Oriente Medio
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Este
mariscal libio de 73 años se ha erigido en líder durante los últimos
meses como una esperanza para una guerra que se lleva gestando en su
país desde hace años. Al frente del Ejército Nacional de Libia logró
liberar la importante ciudad de Bengasi de los terroristas el 5 de julio
de 2017.
Lee más: ¿Quién gana con la inestabilidad en Libia?
Así que si efectivamente consigue llegar hasta Trípoli, al hombre fuerte de Libia le espera más trabajo todavía, aunque no tiene por qué resultar difícil.
Los apoyos de Haftar
La Francia de Emmanuel Macron también ha empezado a valorar positivamente a Haftar y, mientras que durante la presidencia de Barack Obama Estados Unidos mantenía las distancias con el almirante, ahora con Donald Trump parece que el país norteamericano se está dando cuenta de que las cosas están cambiando, opina Damkjaer.
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AP Photo/ Mohamed Salama
La conquista de la ciudad no solo es una victoria para la segunda urbe más grande de Libia.
También lo es para la imagen que este antiguo oficial de Gadafi se
está forjando: la de un hombre fuerte que ha pasado a controlar varios puertos petroleros,
barrios al sur del país y la estratégica base aérea de Kufra, situada a
500 kilómetros al sureste de Trípoli, el próximo objetivo de Haftar.
"Ahora que ha recuperado Bengasi, Haftar ha puesto su mirada al este, en la capital de Trípoli", advierte Damkjaer.
Si la figura de Haftar consigue recuperar la capital libia, sus próximos pasos podrían conducirle a presidir el país.Lee más: ¿Quién gana con la inestabilidad en Libia?
"Según la prensa libia, después Haftar podría
con toda seguridad presentar su candidatura a la Presidencia del
Gobierno. De acuerdo a lo previsto el año que viene tienen que
celebrarse elecciones presidenciales", advierte Damkjaer.
Y es que el
Gobierno que actualmente controla desde la capital lo poco que parece
controlable en Libia no es fruto de la voluntad del pueblo sino del
Consejo de Seguridad de la ONU.
El Gobierno de Unidad Popular, en Trípoli desde el 31 de marzo de 2016,
no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de
Representantes —el Parlamento— en Tobruk, que resulta contar con el
apoyo del Ejército Nacional que dirige Jalifa Haftar.Así que si efectivamente consigue llegar hasta Trípoli, al hombre fuerte de Libia le espera más trabajo todavía, aunque no tiene por qué resultar difícil.
"Si Haftar y sus fuerzas llegan a Trípoli,
primero tendrán que librarse de numerosos islamistas y de otros grupos
de combatientes armados y después enfrentarse al Gobierno libio, que
goza de reconocimiento internacional y cuya residencia está en Trípoli",
dice Damkjaer.
Los apoyos de Haftar
Haftar y sus seguidores cuentan con el apoyo militar y político de
Egipto
, de los Emiratos Árabes Unidos y de
Rusia
, recuerda Damkjaer, que añade que, sin estos apoyos "Haftar a duras penas podría haber recuperado el control de Bengasi".
Los apoyos del nuevo Gadafi también vienen de Occidente. La Unión
Europea podría ver en la figura del comandante una solución a la sangría
de inmigrantes provenientes de África que utiliza Libia como lugar de
paso para llegar a Europa.La Francia de Emmanuel Macron también ha empezado a valorar positivamente a Haftar y, mientras que durante la presidencia de Barack Obama Estados Unidos mantenía las distancias con el almirante, ahora con Donald Trump parece que el país norteamericano se está dando cuenta de que las cosas están cambiando, opina Damkjaer.
"Es posible que Haftar sea la persona que devuelva la estabilidad a una Libia sumida en el caos", concluye el analista.
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