Tras varios incidentes por la mala salud de la reina británica, medios de prensa británicos plantean preparativos para la muerte de Isabel II.
“El funeral de su majestad ya se ha planeado minuciosamente, con aportaciones de la propia reina”, ha dicho el redactor jefe del sitio web monárquico Royal Central, Charles Proctor, citado este domingo por el diario británico Daily Star.
Proctor asegura que aunque habitualmente se decretan tres días de luto nacional, para la actual reina, Isabel II, el período de duelo oficial podría aumentar a 12 días, mientras la cobertura intensiva de los medios de comunicación podría durar “semanas”.
El funeral de su majestad (Isabel II del Reino Unido) ya se ha planeado minuciosamente, con aportaciones de la propia reina”, dice el redactor jefe del sitio web monárquico Royal Central, Charles Proctor.
Además, se organizará un funeral de Estado, el primero en el Reino Unido desde 1965, con la muerte del ex primer ministro Winston Churchill. Los preparativos para ese funeral, que será oficiado por el arzobispo de Canterbury —hoy, Justin Welby—, son designados en círculos monárquicos como “operación Puente de Londres”.
Otro aspecto tratado por la prensa de la futura muerte de Isabel II es su efecto económico: podría costar al país, por los cierres de negocios y mercados, el personal contratado y otros conceptos, hasta 6 mil millones de libras (unos 7 mil millones de euros).
El sucesor será el príncipe Carlos, de quien se espera que cambie de nombre al subir al trono, pasado el duelo, por los recuerdos negativos que evoca su nombre (Carlos I del Reino Unido murió ejecutado y Carlos II fue depuesto). Un nombre probable es Jorge —Jorge VII—.
La impopularidad del príncipe, sin embargo, no parece a juicio de los “expertos” motivo suficiente para que Carlos no suceda a su madre. “Hay montones de gente a quienes no les gustan (el príncipe) Guillermo y (su esposa) Catalina (Middleton)”, dice Proctor, que recalca que “no se puede cambiar un monarca sólo porque a la gente no le gusta”.
Por otra parte, el fallecimiento podría impulsar los movimientos republicanos en algunos países de la Commonwealth, poniendo a la monarquía británica bajo presión, aunque “la mayoría de los miembros ya son repúblicas y no tienen a la reina como jefe de Estado”, señala Thomas Freda, director de la organización Ciudadanos por una República Canadiense.
Más dudoso aún, según el Daily Star, es que la muerte de Isabel II lleve a la abolición de la monarquía. Según Proctor, para alcanzar ese resultado sería necesario un referéndum o, hipotéticamente, que el hoy príncipe Carlos se negase a firmar alguna ley, según el experto constitucional Robert Morris.
“El funeral de su majestad ya se ha planeado minuciosamente, con aportaciones de la propia reina”, ha dicho el redactor jefe del sitio web monárquico Royal Central, Charles Proctor, citado este domingo por el diario británico Daily Star.
Proctor asegura que aunque habitualmente se decretan tres días de luto nacional, para la actual reina, Isabel II, el período de duelo oficial podría aumentar a 12 días, mientras la cobertura intensiva de los medios de comunicación podría durar “semanas”.
El funeral de su majestad (Isabel II del Reino Unido) ya se ha planeado minuciosamente, con aportaciones de la propia reina”, dice el redactor jefe del sitio web monárquico Royal Central, Charles Proctor.
Además, se organizará un funeral de Estado, el primero en el Reino Unido desde 1965, con la muerte del ex primer ministro Winston Churchill. Los preparativos para ese funeral, que será oficiado por el arzobispo de Canterbury —hoy, Justin Welby—, son designados en círculos monárquicos como “operación Puente de Londres”.
Otro aspecto tratado por la prensa de la futura muerte de Isabel II es su efecto económico: podría costar al país, por los cierres de negocios y mercados, el personal contratado y otros conceptos, hasta 6 mil millones de libras (unos 7 mil millones de euros).
El sucesor será el príncipe Carlos, de quien se espera que cambie de nombre al subir al trono, pasado el duelo, por los recuerdos negativos que evoca su nombre (Carlos I del Reino Unido murió ejecutado y Carlos II fue depuesto). Un nombre probable es Jorge —Jorge VII—.
La impopularidad del príncipe, sin embargo, no parece a juicio de los “expertos” motivo suficiente para que Carlos no suceda a su madre. “Hay montones de gente a quienes no les gustan (el príncipe) Guillermo y (su esposa) Catalina (Middleton)”, dice Proctor, que recalca que “no se puede cambiar un monarca sólo porque a la gente no le gusta”.
Por otra parte, el fallecimiento podría impulsar los movimientos republicanos en algunos países de la Commonwealth, poniendo a la monarquía británica bajo presión, aunque “la mayoría de los miembros ya son repúblicas y no tienen a la reina como jefe de Estado”, señala Thomas Freda, director de la organización Ciudadanos por una República Canadiense.
Más dudoso aún, según el Daily Star, es que la muerte de Isabel II lleve a la abolición de la monarquía. Según Proctor, para alcanzar ese resultado sería necesario un referéndum o, hipotéticamente, que el hoy príncipe Carlos se negase a firmar alguna ley, según el experto constitucional Robert Morris.
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