El presidente ruso no
deja indiferentes a los latinoamericos, su imagen despierta tanto
admiración como rechazo. RBTH ha hablado con una serie de expertos
argentinos con el objetivo de esclarecer lo que se piensa sobre Putin en
el continente.
Vladímir Putin.
Fuente: kremlin.ru
Un ejemplo reciente fue la petición que apareció en la web change.org en la que se pedía a Vladímir Putin una “intervención rusa en México para eliminar el mal gobierno”. El presidente de Rusia también tiene sus seguidores en Argentina. Cuando visitó el país en julio de 2014 en el recorrido del cortejo presidencial hubo numerosos carteles de bienvenida.
Los expertos argentinos consultados por RBTH coinciden que en los países de América Latina perciben a Vladímir Putin como un líder mundial, fuerte y carismático a pesar de la imagen muchas veces negativa que tratan de imponer los medios de comunicación nacionales e internacionales.
Alberto Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales, piensa que entre los argentinos “Putin tiene una imagen de líder fuerte, que ha devuelto el orden a los rusos y ha logrado que Rusia vuelva a tener protagonismo en los asuntos mundiales”. Agrega que a menudo el propio país, Rusia, se identifica con líderes fuertes que permanecen en el poder durante un tiempo prolongado. Según él, también se piensa que Rusia y Argentina pueden hacer cosas juntos.
“Asimismo a Putin se le relaciona con un país enorme, que logró impresionantes victorias bélicas, algo que lleva a asociar al presidente ruso con fortaleza. En algunos sectores se ve al presidente recordando el apoyo de Rusia (URSS) a la Argentina en 1982. Y ello lleva a considerarlo como alguien que "está con Argentina ante Occidente”, continúa el Hutschenreuter.
Aclara que “una cosa es la opinión de la gente y otra la de los gobiernos”. Destaca que “el gobierno anterior tenía más cercanía con Putin, lo que no quiere decir que supiera exactamente lo que sucedía con Rusia, lo que llevó a hacer cálculos erróneos cuando Rusia prohibió importar alimentos de Occidente”. Asegura que la afinidad estaba vinculada al distanciamiento de aquel gobierno argentino de Occidente. “Con el actual gobierno tampoco se puede decir que haya un gran conocimiento pero no hubo un giro de 180 grados. Se considera que es posible aumentar la cooperación”, concluye Hutschenreuter. Fernando Riva Zucchelli, periodista y director de la revista Noticias Urbanas, dijo en diálogo con RBTH que “entre los segmentos más politizados la imagen de Vladímir Putin es la un líder fuerte, más allá de compartir o no las decisiones de su política”. Al mismo tiempo, tanto desde el gobierno como desde la oposición, el tema de la inestabilidad en Medio Oriente se percibe como un tema lejano, con la excepción de los refugiados que siempre causan “lástima y resignación” aunque nadie entienda las causas. “El fenómeno terrorista del Estado Islámico solo se tiene en cuenta cuando hay atentados en las ciudades europeas”, agrega el director de Noticias Urbanas.
Subraya que el mandatario ruso es “considerado en Argentina uno de los líderes más importantes del mundo. Se ve como una competencia para la Unión Europea más que como su socio. Su buena sintonía con Donald Trump les hizo abrir los ojos a todos aquellos analistas, perplejos e incrédulos ante la nueva realidad ya que se habían subido a la campaña para desprestigiar a Rusia montada por su predecesor, Barack Obama”.
El experto opina que “la posible alianza entre estos dos países genera cierta inquietud en los sectores del poder, pero a la larga va a ayudar a sostener una mejoría de la imagen de Rusia y de Putin en la región, más allá que la prensa hegemónica en esta zona que depende en gran medida de las mega cadenas mediáticas perdedoras en Estados Unidos”.
A su vez, Tomás Varnagy, doctor en ciencias sociales de UBA, piensa que “la imagen pública y la valoración de Vladímir Putin refleja la postura de los medios de comunicación”. Subraya que las opiniones varían dependiendo del punto de vista ideológico, de la misma manera que la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, es apoyada por algunos y vilipendiada por otros.
“Por un lado, están quienes lo consideran un tirano y dictador (pese a haber sido elegido democráticamente) y un peligro para la paz y estabilidad mundiales (por sus acciones en Crimea)”. “También están los que lo consideran el jefe corrupto de un Estado mafioso, apoyado por funcionarios, oligarcas, burócratas e integrantes del crimen organizado”.
Por otro lado, “Putin es bien conocido, valorado y aprobado por ser un líder carismático, respetado y temido, que rescató la gran potencia que fue la Unión Soviética y que trata de lograr que Rusia tenga su lugar junto a los EE UU y China. Tiene una clara visión geopolítica y maneja con mano dura la diplomacia, llevando a Rusia hacia un destino de grandeza”, concluye Tomás Varnagy.
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