Con
una sola orden de la Administración Obama se espiaron el año pasado en
EE.UU. millones de conversaciones telefónicas para arrestar a una decena
de personas.
“La orden de escuchas autorizó a una agencia
gubernamental desconocida llevar a cabo intercepciones en tiempo real de
3,29 millones de conversaciones por teléfono móvil durante un período
de dos meses en algún momento de 2016”, explica el experto en seguridad
Zacharias Whittaker en un artículo publicado el viernes en el portal
especializado en tecnologías de información ZD Net.El objetivo de la operación de espionaje masivo, ordenada a finales de 2015 (siendo presidente Barack Obama), era seguir la pista a 26 individuos sospechosos de estar implicados en actividades de tráfico de estupefacientes en el estado de Pensilvania, en el noreste de EE.UU.
El coste de las escuchas, según Whittaker, costó a los contribuyentes estadounidenses 335.000 dólares y condujo a la detención de “una docena” de personas, pese a que ninguna de las intercepciones aportó indicios incriminadores, por lo que ninguno de los entonces arrestados ha sido llevado ante la justicia.
La revelación se ha producido a partir de un informe anual de escuchas publicado días antes, pero que no ha llamado la atención de los medios de comunicación, que explica que fue esa la operación con mayor número de escuchas, que se realizó en el distrito judicial central del estado y que supuso la intercepción de “3.292.385 conversaciones o mensajes (…) en 60 días”.
La orden de escuchas autorizó a una agencia gubernamental desconocida llevar a cabo intercepciones en tiempo real de 3,29 millones de conversaciones por teléfono móvil durante un período de dos meses en algún momento de 2016”, explica el experto en tecnologías de la información estadounidense Zacharias Whittaker.El jurista local Albert Gidari, especializado en cuestiones sociales y de Internet, ha declarado a propósito de la operación que no le sorprenden los exiguos resultados obtenidos por las enormes escuchas: “de modo general, resulta incriminador un porcentaje muy, muy pequeño de las conversaciones y acaba en condena judicial un porcentaje muy, muy pequeño” de las escuchas.
El número de personas afectadas por el espionaje se desconoce, así como otros detalles del caso, que parece haber sido clasificado, según Whittaker.
Las tácticas de espionaje a gran escala de Washington han causado indignación a nivel mundial en los últimos años a raíz de las revelaciones de 2013 del informático estadounidense Edward Snowden, exempleado en la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), si bien la actividad de espionaje a nivel planetario de EE.UU. comenzó a desarrollarse al menos en la década de 1960 con la red Echelon, en la que participan también el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda (los Cinco Ojos).
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