Gao y Timbuktu, las
regiones más afectadas por el conflicto en Mali, tienen niveles
alarmantes de desnutrición infantil con 15.2 y 15.7 por ciento,
respectivamente, por encima del umbral de alerta de la Organización
Mundial para la Salud (OMS).
La desnutrición infantil causa retraso en el crecimiento, desgaste muscular y debilita el sistema inmunitario, lo que incrementa nueve veces el riesgo de fallecer de una enfermedad. Unicef estima que 165.000 menores podrían sufrir esta confición para 2018.
La encuesta SMART detalló que la tasa de desnutrición en todo el país es de 10.7 por ciento, pero llega a 15,2 por ciento en Gao, 15.7 por ciento en Timbuktu, 14.3 por ciento en Taoudéni y 14.2 por ciento en Kayes.
Esta encuesta fue realizada por el Instituto de Estadísticas y el Ministerio de Salud e Higiene Pública de Mali, con el apoyo de Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la FAO y la OMS.
"Detrás de esas cifras están las vidas de los niños y niñas más vulnerables y olvidados de Mali", lamentó la representante de Unicef en Mali, Lucia Elmi, y agregó que es necesario "proporcionar tratamientos y asegurar que todos y cada uno de ellos puedan recuperarse".
Elmi recordó que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, así como la importancia de lavarse las manos con agua limpia y jabón.
Mali vive un conflicto desde 2012, que ha causado una grave crisis alimentaria y el desplazamiento de más de medio millón de personas.
Actualmente, el 47,2 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza y 3,83 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.
La desnutrición infantil causa retraso en el crecimiento, desgaste muscular y debilita el sistema inmunitario, lo que incrementa nueve veces el riesgo de fallecer de una enfermedad. Unicef estima que 165.000 menores podrían sufrir esta confición para 2018.
La encuesta SMART detalló que la tasa de desnutrición en todo el país es de 10.7 por ciento, pero llega a 15,2 por ciento en Gao, 15.7 por ciento en Timbuktu, 14.3 por ciento en Taoudéni y 14.2 por ciento en Kayes.
Esta encuesta fue realizada por el Instituto de Estadísticas y el Ministerio de Salud e Higiene Pública de Mali, con el apoyo de Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la FAO y la OMS.
"Detrás de esas cifras están las vidas de los niños y niñas más vulnerables y olvidados de Mali", lamentó la representante de Unicef en Mali, Lucia Elmi, y agregó que es necesario "proporcionar tratamientos y asegurar que todos y cada uno de ellos puedan recuperarse".
Elmi recordó que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, así como la importancia de lavarse las manos con agua limpia y jabón.
Mali vive un conflicto desde 2012, que ha causado una grave crisis alimentaria y el desplazamiento de más de medio millón de personas.
Actualmente, el 47,2 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza y 3,83 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.
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