CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Como la tiene Estados Unidos, México quiere crear su patrulla fronteriza. La Policía Federal se encuentra en pleno proceso de reclutamiento y reorganización para integrar un cuerpo dedicado a la protección de las fronteras.
Más que crear una nueva división dentro de la Policía Federal, lo que se pretende es quitarle las funciones de seguridad fronteriza a la Gendarmería y dejar en los coordinadores de la corporación en cada estado el mando del nuevo cuerpo.
En sentido estricto, no se busca crear una nueva fuerza, sino reacomodar a elementos de las siete divisiones de la Policía Federal con el propósito de resguardar sobre todo los límites territoriales con Estados Unidos.
Sería la aportación del gobierno de Peña Nieto al muro de Trump. No pagaremos el muro, pero en cambio lo vigilaremos del lado mexicano.
La conformación de la Policía Fronteriza se está haciendo en un proceso muy parecido a lo que se hizo para el surgimiento de la División de Gendarmería, al inicio del actual sexenio, cuando se reclutó a personal que estaba en otras áreas del cuerpo federal.
Como División, la Gendarmería surgió ante la incapacidad del gobierno de Enrique Peña Nieto de integrar una poderosa Gendarmería Nacional que reemplazara a la Policía Federal, como lo había ofrecido durante su campaña presidencial.
La propuesta de reemplazar el cuerpo fortalecido en el sexenio de Felipe Calderón acabó en un remedo ante la negativa de los jefes del Ejército y la Marina de dejar en la autoridad civil el mando de un cuerpo con formación militar.
La integración de un cuerpo dedicado en forma exclusiva a la vigilancia de las fronteras obedece más a las necesidades y presiones de Estados Unidos que a las de México.
Desde su inicio, los militares y civiles encargados de la seguridad en el gobierno de Trump han insistido en asegurar que la delincuencia organizada en México ha desarrollado relaciones con grupos terroristas de Oriente Medio.
Desde los atentados terroristas de 2001, la posibilidad de que se cometa otro ataque contra Estados Unidos desde México ha estado en los escenarios de la seguridad bilateral.
México se ha adaptado a las necesidades de seguridad del vecino. Fox propuso un Plan Sur a Guatemala para retener sobre todo a los migrantes centroamericanos. Con Calderón se llegó al extremo de abrirle de par en par las puertas a las agencias de seguridad estadunidenses tanto civiles como militares, y ahora, al final de su gobierno, Peña está dispuesto a ser el custodio del muro de Trump.
Ni Fox, ni Calderón ni Peña siquiera intentaron cobrar el valor estratégico de México para la seguridad de Estados Unidos. En mayor o menor medida los tres tuvieron la oportunidad de hacerlo, pero renunciaron a ello.
Ahora que el presidente estadunidense amenaza con descarrilar el Tratado de Libre Comercio en América del Norte, al que México ató buena parte de su economía, Peña podría cobrarle cara la seguridad de Estados Unidos a Trump. Pero la dignidad hace mucho que se perdió en Los Pinos.
@jorgecarrascoa