Lo que quieren implantar en España ya "funciona" en Grecia
Matones del estilo "portero de discoteca" controlan a los estibadores griegos.
Dimitris Batsoulis, es un trabajador portuario que ha sido despedido por reclamar la aplicación de la normativa de seguridad en el trabajo y acudió a los tribunales contra la empresa Cosco. Esta entrevista data del año 2013.
Dimitris Batsoulis, es un trabajador portuario que ha sido despedido por reclamar la aplicación de la normativa de seguridad en el trabajo y acudió a los tribunales contra la empresa Cosco. Esta entrevista data del año 2013.
Así
señala que "cuando Cosco vino a Grecia, actuó de modo distinto que las
empresas normales. No contrató a trabajadores a jornada completa, no
firmó ningún convenio colectivo, no formó a su personal, simplemente
comenzó a funcionar. Opera tan caprichosamente como sea posible. En
estos momentos, de un total de 600 a 700 trabajadores, alrededor de 200 a
250 trabajan a jornada completa, con contratos individuales impuestos,
no negociados colectivamente. La empresa que los contrata es una filial
de Cosco llamada SEP, sigla griega que significa Terminal de
Contenedores de El Pireo. Los demás son contratados por una compleja
telaraña de subcontratistas, también con contratos negociados
individualmente, y con un salario muy bajo.
El
dinero que cobran esos trabajadores cada mes se fija de antemano
(corresponde a 10, 12, a veces a 16 jornadas de trabajo),
independientemente de cuándo tiene que acudir al trabajo, sea en el
turno de noche, los domingos, lo que sea. El principal subcontratista,
Diakinisi, tiene a otros 4 o 5 subsubcontratistas que le suministran el
personal, de manera que entre cada trabajador y la empresa hay 2 o 3
intermediarios. Del salario de un hombre se llevan su parte esos 2 o 3
intermediarios. Si esto no es esclavitud moderna, no sé cómo se le puede
llamar. Por supuesto, los sindicatos y la negociación colectiva están
estrictamente vetados. Los trabajadores no reciben formación, pese a que
la ley que permite a Cosco invertir en la terminal de contenedores le
obliga a formar al personal".
Asimismo
Batsoulis añade que a pesar de que los sindicatos no están aún
prohibidos, "si alguien levanta la voz lo despiden ipso facto; en
general reina un ambiente de terror. Los trabajadores del puerto tienen
miedo, intentan asegurarse su salario cueste lo que cueste, y la verdad
es que les cuesta mucho. Si un periodista lograra entrar allí como
empleado durante un mes, o siquiera una semana, ya me entiendes… Matones
del tipo portero de discoteca controlan a los trabajadores, está
prohibido que estos hablen entre ellos y no existe ninguna normativa
laboral"
puertosynavieras.es
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