Obama listo para empezar la Tercera Guerra Mundial para neutralizar a Trump
El
26 de mayo de 2016, en la cumbre del G-7 en Japón, Obama habló sobre el
peligro de una guerra nuclear, que hoy se ha convertido en una
realidad. El mismo día, los medios de comunicación de Estados Unidos
decían que Donald Trump, el alborotador principal en la carrera
presidencial, obtuvo el número necesario de delegados con el fin de
convertirse en el candidato oficial del Partido Republicano. A primera
vista, estos eventos no están vinculados. Sin embargo, las recientes
acciones y los gestos simbólicos del liderazgo de Estados Unidos
demuestran que la administración de Obama se ha comprometido a exacerbar
las relaciones con sus adversarios geopolíticos, principalmente con
Rusia, incluyendo la posibilidad de una "guerra caliente". El factor
Donald Trump juega un papel importante en esta política.
El frente Norte
En los últimos meses, los Estados Unidos han
demostrado una mayor atención a la Europa del norte y del este. En esta
región, casi todos los meses desde 2014, se llevan a cabo ejercicios
conjuntos para repeler una "amenaza" común. La "amenaza" se refiere a
Rusia. El 25 de mayo la neutral Suecia aprobó una ley que autoriza el
despliegue de tropas de la OTAN en su territorio. El liderazgo de
Finlandia está planeando llevar a cabo una solución similar. El 20 de
mayo, Obama discutió personalmente una estrategia anti-rusa con los
jefes de Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia y Dinamarca.
El frente de Europa del Este
Hace unas semanas, en Europa del Este, Estados
Unidos abrió una base en la ciudad rumana de Deveselu, donde fueron
instalados formalmente elementos del sistema de defensa de misiles. Está
prevista la apertura de una base similar en Polonia. La trayectoria de
lanzamiento que se extiende sobre la nueva base de Estados Unidos en el
Ártico no los protegería de misiles nucleares rusos. El acuerdo nuclear
con Irán también hace este ajuste innecesario. Corea del Norte no tiene
nada que ver con esto debido a la cuestión de la geografía. Sin embargo,
la misma instalación puede utilizarse para alojar y lanzar misiles de
crucero Tomahawk con cabezas nucleares para golpear el territorio de
Rusia. En julio, se celebrará la cumbre de la OTAN en Varsovia, en la
que se anunciará un incremento de la presencia militar de Estados Unidos
en Europa del Este. Los EE.UU. tienen previsto ampliar su presencia
militar permanente en Europa en el Año Nuevo, y desplegar dos divisiones
adicionales (blindada y aérea) con una base permanente. Además, la
presencia militar de Estados Unidos en Georgia se incrementará.
Obviamente, la presión militar de Estados Unidos sobre Rusia en Europa
del Este está aumentando, así como la posibilidad de una confrontación
directa.
El frente sirio
Los EE.UU. también reforzaron su posición en
Siria. Hace un par de semanas, Labib Al-Nahhas - líder del grupo
terrorista "Ahrar al-Sham", que fue creado por ex miembros de Al-Qaeda
-, visitó Washington. Estados Unidos también declaró el 25 de mayo que
no están interesados en la paz en Siria, sino en la renuncia de Bashar
al-Assad. Esto significa que han entrado en el curso final de la guerra
contra Rusia e Irán en la región.
El frente ucraniano
En Ucrania, a pesar de las concesiones de Rusia,
los Estados Unidos siguen acusando a Rusia de interrumpir y no cumplir
con los acuerdos de Minsk. De hecho, la parte rusa ha alcanzado el
límite de compromiso. Kiev, con la aprobación de los EE.UU., se niega a
conceder un estatuto especial al disputado territorio del Donbass. No
hacer ningún compromiso sirve para agravar la situación en la región.
Estados Unidos exige a Rusia admitir su derrota y dar a Ucrania el
Donbass, algo que Rusia no va a hacer nunca. La probabilidad de un nuevo
estallido del conflicto aumenta por lo tanto.
La situación en el Cáucaso del Sur también es
inestable, donde los Estados Unidos están presionando a Armenia y a
Azerbaiyán en un nuevo conflicto. La administración Obama presiona a los
países europeos para garantizar que las sanciones contra Rusia sean
ampliadas en la cumbre de junio de la UE. Los EE.UU. tratan todavía de
golpear sobre los precios del petróleo para ejercer presión económica
sobre Rusia.
En la cumbre del G-7, Obama planeó lograr una
postura anti-rusa consolidada acerca de las sanciones y obligar a Tokio a
reconsiderar sus intentos de acercamiento con Rusia. Al mismo tiempo,
fueron detenidos activistas políticos pro-rusos en Europa del Este. El
caso más notorio fue la detención el 18 de mayo del líder del partido
polaco Zmiana, Mateusz Piskorski, con varios activistas. Parece que los
EE.UU. están preparando una guerra caliente o híbrida contra Rusia en
los frentes mencionados. Al mismo tiempo, la posibilidad de que llegue
al poder un candidato que quiere cambiar radicalmente la política
exterior de Estados Unidos sólo insta a la actual administración de
Estados Unidos a iniciar esta guerra.
1. Escenario nº1. Neutralizar a Trump
Donald Trump ha dado a conocer su programa de
política exterior. Sería cambiar radicalmente la actitud de los Estados
Unidos hacia el mundo. Los temas principales son el rechazo al
intervencionismo y a la política de "promoción de la democracia", el
realismo y la protección de los intereses nacionales de los Estados
Unidos como potencia nacional y no como una potencia hegemónica mundial,
la salida de la Asociación Trans-Pacífica y la suspensión de la firma
de la Alianza transatlántica, y el objetivo de encontrar un compromiso
con Rusia sobre la base de intereses compartidos. La puesta en práctica
de este programa significará un golpe a los intereses de los
beneficiarios de la actual política hegemónica de Estados Unidos.
Para evitar estos cambios, la administración de
Obama intensifica artificialmente el conflicto con Rusia (así como en el
Mar del Sur de China con China), con el fin de hacer imposible en
cualquier caso la transición a una política de aislamiento. Su tarea es
hacer una confrontación con Rusia tan aguda e irreversible que si Trump
gana las elecciones en noviembre, sea incapaz de cambiar nada, y se
convierta en un rehén de la tendencia comprometida bajo la
administración anterior. Una opinión pública bien configurada, así como
facciones de la élite de los demócratas y de los republicanos en el
Congreso controlado por los globalistas, harán imposible cualquier
reinicio de las relaciones entre los EE.UU. y Rusia, incluso en el caso
de una victoria de Trump. El nuevo presidente se verá obligado a
continuar con la política anterior. De este modo, a través de una
confrontación con Rusia, se verá influido por el hegemonismo y sus
conductores se mantendrán en el poder.
2. Escenario nº 2. Poner una carta de triunfo en las manos de Hillary
En el caso de una victoria de la belicista Hillary
Clinton en las próximas elecciones presidenciales, la actual política
de deterioro de las relaciones con Rusia recibirá una continuación
lógica. Ya llena de propaganda anti-rusa, la sociedad está preparada
para las políticas agresivas de Hillary. El factor de la gran "amenaza
rusa" en los medios de comunicación puede contribuir a la victoria de la
militante Clinton, no a la de Trump. Sin embargo, en el futuro Hillary
puede, bien continuar la confrontación con Rusia bajo la presión del lobby
no conservador, bien ofrecer un desafiante "reset" si el agravamiento
con Obama llega a un punto crítico, pero pidiendo concesiones. Por
ejemplo, Hillary puede solicitar que el Presidente Putin renuncie a
presentarse a otro mandato presidencial.
3. Escenario nº 3. Tercer mandato de Obama
Por último, el escenario radical y catastrófico.
Obama puede permanecer en el sillón presidencial en caso de una
declaración de guerra. Este es el escenario menos probable, pero dado el
hecho de que los grupos de influencia que están detrás de Obama y
Clinton están listos para cualquier sangre, aunque sólo sea para
conservar su poder, no se puede descartar.
En el caso de este escenario, el factor Trump,
naturalmente, desaparecería de la política estadounidense. El escenario
más probable es el primero, pero en cualquier caso, para el mundo
entero, todos ellos significarán nuevos ríos de sangre.
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