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En Venezuela protestan las clases privilegiadas, los más ricos
Por Luis Britto García.
CUANDO LOS RICOS PROTESTAN (1.03.2014).
CUANDO LOS RICOS PROTESTAN (1.03.2014).
Decía el novelista colombiano William
Ospina que en todo el mundo los ricos celebran y los pobres protestan,
mientras que en Venezuela los pobres celebran y los ricos protestan.
Nuestros privilegiados se sublevan contra todo el que gana elecciones:
en catorce años el bolivarianismo triunfó en 18 de 19 consultas
inobjetables. La oposición las desconoció todas, salvo un referendo
donde obtuvo pírrica victoria, o aislados triunfos en elecciones
locales. En los comicios del 8 de diciembre de 2013 los bolivarianos
ganaron 240 de 337 alcaldías: no es raro que los disturbios se
concentraran primero en 18, luego en 8, finalmente en 6 alcaldías
opositoras de población de clase media. No es gran hazaña bloquear a los
vecinos acomodados con barreras de basura incendiada bajo la solícita
protección de autoridades y policías locales. Algunos sicarios abalean a
sus propios manifestantes por la espalda o abaten bolivarianos desde
edificios. Incendian medio centenar de metrobuses y varias centrales
eléctricas. Caen víctimas de ambos bandos: lo que interesa al sicariato
es la víctima, materia prima para las transnacionales de la
desinformación. Adoradores de la muerte ahorcan muñecos como los que
anuncian las atrocidades del Cartel de Sinaloa.
Comenta sagazmente Alejandro Fierro que “De
ser cierto el relato de los medios internacionales sobre el hartazgo de
la juventud, hace tiempo que el chavismo tendría que haber sido
derrotado en las urnas, puesto que el 60% de la población venezolana
tiene menos de 30 años”(Other News, 20-2-2014). Reciente encuesta
de GIS XXI aporta datos esclarecedores: 79% de los jóvenes entre 14 y
24 años estudia; 67% de ellos en instituciones públicas y gratuitas.
90% considera que los estudios le aportan muchas o bastantes
oportunidades. 73% aprecia que el mejor sistema es la bolivariana
democracia participativa; 6%, la democracia representativa, 6% la
dictadura. 60% piensa que el mejor sistema económico es el socialista;
21% el capitalista. Añadamos que nueve millones y medio de venezolanos
-uno de cada tres- estudia, y uno de cada diez en Educación Superior. Si
la mayoría del estudiantado apoyara la protesta, el gobierno caería en
horas bajo el empuje de la tercera parte de la población. Pero según elGuinnes World Book Records 2008, somos para ese año elpaís más feliz del mundo. De acuerdo con la EncuestaGallup 2010, somos el quinto país más próspero del mundo. Conforme al Happy Planet Index, Venezuela presenta para 2010 una marca de Bienestar Experimentado de 7.5 sobre 10, lo cual la empata con Suiza y lo coloca apenas por un decimal por debajo de Noruega. En una década hemos disminuido la pobreza en más de treinta puntos; somos el país con menor desigualdad social de la Latinoaméricacapitalista.
No es un cuadro de frustración o falta de expectativas. Masivas
manifestaciones de mujeres, estudiantes y campesinos bolivarianos
recorren el país sin que las agencias internacionales las registren. En
Venezuela alborota una minoritaria combinación de lumpen violento con
clase media que sólo respeta elecciones cuando las gana.
Encuesta publicada el 24 de febrero por Hinterlaces arroja
todavía más luz. 42% de los consultados opina que Maduro debe concluir
su mandato; 29% considera que sólo podría salir por referendo
revocatorio; apenas 23% elige la opción de “salir a la calle”: una
mayoría de 71% apoya por tanto la institucionalidad. Sobre la economía
del país, 35% reclama “mano dura contra los acaparadores y
especuladores”; 29% “una alianza entre gobierno nacional y empresa
privada”; de nuevo apenas un minoritario 22% se pronuncia por la “salida
ya” del Presidente.
La dirigencia de cuarentones que
promueve disturbios no sólo no representa a la juventud ni a la mayoría
del país: ni siquiera representa la mayoría de la oposición. Leopoldo
López, quien desencadena la violencia el 12 de febrero azuzando una
multitud para que destruya el edificio de la Fiscalía y luego
desaparece, llegó de tercero en las elecciones primarias para
candidaturas presidenciales. María Corina Machado, febril partidaria de
la línea incendiaria, no obtuvo ni 2% de la votación en ellas. Ambos
compiten en riña de protagonismo para arrebatarle el liderazgo de la
ultraderecha a Capriles, quien declaró que el gobierno no se conquista
con disturbios de calle, luego de haber convocado uno que dejó una
docena de muertos. No respetan la democracia ni siquiera entre ellos.
En 2002 el gremio patronal Fedecámaras
impuso por golpe de Estado a su Presidente como dictador por 72 horas;
intentó quebrar al país con un cierre de empresas o lock out de más de
dos meses y cortó la distribución de alimentos. La actual oleada de
violencia arranca después de que el empresariado desvanece en
importaciones fantasmas 50.000 millones de dólares que el gobierno les
otorga con tasa de cambio privilegiada; luego de que los negociantes
inician una guerra económica con desabastecimientos estratégicos y
sobreprecios usurarios, y en cuanto el gobierno la contrarresta con una
Ley de Precios Justos que fija tope de 30% al beneficio comercial ¿Las
protestas reclaman otros 60.000 millones de dólares vaporizables?
¿Legalizar beneficios de 1.500%? ¿Una nueva dictadura?
¿O son desesperado llamamiento al Golpe de
Estado o la intervención extranjera? El último y más violento foco de
disturbios se concentra en algunos municipios del fronterizo estado
Táchira, puentes de una prolongada infiltración paramilitar ¿Excusa una
invasión que secesione el rico Occidente de Venezuela? ¿La
recolonización de la Patria de Bolívar? Todo se puede esperar de quien cree tener derecho a todo sin contar con el voto de nadie.
PS:
Venezuela, la rebelión de los ricos.
PS:
Venezuela, la rebelión de los ricos.
http://luisbrittogarcia.blogspot.com.es/2014_02_23_archive.html
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