María del Carmen Nieva creía que firmaba la garantía para que su sobrino alquile una casa. Pero en realidad se estaba convirtiendo en presidenta de una empresa que transfirió al exterior más de un millón de dólares en pagos anticipados de importaciones que nunca se hicieron.
Nieva y otras personas prestaban sus nombres para ser presidentes, directores, accionistas y representantes ante bancos de empresas fantasmas creadas por una organización criminal liderada por Sung Ku Hwang, conocido como "Mister Korea",  y que sacó del país 300 millones de dólares en la época del cepo cambiario usando las ex declaraciones juradas anticipadas de importaciones (DJAI).
A cambio de firmar para ser grandes empresarios, estás personas recibían entre mil y 1.500 pesos o promesas de trabajo que nunca se concretaron. El encargado de conseguir a esas personas era Juan Gabriel Palacios, el reclutador de testaferros. Esta es su historia.
Palacios tiene 35 años y es empleado administrativo de la obra social de empleados de comercio, OSECAC. Fue detenido a principio de mes y cuando declaró ante el juez en lo Penal Económico Gustavo Meirovich reconoció los hechos. "Lo único que hacía era mover la gente, no sabía qué hacían las empresas", declaró.
Palacios contó que en 2013 conoció a Mario Vega a través de un blog de venta de productos para adelgazar. "Mario me ofreció trabajar de testaferro. Yo le iba a prestar ni nombre y le di ni número de DNI. Para mí eso era un trabajo pero me dijo que no califiqué porque estaba en el VERAZ", sostuvo Palacios.
Vega y Palacios se encargaron de reclutar a los primeros testaferros. Trabajaron juntos hasta que Vega falleció en 2015. Así, Palacios se quedó a cargo de la tarea.
El nexo de Palacios con la organización comenzó a ser Martín Ricardo Park, un coreano de 31 años, que se lo presentó Vega en unas canchas de fútbol de Puerto Madero. "Martín era el que tenía los trabajos para representar a las firmas. Cuando fallece Mario, Martín se contacta conmigo para que lo empiece a ayudar. Me pidió los contactos de la gente y me ofreció por cada vez que la gente iba a firmar que me pagaba algo, que no llegaba a mil pesos", dijo Palacios en su indagatoria a la que accedió Infobae junto con otras constancias de la causa penal que tiene 19 procesados por asociación ilícita y lavado de dinero y tres prófugos, entre ellos el empresario Juan Mariano Martínez Rojas, que está en Estados Unidos.
La organización comenzó a operar en 2012. En ese momento había cepo cambiario y no era fácil conseguir dólares a precio oficial. Pero encontraron una manera: crear empresas y presentar una declaración jurada de importaciones (DEJAI). De esa manera obtenían dólares oficiales para traer importaciones que, en realidad, nunca llegaron al país.
Con el trámite aprobado y los dólares acreditados en las cuentas de las empresas los dólares eran transferidos a Estados Unidos o Hong Kong, en China. Otra forma era traer la importación al país pero los montos que se giraban al exterior eran superiores a los declarados en las DJAI.
El titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, denunció que 53 empresas realizaban esa maniobra. La investigación judicial determinó hasta que momento que 14 de esas empresas obtuvieron ilícitamente 306.862.000 de dólares utilizando DEJAI falsas entre 2012 agosto de 2016. El jefe de esa asociación ilícita es Mister Korea, preso en la cárcel de Ezeiza junto con otros integrantes de la organización.
"Personas jurídicas ´de cartón´ que servían de estructura a la organización criminal", definió el juez a las empresas.
Sung Ku Hwang -“Mister Korea”-, líder de la organización
Sung Ku Hwang -“Mister Korea”-, líder de la organización
María Luján Calisesi tiene 42 años y es cocinera de la basílica San José, en el barrio de Flores. Ella figura como presidente, directora, accionista, socia y apoderada bancaria de las empresas Gomelba SA, Corifer SA, Brandom SA, ISSEL SA.
Llegó a esos cargos a través de Vega por su empresa de productos naturales "Forever Living". "Yo firmaba todo esto a título de colaboración y en su momento nos daban un dinero por hacer todo esto. Yo sabía que firmaba los contratos sabiendo que era cabeza de una empresa, éramos como figuritas", contó Calisesi ante la justicia.
Por firmar cobraba entre 1000 y 1.500 pesos por mes por empresa y en cada trámite que hacía la acompañaban por Vega y Palacios.
Calisesi no tenía capacidad económica para ocupar esos cargos y la Administración Federal de Ingresos Públicos se lo hizo saber. "Desconocí todo. La chica quería saber si yo conocía los nombres de las empresas y me informó que habían facturado 1.500.000 pesos en los años 2014/2015 por cinco meses", contó la mujer.
José María Tiseira era la pareja de Calisesi y también fue testaferro en tres empresas. "Yo conocía a un señor Mario Vega quien me presentó a un señor llamado Gabriel Palacios y él me pagaba tres mil pesos mensuales. Yo lo veía en la galería Güemes. El señor Palacio me pagaba solamente para hacerme firmar unos papeles, pero no sé de qué se trataban esos papeles", declaró Tiseira, de 50 años, en tribunales.
Tiseira contó que una oportunidad Palacios lo acompañó a un banco para sacar dos chequeras: "Yo salí hasta la vereda con las chequeras y se las di al señor vacías, no firmé ningún cheque".
Galería Güemes, en la calle Florida 165, uno de los lugares a los que concurrían los testaferros
Galería Güemes, en la calle Florida 165, uno de los lugares a los que concurrían los testaferros
El reclutamiento de Palacios llegó hasta su propia familia. Su tia, María del Carmen Nieva, estuvo al frente de TELFS SA. "Firmó las solicitudes de cambio y transferencias de 1.0449.030 dólares al exterior, abrió cuentas bancarias a nombre de la sociedad y a través del banco ICBC se transfirieron las divisas señaladas al exterior", describió el juez Meirovich en su procesamiento. La mujer realizó 12 transferencias a cuentas bancarias en Hong Kong.
Pero la tía creía otra cosa. "Jamás fui presidente, siempre trabajé, nunca tuve cuentas bancarias. Mi sobrino me llevó para firmar unos papeles para alquilar una casa. Firmé porque confiaba en él", declaró la mujer.
Después de los testimonios, la justicia intervino los teléfonos de Palacios y ordenó tareas de inteligencia. Así se llegó hasta él y su detención.
Palacios se desligó de cualquier responsabilidad sobre lo que hacían las empresas. "Yo no ordenada, a mi me lo transmitían. Para mí lo que yo hacía era una gestión, trámites y nunca hubiese involucrado a mis familiares si sabía qué iban a hacer los chinos. Lo único que hacía era mover la gente, no sabía que hacían las empresas", señaló en su indagatoria.
El reclutador de testaferros señaló que quien le decía lo que tenía que hacer con los prestanombres era Martín Park. "Yo los encontraba una vez por mes, me mandaba una moto con los sobres, con todo ya dividido, cada sobre tenía el nombre con el dinero", contó.
Pero el juez no le creyó. Entendió que Palacios cumplía una función vital: era el nexo entre los organizadores de las empresas y las personas que le daban apariencia legal con sus firmas.
"No   solamente   reclutaba   a   personas   físicas   sino   que, también, los  controlaba  mensualmente,  abonando  por  la  tarea  convenida, la de prestar su nombre a sociedades y firmar papeles de las mismas a cambio de una remuneración, encontrando en aquella labor  una  segunda  etapa  de  su  función,  tan  importante  como  la  primera. Es decir, lograba así dar confiabilidad a su gestión, la cual no   solamente   era  "reclutar"   sino   luego   mantener   vigente   el formato   para   aparentar   consistencia   a   las   personas   jurídicas   inconsistentes", describió Meirovich el rol de Palacios.
Juan Mariano Martínez Rojas, prófugo de la justicia
Juan Mariano Martínez Rojas, prófugo de la justicia
La capacidad económica de Palacios también fue clave en su procesamiento. Ganaba 20 mil pesos por mes como empleado de la obra social y ese sueldo era el único ingreso de una familia numerosa. Pero tenía una casa construida en varios lotes en el partido bonaerense de Ituzaingó muy superior a la de sus vecinos. "La sola apreciación de tomas fotográficas del allanamiento realizado en su domicilio se observa que residía en aquél con comodidades acordes a un nivel de ingresos bastante al superior al que declara", sostiene la acusación.
Para el juez ese nivel de vida "no podría llevarlo a adelante sino cuenta con otra actividad, la que claramente adquiere relevancia –entonces- el trabajo de reclutador/intermediario de la asociación ilícita a cambio de dinero que le proporciona mantener el estándar alto de vida con sus escasos recursos lícitos".
Palacios fue detenido pero después de su indagatoria fue excarcelado. Para eso el juez, a pedido del fiscal Germán Bincaz, le puso una fianza alta: debía pagar 800 mil pesos para recuperar la libertad. Ese dinero fue apartado por distintas personas y en efectivo.
"Claramente tiene apoyo de la organización", sostienen en tribunales. Los investigadores creen que Palacios reclutó a más personas para ser testaferros y trabajan sobre eso. "Pero con lo que tenemos nos alcanza para mandarlo a juicio oral", confían.
Palacios no fue el único que se encargaba de conseguir prestanombres para la organización. Esa tarea también estuvo a cargo de Martín Park.
Park tiene 31 años y con un amigo de la infancia, Hui Kuy Lee crearon dos sociedades, Interbridge SRL y LM Unión SRL. Ambos entraron en relación con "Mister Korea" que les dijo que había iniciado un negocio de importaciones y necesitaba gente de confianza para crear empresas. Los dos comenzaron a trabajar para "Mister Korea" y otros testimonios de la causa dan cuenta que eran sus subalternos.
Esa tarea la tomó Park entre los empleados del negocio textil que su padre tiene en el barrio de Flores, según el mismo reconoció en la justicia. "Nosotros no nos encargamos de hacer trámites, sino únicamente conseguimos personas de mucha confianza que se necesitaban", sostuvo sobre lo que hacían con Lee.
Una de esas personas fue Ramón Nazareno Galarza, 42 años, que era cuñado de una de las empleadas del negocio y quien le presentó a Park.
Galarza fue testaferro en dos empresas y le prometieron trabajo. "Martín me ofrecía un trabajo que si salía todo bien me iba a ir mejor. Nunca me ofrecieron nada de plata", declaró el hombre.
Lo llevaron a firmar documentos en dos oportunidades. "Las dos veces me vinieron a buscar en auto y me llevaron a firmar a la capital", contó el hombre de 42 años que vive en Villa Fiorito. Una sola vez le dieron 800 pesos y el trabajo prometido nunca llegó.
Una situación similar vivió una joven de 26 años, Nancy Solange Encina. "Yo ya estaba como auxiliar de enfermera, trabajaba dos veces por semana en internación domiciliaria y me pagaban poco. Yo quería tener un trabajo y ganar lo mismo por menos horas", contó la mujer. Su hermana trabaja en el negocio de Park y se lo presentó.
"Martín me propuso trabajar como encargada de un depósito que iba a abrirse y le firmé unos papeles. Me pidió un curriculum, fotocopia de mi documento, y me dijo que no era necesario que lea los papeles, que no pasa nada. Desconozco totalmente el contenido de los papeles pero yo pensé que para estar en blanco y le pregunté si iba a trabajar y él me dijo que todavía no había salido el negocio", contó Encina en su indagatoria.
Con su firma se convirtió en presidente, accionista y directora de dos empresas. Cuando la policía la detuvo Encina no relacionó el hecho con la firma de los documentos. "Yo soy monotributista y pensé que me habían detenido porque hace tres años que no pago el monotributo", contó. Nunca cobró nada por firmar ni tampoco trabajó como encargada del depósito.
El último caso es el Karina Monzón. Ella fue presidente, accionista, empleada y vinculada a las cuentas bancarias de la empresa Vinkem SA. Se lo propuso Mister Korea que le pagaba dos mil por mes. "A   mi   me ofrecieron en mi barrio que firme para la empresa. Hice más de veinte veces viajes a escribanías, trámites   para   ir   al   banco, retirar chequeras y otras cosas", relató en la justicia la mujer.
También esperaba tener un trabajo. "Me prometieron que iba a trabajar llevando papeles pero nunca pasó nada", contó.
Todos los testaferros declararon que no sabían lo que hacían las empresas. También que algunas de sus firmas habían sido falsificadas. Solo aceptaron firmar por la necesidad de dinero o de un trabajo. Pero el juez Meirovich consideró que no podían desconocer que eran parte de una organización criminal.
"Algunos por confianza y otros por mero interés en la retribución, pero siempre con conocimiento de que no ocupaban ningún rol o eran titulares   de   cuentas   en   empresas   etc.,   y   que   ello   lo   hacían   para favorecer a terceros que ni siquiera podían recordar sus nombres", sostuvo el magistrado.
Los seis prestanombres fueron procesados por los delitos de asociación ilícita, contrabando y lavado de dinero y tras ser detenidos recuperaron la libertad.
Por los mismos delitos también están procesadas otras 13 personas, entre ellas Palacios, Park y Mister Korea. Además de integrantes de un estudio contable.
La Cámara Penal Económico confirmó los procesamientos de Mister Korea, de Park, de la la mayoría de los testaferros y de otros acusados, por lo que quedaron en condiciones de ser enviados a juicio oral.