Publicado 13 julio
Fue
uno de los primeros ministros más jóvenes de la historia de Reino
Unido. A pesar de ser un hombre pragmático, no logró disuadir a la
población en quedarse dentro de la UE.
El pasado 24 de
junio el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, anunciaba su
renuncia al cargo luego de la victoria del Brexit (salida de ese país de
la Unión Europea).
Su dimisión dejaba el camino despejado para un nuevo liderazgo, que tendría la difícil tarea de guiar al país en un nuevo rumbo, alejado del bloque europeo. Este reto será asumido por la actual secretaria del Interior del Gran Bretaña, Theresa May, quien se convertirá en primera ministra este miércoles.
Cameron, líder conservador de 49 años, que creía firmemente en la idea de quedarse en la Unión Europea, será recordado por el fracaso de su arriesgada apuesta.
¿Por qué renunció?
David Cameron no estuvo nunca a favor de la salida del bloque europeo. Sin embargo, debido a presiones dentro de su partido y al avance del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), catalogado como eurófobo, accedió a su realización.
Tras conocerse el resultado, Cameron expresó que cuando las ideas de un Gobierno "no coinciden con el pedido del pueblo", los gobiernos deben dar un paso al costado y respetar "los deseos de la ciudadanía".
"En el rumbo que se ha tomado, el barco necesita de un nuevo capitán", alegó Cameron.
Balance de su gestión
Cameron llegó al poder en mayo de 2010, luego de que por más de diez años estuviese al frente del Partido laborista. El país se encontraba en un profunda recesión.
En esa oportunidad, Cameron tuvo que aliarse con los liberales-demócratas debido a que no obtuvo los escaños suficientes para gobernar en solitario.
El líder del partido conservador comenzó una política de recortes del gasto público con el objetivo de superar la recesión.
Según los analistas, ha sido el jefe de gobierno que mejor ha sabido presentar la austeridad como un éxito. Entre sus logros económicos está el haber sacado a Reino Unido de la crisis económica del 2008 y con un crecimiento del 2,6 por ciento.
Sin embargo, sus críticos alegan que sus políticas de recortes, las mayores en la historia de ese país, se intensificaron y agravaron la brecha entre pobres y ricos.
Su gobierno alardeaba de tener una de las tasas de desempleo más bajas de la Unión Europea. Economistas señalan que la realidad reflejaba que se requería crear empleo real, no precario.
Además, la inflación superó los salarios durante gran parte de su gestión y los británicos se quejaban constantemente de tener problemas al pagar cada vez más por los alimentos y la calefacción.
Por otra parte, Cameron aseguró sentirse orgulloso con la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, lograda durante su gestión.
En el 2014, tuvo que enfrentarse al referendo sobre la independencia de Escocia.
Las promesas de mayor autonomía en la parte final de su campaña por la permanencia de Escocia, le permitieron a Cameron conservar el “status quo” de la nación.
Su dimisión dejaba el camino despejado para un nuevo liderazgo, que tendría la difícil tarea de guiar al país en un nuevo rumbo, alejado del bloque europeo. Este reto será asumido por la actual secretaria del Interior del Gran Bretaña, Theresa May, quien se convertirá en primera ministra este miércoles.
Cameron, líder conservador de 49 años, que creía firmemente en la idea de quedarse en la Unión Europea, será recordado por el fracaso de su arriesgada apuesta.
¿Por qué renunció?
David Cameron no estuvo nunca a favor de la salida del bloque europeo. Sin embargo, debido a presiones dentro de su partido y al avance del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), catalogado como eurófobo, accedió a su realización.
Tras conocerse el resultado, Cameron expresó que cuando las ideas de un Gobierno "no coinciden con el pedido del pueblo", los gobiernos deben dar un paso al costado y respetar "los deseos de la ciudadanía".
"En el rumbo que se ha tomado, el barco necesita de un nuevo capitán", alegó Cameron.
Balance de su gestión
Cameron llegó al poder en mayo de 2010, luego de que por más de diez años estuviese al frente del Partido laborista. El país se encontraba en un profunda recesión.
En esa oportunidad, Cameron tuvo que aliarse con los liberales-demócratas debido a que no obtuvo los escaños suficientes para gobernar en solitario.
El líder del partido conservador comenzó una política de recortes del gasto público con el objetivo de superar la recesión.
Según los analistas, ha sido el jefe de gobierno que mejor ha sabido presentar la austeridad como un éxito. Entre sus logros económicos está el haber sacado a Reino Unido de la crisis económica del 2008 y con un crecimiento del 2,6 por ciento.
Sin embargo, sus críticos alegan que sus políticas de recortes, las mayores en la historia de ese país, se intensificaron y agravaron la brecha entre pobres y ricos.
Su gobierno alardeaba de tener una de las tasas de desempleo más bajas de la Unión Europea. Economistas señalan que la realidad reflejaba que se requería crear empleo real, no precario.
Además, la inflación superó los salarios durante gran parte de su gestión y los británicos se quejaban constantemente de tener problemas al pagar cada vez más por los alimentos y la calefacción.
Por otra parte, Cameron aseguró sentirse orgulloso con la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, lograda durante su gestión.
En el 2014, tuvo que enfrentarse al referendo sobre la independencia de Escocia.
Las promesas de mayor autonomía en la parte final de su campaña por la permanencia de Escocia, le permitieron a Cameron conservar el “status quo” de la nación.
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