plataforma’, sí piensa en venganza cuando un grupo terrorista formado por fundamentalistas islámicos asesina a 117 turistas. “Miguel” halla el cuerpo de su idolatrada “Valérie” descuartizado y desparramado.
Arrabal: Pero “Miguel”, el personaje central de su novela ‘Plataforma’, sí piensa en venganza cuando un grupo terrorista formado por fundamentalistas islámicos asesina a 117 turistas. “Miguel” halla el cuerpo de su idolatrada “Valérie” descuartizado y desparramado.
Houellebecq: Mucho antes de que usted frecuentara el grupo surrealista ¿en los años sesenta? André Breton ya había anunciado que “el amor será convulsif o no será”.
Arrabal: “Miguel” conmocionado “convulsivement” ante el cuerpo hecho pedazos de Valérie, comprende que ya nunca más podrá levitar entre sus labios. Trastornado por el dolor el personaje de la novela dice la frase que tanto ha escandalizado: “Siento un estremecimiento de entusiasmo cuando me entero de que han matado a un terrorista palestino… Odio al Islam… ha destrozado toda mi vida.”
Houellebecq: No comparto la sed de revancha de Michel (”Miguel” como usted le llama) aunque comprendo que pueda dejarse arrastrar por ella.
Arrabal: “Miguel” conmocionado “convulsivement” ante el cuerpo hecho pedazos de Valérie, comprende que ya nunca más podrá levitar entre sus labios. Trastornado por el dolor el personaje de la novela dice la frase que tanto ha escandalizado: “Siento un estremecimiento de entusiasmo cuando me entero de que han matado a un terrorista palestino… Odio al Islam… ha destrozado toda mi vida.”
Houellebecq: No comparto la sed de revancha de Michel (”Miguel” como usted le llama) aunque comprendo que pueda dejarse arrastrar por ella.
* * *
Houellebecq:
Hasta los veinte años tuve la suerte de haber sido mimado por una mujer
extraordinaria: mi abuela, la madre de mi padre, Henriette.
Arrabal: Creo que ese nombre significa ‘casa del rey’.
Houellebecq: Votaba comunista… pero hubiera querido que yo viviera en el más hermoso palacio real.
Arrabal: La imagino como la abuela que todos hubiéramos querido tener.
Houellebecq: Para ella no había ni elecciones, ni campañas electorales, ni discusiones políticas… tan sólo contaba su voto comunista, por costumbre.
Arrabal: Creo que ese nombre significa ‘casa del rey’.
Houellebecq: Votaba comunista… pero hubiera querido que yo viviera en el más hermoso palacio real.
Arrabal: La imagino como la abuela que todos hubiéramos querido tener.
Houellebecq: Para ella no había ni elecciones, ni campañas electorales, ni discusiones políticas… tan sólo contaba su voto comunista, por costumbre.
Arrabal: ¿Qué diría hoy de Afganistán?
Houellebecq: Que ese país no estaría donde está si fuera una república soviética.
Arrabal: ¡Con el hombre nuevo!
Houellebecq: Pero no con el ‘hombre moderno’. Nuestro contemporáneo, obsesionado por el trabajo, evita el amor. Por egoísmo no puede aceptar el matrimonio pero ignora el arte de amar. Ha creado un sistema en el que es imposible existir.
Arrabal: ¡‘Morituri te salutant’!
[Y reímos como si estornudáramos para aliviar nuestra pena].
Houellebecq: Que ese país no estaría donde está si fuera una república soviética.
Arrabal: ¡Con el hombre nuevo!
Houellebecq: Pero no con el ‘hombre moderno’. Nuestro contemporáneo, obsesionado por el trabajo, evita el amor. Por egoísmo no puede aceptar el matrimonio pero ignora el arte de amar. Ha creado un sistema en el que es imposible existir.
Arrabal: ¡‘Morituri te salutant’!
[Y reímos como si estornudáramos para aliviar nuestra pena].
Houellebecq: Un misil bien dirigido podría destruir para siempre la piedra negra de La Meca.
Arrabal: Esto es la peor provocación!
Houellebecq: A mi abuela le horrizaba el escándalo. Como a Stalin. -Como a mí me horroriza hoy-. A mi abuela… quizás por que a mi madre, su nuera, le encantaba la provocación.
Arrabal: Su madre… Janine… que significa “Dios concede”.
Houellebecq: Tengo una hermanastra de su lado: Catherine (‘katharos’: pureza). Ni con mi madre ni con mi padre he vivido realmente. Hace diez años que no he visto a mi progenitora.
Arrabal: Esto es la peor provocación!
Houellebecq: A mi abuela le horrizaba el escándalo. Como a Stalin. -Como a mí me horroriza hoy-. A mi abuela… quizás por que a mi madre, su nuera, le encantaba la provocación.
Arrabal: Su madre… Janine… que significa “Dios concede”.
Houellebecq: Tengo una hermanastra de su lado: Catherine (‘katharos’: pureza). Ni con mi madre ni con mi padre he vivido realmente. Hace diez años que no he visto a mi progenitora.
Arrabal: Se dice que prepara un libro sobre usted.
Houellebecq: En su época de libertad sexual e izquierdismo duro creo que hizo de todo, incluso un libro anti-colonialista con el seudónimo de Leloutre.
Arrabal: ¡La nutria! ¿No se ha convertido al Islam?
Houellebecq: Es muy capaz para joder a los demás. Creo que ya no es sólo médico sino que se ha hecho anestesista.
Arrabal: ¿Fue a verle durante sus diversas estancias en hospitales o clínicas siquiátricas?
Houellebecq: Nadie de mi familia me visitó nunca: mi abuela acababa de morir y yo ya me había divorciado.
Houellebecq: En su época de libertad sexual e izquierdismo duro creo que hizo de todo, incluso un libro anti-colonialista con el seudónimo de Leloutre.
Arrabal: ¡La nutria! ¿No se ha convertido al Islam?
Houellebecq: Es muy capaz para joder a los demás. Creo que ya no es sólo médico sino que se ha hecho anestesista.
Arrabal: ¿Fue a verle durante sus diversas estancias en hospitales o clínicas siquiátricas?
Houellebecq: Nadie de mi familia me visitó nunca: mi abuela acababa de morir y yo ya me había divorciado.
* * *
Arrabal: Su primera mujer, Jacinthe, ¿Era realmente una flor?
Houellebecq: Fue un cometa… Nuestra unión duró poquísimo: el tiempo necesario para tener un hijo, Etienne… e iniciar mi largo periplo en claustros siquiátricos.
Arrabal: Etienne: “coronado”… como si se lo hubiera ofrecido a la creadora de su ‘casa de rey’, su abuela.
Houellebecq: Todo esto sucedió cuando tenía apenas veinte años. Pero a los catorce ¡era tan diferente!:… fui un superdotado en matemáticas… Y hoy, a mis cuarenta y tres años, tengo que atrofiarme de pastillas para dormir un rato. O ver a un hipnotizador para… levantar el brazo.
Houellebecq: Fue un cometa… Nuestra unión duró poquísimo: el tiempo necesario para tener un hijo, Etienne… e iniciar mi largo periplo en claustros siquiátricos.
Arrabal: Etienne: “coronado”… como si se lo hubiera ofrecido a la creadora de su ‘casa de rey’, su abuela.
Houellebecq: Todo esto sucedió cuando tenía apenas veinte años. Pero a los catorce ¡era tan diferente!:… fui un superdotado en matemáticas… Y hoy, a mis cuarenta y tres años, tengo que atrofiarme de pastillas para dormir un rato. O ver a un hipnotizador para… levantar el brazo.
Arrabal:
A causa de esta novela se le acusa de reaccionario, pero le defiende
‘Le Monde’. Se le niega por racista pero inicia su novela con el retrato
de la seductora “Aïcha”.
Houellebecq: Nunca confundí a los árabes con los islamistas.
Arrabal: Se le calumnia por ‘pedófilo’, pero la julieta de ‘Plataforma’, la sublime Valérie, no es ninguna lolita sino una treintañera inteligente, antifeminista, experta amante y altruista como tantas hermosas mujeres de hoy.
Houellebecq: Y los más obscenamente ateos niegan a los personajes de mis novelas el derecho a tener sentimientos antirreligiosos.
Arrabal: ¿Digo “amén”?
Houellebecq: Vivimos tan desilusionados ¿que ya no podemos ni darle gracias a Dios?
Arrabal: Pero ¡cuántos quisiéramos creer sin las pinzas fanáticas de kamikazes y escorpiones!
Houellebecq: Una religión compatible con el saber científico y la indeterminación cuántica podría devolvernos el encanto embriagador de la divinidad.
Houellebecq: Nunca confundí a los árabes con los islamistas.
Arrabal: Se le calumnia por ‘pedófilo’, pero la julieta de ‘Plataforma’, la sublime Valérie, no es ninguna lolita sino una treintañera inteligente, antifeminista, experta amante y altruista como tantas hermosas mujeres de hoy.
Houellebecq: Y los más obscenamente ateos niegan a los personajes de mis novelas el derecho a tener sentimientos antirreligiosos.
Arrabal: ¿Digo “amén”?
Houellebecq: Vivimos tan desilusionados ¿que ya no podemos ni darle gracias a Dios?
Arrabal: Pero ¡cuántos quisiéramos creer sin las pinzas fanáticas de kamikazes y escorpiones!
Houellebecq: Una religión compatible con el saber científico y la indeterminación cuántica podría devolvernos el encanto embriagador de la divinidad.
* * *
Arrabal: Públicamente ha declarado: ‘El Islam es una religión gilipollas’.
Houellebecq: En realidad mi divisa y quizás la de usted y la de tantos entre nuestros contemporáneos sedientos de fe y de ciencia sería: “No juremos su Santo Nombre en vano”.
Arrabal: ¡Usted y yo, como Umberto Eco, que el otro día estuvo en casa, somos africanos! En efecto usted nació junto a Madagascar y yo en Melilla. Y Eco en Alejandría.
Houellebecq: En realidad mi divisa y quizás la de usted y la de tantos entre nuestros contemporáneos sedientos de fe y de ciencia sería: “No juremos su Santo Nombre en vano”.
Arrabal: ¡Usted y yo, como Umberto Eco, que el otro día estuvo en casa, somos africanos! En efecto usted nació junto a Madagascar y yo en Melilla. Y Eco en Alejandría.
Houellebecq:
La Reunión es africana geográficamente y asiática por sus habitantes.
Allí viví el poco tiempo que he pasado con mi madre. ¡”En medio del
mundo”!
Arrabal: Como escribe en la primera página.
Houellebecq: Precisamente “en medio del mundo” es el subtítulo de mis dos últimos libros, “Lanzarote” y ‘Plataforma’.
Arrabal: El “Miguel” de ‘Plataforma’ lamenta vivir en uno de estos países ‘civilizados’ donde muchos seres en sus relaciones dan prueba de indiferencia y a veces de crueldad.
Arrabal: Como escribe en la primera página.
Houellebecq: Precisamente “en medio del mundo” es el subtítulo de mis dos últimos libros, “Lanzarote” y ‘Plataforma’.
Arrabal: El “Miguel” de ‘Plataforma’ lamenta vivir en uno de estos países ‘civilizados’ donde muchos seres en sus relaciones dan prueba de indiferencia y a veces de crueldad.
Houellebecq:
El libertinaje implantado a presión a partir de los años setenta ha
provocado la desilusión del mundo que se autoproclama ‘civilizado’.
Arrabal: Cuando el novelista, usted, alcanza el arrabal extremo de la lógica, el mundo comienza a crearse a su imagen y semejanza.
Houellebecq: Sería más eficaz bombardear con minifaldas que con maximisiles. El eslabón debil de la sociedad musulmana es el chocho. [La “chatte” en francés] Es el valor estratégico.
Arrabal: El eslabón débil del débil es el sexo del “sexo débil”.
Houellebecq: No puedo imaginar una sociedad viable sin el eje federador de una religión.
Arrabal: ¿Sueña con un gobierno mundial anclado en la bondad y la fraternidad?. Los precursores no nacen para las pompas (¡y las trompas!), sino el halagador.
Houellebecq: Una sociedad regida por los principios de la moral duraría tanto como el universo.
Arrabal: Cuando el novelista, usted, alcanza el arrabal extremo de la lógica, el mundo comienza a crearse a su imagen y semejanza.
Houellebecq: Sería más eficaz bombardear con minifaldas que con maximisiles. El eslabón debil de la sociedad musulmana es el chocho. [La “chatte” en francés] Es el valor estratégico.
Arrabal: El eslabón débil del débil es el sexo del “sexo débil”.
Houellebecq: No puedo imaginar una sociedad viable sin el eje federador de una religión.
Arrabal: ¿Sueña con un gobierno mundial anclado en la bondad y la fraternidad?. Los precursores no nacen para las pompas (¡y las trompas!), sino el halagador.
Houellebecq: Una sociedad regida por los principios de la moral duraría tanto como el universo.
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