La Unión Europea no rescatará a la banca italiana
El viernes Banco Central Europeo rechazó la petición del banco italiano
MPS (Monte dei Paschi di Siena), el tercero en tamaño de su país, para
retrasar la fecha de un posible acuerdo con el sector privado que le
saque de la bancarrota. Al banco italiano no le queda otro remedio que
recurrir al gobierno, lo que ocasionará importantes pérdidas a los que
guardan allá sus ahorros.
El banco italiano quería ganar tiempo para lograr 5.000 millones de euros, de los que Qatar pondría 2.000 millones, además de cambiar obligaciones por acciones, pero el estrepitoso fracaso de Renzi en el referéndum ha echado por tierra sus planes. Qatar ha dicho que no soltará un céntimo antes de que se forme el nuevo gobierno.
La bolsa de Milan ha suspendido las operaciones del MPS después de que su cotización cayera un 10 por ciento. La dirección del banco ha pasado el fin de semana reunido con el gobierno en funciones. El Financial Times teme una “crisis sistémica” de todo el sistema financiero italiano.
Ahora la suerte del MPS está en manos del gobierno italiano, cuya situación pende de un fino hilo. Lo más probable es que cualquier gobierno salga al rescate del banco, pero según las nuevas normas de la Unión Europea que han entrado este año en vigor, primero deberán perder sus ahorros los pequeños acreedores y depositantes.
Las consecuencias sociales pueden ser explosivas. Se calcula en 40.000 el número de pequeños ahorradores, cuyos créditos ascienden a 2.000 millones de euros. Los cuatro pequeños bancos anteriores que ya han quebrado en Italia, causaron un terremoto político. Ahora se habla de un tsunami de grandes proporciones en el peor momento posible: cuando el gobierno ha perdido un referéndum.
Ya se habla de la posible salida de Italia de la Unión Europea y algunos partidos empiezan a incorporar esa exigencia a sus programas electorales, como el demagógico “Movimiento 5 Estrellas”, cuya declaración ha llegado a las páginas del diario británico The Guardian. “Es el momento de dar un puñetazo encima de la mesa de Bruselas”, dicen los propios eurodiputados de la coalición.
El plan de Bruselas contradice las aspìraciones del capital financiero italiano. El Banco Central Europeo quiere una reestructuración de todo el sistema bancario, lastrado por un agujero de 360.000 millones de euros en créditos dudosos. No le falta razón. El próximo en caer puede ser el más grande, UniCredit, que necesita 13.000 millones de euros frescos para mañana y sus planes para lograrlo dependen de lo que ocurra con MPS.
El mundillo financiero es un castillo de naipes. UniCredit es titular Hypovereinsbank, el cuarto banco de Alemania, y la Banca Nazionale del Lavoro es propiedad del francés BNP Paribas, el mayor banco francés. Y así sucesivamente.
El banco italiano quería ganar tiempo para lograr 5.000 millones de euros, de los que Qatar pondría 2.000 millones, además de cambiar obligaciones por acciones, pero el estrepitoso fracaso de Renzi en el referéndum ha echado por tierra sus planes. Qatar ha dicho que no soltará un céntimo antes de que se forme el nuevo gobierno.
La bolsa de Milan ha suspendido las operaciones del MPS después de que su cotización cayera un 10 por ciento. La dirección del banco ha pasado el fin de semana reunido con el gobierno en funciones. El Financial Times teme una “crisis sistémica” de todo el sistema financiero italiano.
Ahora la suerte del MPS está en manos del gobierno italiano, cuya situación pende de un fino hilo. Lo más probable es que cualquier gobierno salga al rescate del banco, pero según las nuevas normas de la Unión Europea que han entrado este año en vigor, primero deberán perder sus ahorros los pequeños acreedores y depositantes.
Las consecuencias sociales pueden ser explosivas. Se calcula en 40.000 el número de pequeños ahorradores, cuyos créditos ascienden a 2.000 millones de euros. Los cuatro pequeños bancos anteriores que ya han quebrado en Italia, causaron un terremoto político. Ahora se habla de un tsunami de grandes proporciones en el peor momento posible: cuando el gobierno ha perdido un referéndum.
Ya se habla de la posible salida de Italia de la Unión Europea y algunos partidos empiezan a incorporar esa exigencia a sus programas electorales, como el demagógico “Movimiento 5 Estrellas”, cuya declaración ha llegado a las páginas del diario británico The Guardian. “Es el momento de dar un puñetazo encima de la mesa de Bruselas”, dicen los propios eurodiputados de la coalición.
El plan de Bruselas contradice las aspìraciones del capital financiero italiano. El Banco Central Europeo quiere una reestructuración de todo el sistema bancario, lastrado por un agujero de 360.000 millones de euros en créditos dudosos. No le falta razón. El próximo en caer puede ser el más grande, UniCredit, que necesita 13.000 millones de euros frescos para mañana y sus planes para lograrlo dependen de lo que ocurra con MPS.
El mundillo financiero es un castillo de naipes. UniCredit es titular Hypovereinsbank, el cuarto banco de Alemania, y la Banca Nazionale del Lavoro es propiedad del francés BNP Paribas, el mayor banco francés. Y así sucesivamente.
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