Rothman
descubrió una fórmula matemática que relacionaba el ritmo tan crítico y
los periodos tan largos en que se producen estas extinciones masivas.
Luego analizó 31 disrupciones del ciclo del carbono durante los pasados
542 millones de años, y calculó la masa de carbono emitida a los océanos
en cada una de las disrupciones. El resultado fue que en la mayoría de
las 31 disrupciones la cantidad de emisiones de carbono fue baja, y eso
evitó que ocurrieran catástrofes y muertes a gran escala. Cuatro de las
cinco extinciones masivas cruzaron el límite. La peor extinción de todas
producida en nuestro planeta —que eliminó al 95 por ciento de las
especies— sobrepasó los límites con creces. No será muy difícil haber
llegado a esas 310 gigatoneladas para el 2100, o incluso antes, a menos
que haya algún cambio, dado que las peores previsiones hablaban de 500
gigatoneladas de carbono en los océanos para el 2100.
Ignorar este conflicto con el carbono nos lleva “al otro lado del límite de la estabilidad”, explicaba Rothman. No es que el 2 de enero de 2100 todas las especies del planeta vayan a morir apocalípticamente, “y al día siguiente todo el mundo se levante y vaya a trabajar como si nada”, decía él. Un verdadero desastre podría tardar unos 10,000 años en pasar.
Quedan muchas dudas por resolver. En primer lugar, los mecanismos que conectan el ciclo del carbono con las extinciones masivas no están claros por el momento. Las interrupciones del ciclo del carbono “podrían ser una señal o un síntoma”, afirmaba Rothman. El estudio no dice nada de cómo el ritmo de estas extinciones podría cambiar después del año 2100, ni tampoco si todo esto es irreversible.
Podríamos llegar al punto en que necesitemos buscar planes más arriesgados para la eliminación del carbono, como la geoingeniería. “Yo creo que es realmente necesario el diseño de estos planes”, decía Rothman.
Estamos avanzando rápidamente hacia un punto de inflexión que ya sucedió en el pasado en nuestro planeta. Si seguimos a este ritmo, llegaremos a dicho punto en nuestros años de vida. Las consecuencias que esto provocará siguen sin estar claras.
Publicado originalmente en VICE.com
Ignorar este conflicto con el carbono nos lleva “al otro lado del límite de la estabilidad”, explicaba Rothman. No es que el 2 de enero de 2100 todas las especies del planeta vayan a morir apocalípticamente, “y al día siguiente todo el mundo se levante y vaya a trabajar como si nada”, decía él. Un verdadero desastre podría tardar unos 10,000 años en pasar.
Quedan muchas dudas por resolver. En primer lugar, los mecanismos que conectan el ciclo del carbono con las extinciones masivas no están claros por el momento. Las interrupciones del ciclo del carbono “podrían ser una señal o un síntoma”, afirmaba Rothman. El estudio no dice nada de cómo el ritmo de estas extinciones podría cambiar después del año 2100, ni tampoco si todo esto es irreversible.
Podríamos llegar al punto en que necesitemos buscar planes más arriesgados para la eliminación del carbono, como la geoingeniería. “Yo creo que es realmente necesario el diseño de estos planes”, decía Rothman.
Estamos avanzando rápidamente hacia un punto de inflexión que ya sucedió en el pasado en nuestro planeta. Si seguimos a este ritmo, llegaremos a dicho punto en nuestros años de vida. Las consecuencias que esto provocará siguen sin estar claras.
Publicado originalmente en VICE.com
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