En Reino Unido ya están sacando las cuentas de cuánto ganaría o perdería el país en términos económicos si llegase a concretarse la salida del país de la Unión Europea (UE), el llamado "Brexit".
Encuestas
sobre la intención de voto en el referendo que se celebrará este jueves
sugieren una competencia reñida entre dos bloques de opinión británicos
que discuten la pertenencia al bloque europeo.
Sin
embargo, más allá de las fronteras británicas, el resto del mundo
también calcula cuánto ganaría o perdería si se concretara el "Brexit".
En el caso latinoamericano, hay que empezar por decir que el comercio de la región con la economía británica es limitado.
Y
la inversión británica en América Latina, si bien es importante para
algunos países, por lo general no tiene la dimensión de los flujos
provenientes de otros países como Estados Unidos.
De
modo que, en sí mismo, el Brexit no representa una amenaza existencial
para las economías latinoamericanas, ni tampoco una oportunidad
particularmente llamativa, ya que el peso económico de Reino Unido en la
región es limitado.
Impacto en Colombia
Reino
Unido fue, hasta mediados del siglo XX, un socio económico crucial para
América Latina, en particular para naciones del Cono Sur como
Argentina.
Pero en las últimas seis décadas el comercio con los británicos ha caído en términos relativos.
Entre
las economías principales de América Latina, Colombia es la que más
depende de las compras británicas. Pero incluso ese país envía a Reino
Unido apenas un 2,5% de sus exportaciones, principalmente constituidas
por carbón.
En 2014 las exportaciones colombianas a ese país llegaban a US$1.400 millones.
Brasil
sólo depende de Reino Unido para el 1.7% de sus exportaciones. Y la
cifra respectiva para México es de mucho menos del 1%.
De
modo que, dentro o fuera de la Unión Europea, el mercado británico es
un tema relativamente secundario para las exportaciones de la mayoría de
las naciones latinoamericanas.
¿Nuevos tratados?
Dicho esto, ¿qué pasaría con ese volumen de exportaciones si Reino Unido abandona la Unión Europea?
Los
defensores del Brexit han dicho que si Londres se separa del bloque
europeo, podría ser más ágil para buscar tratados comerciales con nuevos
socios.
Pero, de hecho, Reino Unido ya
tiene, a través de la Unión Europea, tratados comerciales con muchas de
las principales economías latinoamericanas. La UE llegó a un acuerdo con
México en 2000, y con Perú y Colombia desde 2013.
También hay convenios de la UE con varias naciones centroamericanas.
Presumiblemente,
si la nación británica sale de la Unión Europea, estos países tendrían
que renegociar nuevos acuerdos comerciales específicos con Reino Unido,
en caso de estar interesados en mantener esas preferencias comerciales
recíprocas con Londres.
La semana pasada
el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que el Brexit sería un
"dolor de cabeza" para ese país por la necesidad de renegociar los
tratados con Reino Unido.
Más aún, los
que piden que Reino Unido se mantenga en la Unión Europea aseguran que,
debido al tamaño de este bloque, la alianza económica más grande del
mundo, es mucho más atractivo para los países buscar acuerdos de libre
comercio con la Unión Europea en su conjunto, en vez de tratados
particulares con el relativamente menor mercado británico.
Tal
vez el proceso comercial más demorado entre Europa y América Latina ha
sido el intento, hasta ahora inconcluso, de llegar a un acuerdo entre la
Unión Europea y el Mercosur.
Nuevamente,
si Reino Unido se maneja al margen de Bruselas, tratar de entender si
eso facilitaría o dificultaría aún más la posibilidad de llegar a
acuerdos comerciales con las naciones de Mercosur sería ingresar en el
terreno de las especulaciones.
Inversión
Si
el comercio británico con la región es más bien reducido, la inversión
de empresas de Reino Unido en América Latina ha sido más fuerte,
especialmente en ciertos rubros como la minería.
En
Colombia, por ejemplo, la británica es la segunda inversión extranjera
más importante del país, con cifras que llegan a los US$6.000 millones
en los últimos 8 años, según datos de la Embajada Británica en Bogotá.
Mientras
que en Perú representó el 18% de la suma total de inversión extranjera
en diciembre de 2014, la mayor de cualquier país, según el sitio web de
Proinversión, una agencia que promueve la capitalización privada en ese
país.
Los defensores del Brexit en Reino
Unido aseguran que, una vez que las empresas británicas se liberen de lo
que ellos consideran el "yugo asfixiante de la burocracia de la Unión
Europea", estas podrían ser más dinámicas a la hora de buscar
oportunidades de negocios en el exterior.
Pero una vez más se entra en el terreno de las conjeturas al tratar de cuantificar el efecto.
Los
críticos del Brexit auguran, por ejemplo, que la libra esterlina
sufrirá una devaluación importante frente al dólar y otras monedas si
Reino Unido deja la Unión Europea. Lo que, en principio, podría reducir
la capacidad británica de invertir en empresas en el exterior.
¿Y la gente?
Más
allá de los flujos de comercio e inversión, también hay movimiento de
personas entre Reino Unido y América Latina, aunque en dimensiones
relativamente pequeñas.
Por un lado está
el turismo. En el caso de los visitantes temporales a Reino Unido, un
eventual divorcio de la UE no tendría un impacto demasiado grande.
De
hecho, Reino Unido no es parte del acuerdo de Schengen que armoniza la
política de visas de la Unión Europea. Por lo que, incluso ahora, los
viajeros latinoamericanos que quieren visitar el país se acogen a las
reglas de Londres, no a las de Bruselas.
Es
posible que, de ocurrir la devaluación de la libra esterlina que
algunos anticipan si se produce el Brexit, se reduciría el turismo
británico a América Latina, por verse disminuido el poder adquisitivo de
la nación europea.
Otra consecuencia
importante para algunos ciudadanos latinoamericanos que ostentan doble
nacionalidad de otros países europeos como Italia o España es que
podrían perder el derecho automático a vivir o trabajar en Reino Unido.
Una
prerrogativa de la que disfrutan en la actualidad y que puede ser más
relevante en naciones como Argentina o Uruguay, con un número
relativamente alto de personas que podrían aspirar a un pasaporte
europeo por el origen de sus ancestros.
Pero,
aparte de estos grupos relativamente pequeños de ciudadanos
latinoamericanos, la mayoría de los habitantes de la región no se vería
directamente afectado de manera muy sustancial por una salida británica
de la UE.
Especialmente porque en el siglo XXI, Reino Unido ya no es el gran jugador económico en la región que alguna vez fue.
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