Su nombre era conocido, entre otros cosas, por haber sido creador de
organizaciones terroristas como Yihad Islámica Egipcia, y en haber
colaborado en el reclutamiento de combatientes de Al-Qaeda para luchar
contra la Unión Soviética en Afganistán.
Justamente gran parte de su trabajo como fundamentalista islámico lo hizo en Egipto, donde en 1976 fue uno de los fundadores del Banco Islámico de Egipto del príncipe saudí Mohammed al-Faisal, uno de los principales financistas de organizaciones terroristas como Al-Qaeda.
Todo este despliegue obviamente contó con el apoyo de la CIA, dirigida por ese entonces por el ex presidente George Bush, y la administración de Ronald Reagan, quien incluso tiene una icónica foto con fundamentislas islámicos discutiendo acerca de Afganistán:
Tal fue así que Abdel-Rahman llegó a moverse con tanta profundidad por este corretaje que un funcionario de la CIA en la embajada de Washington en Sudán le otorgó una visa para que fuese a Estados Unidos, de acuerdo a una versión que el New York Times cita a través de funcionarios estadounidenses.
En ninguno de esos visados se le llamó la atención por estar involucrado en actividades terroristas, e incluso al propio New York Times le llamó la atención que entrara al país cuando su nombre formaba parte de una lista de terroristas del Departamento de Estado.
Casi de casualidad en 1990 su nombre salió a la luz cuando fue asesinado un rabino sionista y las investigaciones preliminares apuntaron hacia él. En ese tiempo, el portal Moon Of Alabama reseñó que "varios intentos de asesinarlo fallaron misteriosamente", y en 1991 "extrañamente" se le dio una tarjeta verde para que se quedara en el país.
Dos años después, Abdel-Rahman estuvo implicado en el primer intento de derribar las Torres Gemelas y finalmente fue encarcelado hasta su muerte, sin que ninguno de sus protectores saliese a dar la cara.
De acuerdo a esta versión desarrollada en su libro Visas para Al-Qaeda, "durante la década de 1980, la CIA reclutó y entrenó a los agentes musulmanes para luchar contra la invasión soviética de Afganistán. Más tarde, la CIA movería a esos agentes con visas ilegales de Estados Unidos, desde Afganistán hasta los Balcanes, Irak, Libia y Siria".
Claro está que para eso se valió de Arabia Saudí para darle el carácter ideológico al movimiento basado en la versión del islam que promueve la monarquía de ese país, el wahabismo. De esta matriz de pensamiento es que se desprende la mayoría de organizaciones terroristas del mundo, y especialmente Al-Qaeda, financiada por tres miembros de la monarquía saudí, de acuerdo a la declaración judicial de Zacarias Moussaui, ex agente de esta organización encarcelado en Estados Unidos.
Abdel-Rahman activamente participó de este corretaje, promoviendo esta deformación del islam y armando organizaciones en el extranjero, y su papel fue parte de una trama mayor, que el mismo Congreso estadounidense relaciona con el 9/11.
Su trayectoria sólo describe a uno de los tantos terroristas que viajaron con visado de la CIA.
Justamente gran parte de su trabajo como fundamentalista islámico lo hizo en Egipto, donde en 1976 fue uno de los fundadores del Banco Islámico de Egipto del príncipe saudí Mohammed al-Faisal, uno de los principales financistas de organizaciones terroristas como Al-Qaeda.
Todo este despliegue obviamente contó con el apoyo de la CIA, dirigida por ese entonces por el ex presidente George Bush, y la administración de Ronald Reagan, quien incluso tiene una icónica foto con fundamentislas islámicos discutiendo acerca de Afganistán:
Tal fue así que Abdel-Rahman llegó a moverse con tanta profundidad por este corretaje que un funcionario de la CIA en la embajada de Washington en Sudán le otorgó una visa para que fuese a Estados Unidos, de acuerdo a una versión que el New York Times cita a través de funcionarios estadounidenses.
Una breve historia de idas y venidas
El jeque Abdel-Rahman estuvo en prisión domiciliaria en Egipto desde 1981 hasta 1986 por la investigación del asesinato del presidente egipcio Anwar el-Sadat. Después de ese tiempo, entre 1987 y 1990 se le dieron tres visados para entrar a Estados Unidos, uno de ellos el anteriormente señalado.En ninguno de esos visados se le llamó la atención por estar involucrado en actividades terroristas, e incluso al propio New York Times le llamó la atención que entrara al país cuando su nombre formaba parte de una lista de terroristas del Departamento de Estado.
Casi de casualidad en 1990 su nombre salió a la luz cuando fue asesinado un rabino sionista y las investigaciones preliminares apuntaron hacia él. En ese tiempo, el portal Moon Of Alabama reseñó que "varios intentos de asesinarlo fallaron misteriosamente", y en 1991 "extrañamente" se le dio una tarjeta verde para que se quedara en el país.
Dos años después, Abdel-Rahman estuvo implicado en el primer intento de derribar las Torres Gemelas y finalmente fue encarcelado hasta su muerte, sin que ninguno de sus protectores saliese a dar la cara.
Las mismas relaciones que Al-Qaeda
Obviamente el caso de Abdel-Rahman no es aislado, ya que Michael Springton, ex jefe de visados de la embajada de Estados Unidos en Jeddah, Arabia Saudí, afirma que la CIA hizo lo mismo con "los fundamentalistas islámicos que fueron a pelear contra la Unión Soviética en Afganistán".De acuerdo a esta versión desarrollada en su libro Visas para Al-Qaeda, "durante la década de 1980, la CIA reclutó y entrenó a los agentes musulmanes para luchar contra la invasión soviética de Afganistán. Más tarde, la CIA movería a esos agentes con visas ilegales de Estados Unidos, desde Afganistán hasta los Balcanes, Irak, Libia y Siria".
Claro está que para eso se valió de Arabia Saudí para darle el carácter ideológico al movimiento basado en la versión del islam que promueve la monarquía de ese país, el wahabismo. De esta matriz de pensamiento es que se desprende la mayoría de organizaciones terroristas del mundo, y especialmente Al-Qaeda, financiada por tres miembros de la monarquía saudí, de acuerdo a la declaración judicial de Zacarias Moussaui, ex agente de esta organización encarcelado en Estados Unidos.
Abdel-Rahman activamente participó de este corretaje, promoviendo esta deformación del islam y armando organizaciones en el extranjero, y su papel fue parte de una trama mayor, que el mismo Congreso estadounidense relaciona con el 9/11.
Su trayectoria sólo describe a uno de los tantos terroristas que viajaron con visado de la CIA.
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