La
familia de los planetas enanos crece. Esta semana se ha anunciado la
presencia de uno más de esos objetos en el Cinturón de Kuiper, a las
afueras del Sistema Solar. A falta de bautizo, el nuevo miembro se llama
2015 RR245 y tiene un diámetro estimado de 700 kilómetros según las
primeras observaciones. Plutón, el mayor de los cuerpos helados
que habitan la región, tiene un diámetro de 2.371 kilómetros. No
obstante, como comenta Javier Licandro, investigador del Instituto
Astrofísico de Canarias (IAC), "por el momento lo que se conoce es el
brillo, y eso además del tamaño lo determina la cantidad de luz que
refleja la superficie del objeto". En cualquier caso, añade el
científico, "en esa región, con 400 kilómetros de diámetro ya sería
considerado planeta enano, así que es muy probable que entre en esa
categoría".
La órbita está mucho más alejada del Sol que el que fue durante décadas el noveno planeta conocido. El nuevo planeta enano necesita 700 años para dar una vuelta a nuestra estrella frente a los 248 de Plutón. Aunque en 2096, cuando alcance el punto de su órbita más próximo al Sol, se encontrará dentro de la órbita de Plutón, en su momento más lejano se encontrará a 120 veces la distancia de la Tierra al Sol: 18.000 millones de kilómetros de distancia.
El descubrimiento se produjo en febrero de este año a partir de imágenes recogidas por el Telescopio Canadá-Francia-Hawaii en septiembre de 2015 dentro del Estudio de los Orígenes del Sistema Solar (OSSOS, de sus siglas en inglés). Esta colaboración pretende explorar la población de primos de Plutón con el objetivo de entender la evolución de nuestro sistema planetario. OSSOS ya ha descubierto más de 500 objetos, pero este es el primero que podría alcanzar la categoría de planeta enano.
Según expica el equipo responsable de la observación, la mayor parte de los planetas enanos fueron destruidos o expulsados del Sistema Solar durante el caos que siguió al momento en que los planetas gigantes se salieron de sus posiciones actuales. RR245 sería, junto a Eris o Plutón, uno de los pocos supervivientes.
Esta categoría de planetas enanos se introdujo cuando se observó que más allá de la órbita plutoniana existían objetos similares al que hasta entonces había sido un planeta más. La clave para ser planeta enano no está en su tamaño, sino en una definición planteada en 2006 por la Unión Astronómica Internacional: Los planetas enanos tienen la masa suficiente para ser esferas, como los planetas de pleno derecho, pero no tienen la influencia gravitatoria suficiente para ser el objeto dominante en su órbita.
De momento, ya han entrado en la categoría de planetas enanos más allá de Neptuno Eris, Haumea y Makemake, y existen más de una docena en periodo de evaluación. En ese grupo entraría también el nuevo objeto anunciado esta semana.
La órbita está mucho más alejada del Sol que el que fue durante décadas el noveno planeta conocido. El nuevo planeta enano necesita 700 años para dar una vuelta a nuestra estrella frente a los 248 de Plutón. Aunque en 2096, cuando alcance el punto de su órbita más próximo al Sol, se encontrará dentro de la órbita de Plutón, en su momento más lejano se encontrará a 120 veces la distancia de la Tierra al Sol: 18.000 millones de kilómetros de distancia.
El descubrimiento se produjo en febrero de este año a partir de imágenes recogidas por el Telescopio Canadá-Francia-Hawaii en septiembre de 2015 dentro del Estudio de los Orígenes del Sistema Solar (OSSOS, de sus siglas en inglés). Esta colaboración pretende explorar la población de primos de Plutón con el objetivo de entender la evolución de nuestro sistema planetario. OSSOS ya ha descubierto más de 500 objetos, pero este es el primero que podría alcanzar la categoría de planeta enano.
Según expica el equipo responsable de la observación, la mayor parte de los planetas enanos fueron destruidos o expulsados del Sistema Solar durante el caos que siguió al momento en que los planetas gigantes se salieron de sus posiciones actuales. RR245 sería, junto a Eris o Plutón, uno de los pocos supervivientes.
Esta categoría de planetas enanos se introdujo cuando se observó que más allá de la órbita plutoniana existían objetos similares al que hasta entonces había sido un planeta más. La clave para ser planeta enano no está en su tamaño, sino en una definición planteada en 2006 por la Unión Astronómica Internacional: Los planetas enanos tienen la masa suficiente para ser esferas, como los planetas de pleno derecho, pero no tienen la influencia gravitatoria suficiente para ser el objeto dominante en su órbita.
De momento, ya han entrado en la categoría de planetas enanos más allá de Neptuno Eris, Haumea y Makemake, y existen más de una docena en periodo de evaluación. En ese grupo entraría también el nuevo objeto anunciado esta semana.
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