domingo, 6 de diciembre de 2015

Los seres humanos al servicio de las tecnologías



Los seres humanos al servicio de las tecnologías

http://enredacoop.es
Nuestro comportamiento está adquiriendo nuevas maneras de sentir nuestra vida personal y social. No estamos solos en ningún momento del día ni de la noche. Ahora somos un ejército de seres humanos que dependemos de las tecnologías para retroalimentarnos.
Estar disponibles las 24 horas de los 365 días del año, es la nueva forma de estar más unidos a través de las tecnologías. Por increíble que parezca, nuestra vida ha dejado de ser como la que era antes, es decir, las reglas del juego han cambiado y tener un teléfono, tablet, ordenador, etc., forma parte de nuestra inclusión social. Como también lo es tener cuentas electrónicas, estar dado de alta en algunas de las muchas redes sociales y entrar de vez en cuando a ver qué hace el resto de nuestros semejantes. Tanto como tener un dispositivo electrónico como estar en las redes sociales, se convierte en una necesidad innegociable y dependerá indudablemente de nuestra vida social.
Por ejemplo, si tu hijo/a quiere un teléfono móvil porque el resto de sus amigos tienen uno, al final tendrás que hacer lo mismo para que tu hijo/a no sea el raro de sus amigos. Y si se quiere dar de alta en las redes sociales, nadie se lo puede o debería impedir. Y esto afecta hasta padres y madres con valores tradicionales arraigados en subculturas, e incluso ya seas catedrático y tengas un gran número de seguidores que se sientan identificados con tus discursos, al final tendrás que ceder y comportarte como un ser social más que sigue la corriente consumista de la sociedad. Porque a tus hijos no le llegaras a explicar la crítica de la razón tras un discurso magistral personalizado, de los motivos por el que no sería conveniente que tuviera un teléfono móvil o acceso a las redes sociales. De hecho, muchos padres y madres serían incapaces de independizarse de su teléfono móvil o desconectarse de las redes sociales; pues su vida personal, laboral, etc., gira en torno a los acontecimientos que les llegan a través de la mensajería Whatsaap o redes sociales.
Y así se construye nuestro nuevo espacio virtual que compaginamos con la vida material que desarrollamos cada uno/a de nosotros/as. Por eso siempre estaremos al servicio de las tecnologías, comprobando en cada momento nuestro teléfono móvil o redes sociales para saber lo que le ocurre a nuestros amigos y/o conocidos. E incluso saber qué piensan, qué hacen, cómo viven, etc., los amigos de nuestros amigos. Es decir, estar al servicio de un aparato con pantalla táctil y relacionarnos a través de iconos, símbolos, sonidos, etc., es la nueva forma de llamarnos por nuestro nombre, y activar nuestros sistemas sensoriales para emitir seguidamente una respuesta a las cuantiosas peticiones que nos llegan incesantemente.
Transmitir nuestro estado anímico, comunicarnos con nuestra red de contactos, discutir sobre un asunto, e incluso “amar”, se ha convertido en una nueva manera de sentir la vida. Porque las distancias no existen, los límites no existen, la capacidad de ingeniar tampoco existe, e incluso el tiempo a veces es lo de menos; a pesar de ser lo más importante de nuestra vida. Pues si pudiéramos analizar las horas que le dedicamos a whatsear sobre ciertos asuntos que podrían ser tan insignificantes, nos daríamos cuenta de la transformación que estamos padeciendo y de las consecuencias tan perjudiciales que nos está causando cierta adicción tecnológica. También las redes sociales juegan un papel muy importante y estamos plenamente entregados a su servicio. Vendemos lo mejor de nosotros a través de una o varias fotografías como si fuésemos un producto comercial (aquellas que seleccionamos intencionadamente para hacer hablar de nosotros, sobre el lugar en el que estamos, o lo que intentamos transmitir en ese momento a través de nuestro pensamiento con una imagen de un mar, un atardecer, o de la ausencia de personas a nuestro alrededor, etc.; algo que en realidad es una farsa), que queremos enseñar a nuestros amigos y a los amigos de nuestros amigos, o a aquellas personas que quieran asomarse a nuestro mundo y estar al servicio de nuestra nueva vida tecnológica como seres humanos, quienes emprendimos hace algún tiempo un camino, y que ahora nos toca recorrer a nosotros en una época de lo que será algún día el legajo de la historia de la humanidad, y que de este trayecto que hagamos, dependerán las siguientes generaciones. Es decir, nos toca construir a través de nuestra vida, lo que algún día recordaran o descubrirán las próximas generaciones.
* Andrés López, es antropólogo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario