viernes, 11 de mayo de 2018

La verdadera historia detrás del ataque de Israel contra objetivos "iraníes" en Siria y el abandono del acuerdo con Irán por parte de Trump

El gobierno israelí sostiene que atacó decenas de "sitios militares iraníes" en Siria a altas horas de la noche del miércoles en respuesta al supuesto lanzamiento de 20 cohetes por parte de Irán contra bases militares israelíes en los Altos del Golán. Sin embargo, no hay evidencia de que Irán o cualquier otra persona en Siria haya lanzado ningún "cohete" contra objetivos israelíes en el Golán, aunque esa afirmación sirvió como una justificación útil para el ataque israelí contra posiciones de defensa aérea sirias, que sí ocurrió.

Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), "50 objetivos iraníes" en Siria fueron alcanzados. Cinco sistemas sirios SA-22 (Pantsir S1) también fueron atacados por el hecho de que estos sistemas apuntaban a los aviones israelíes, o eso afirmaron las FDI. Esta afirmación es, sin embargo, dudosa dado que el SA-22 está diseñado principalmente para apuntar a aviones de bajo vuelo y, más específicamente, a misiles de crucero y otros misiles que vuelan a una altitud extremadamente baja. Fueron estos sistemas, junto con los antiguos sistemas de defensa aérea sirios de la era soviética (actualizados en los últimos años por los militares rusos)

los que derribaron cerca del 70% de los misiles de crucero disparados contra Siria el mes pasado por los ejércitos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia

Habiendo aprendido de un ataque anterior que resultó en el derribo de al menos un avión israelí, el ataque de anoche incluyó principalmente el uso de misiles aire-tierra disparados desde gran altura, muy por encima del alcance del SA-22 y otros sistemas sirios. Por lo tanto, es poco probable que los aviones israelíes dispararan contra estas posiciones en respuesta a cualquier "bombardeo" de Siria. Es mucho más probable que estos objetivos hayan sido previamente definidos por Israel, en gran medida a través de imágenes satelitales.

Un gráfico de las FDI que muestra los objetivos "iraníes" presuntamente alcanzados por el ataque israelí contra Siria.

Según el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, las fuerzas israelíes bombardearon el territorio sirio durante dos horas entre la 1.45 y las 3.45, hora local, el jueves, utilizando 28 aviones F-15 y F-16 israelíes que dispararon alrededor de 60 misiles aire-tierra. Se atacaron tanto objetivos militares iraníes como defensas aéreas sirias. Las FDI publicaron imágenes de una cámara montada en uno de los misiles israelíes mientras se acercaba a lo que parece ser un sistema de defensa aérea sirio SA-22 (Pantsir S1).

Fuerza Aérea Israelí: Mire: Un ataque de las Fuerzas Armadas de Israel contra una batería siria SA-22 después de que ésta intentara disparar contra un avión de las Fuerzas Armadas de Israel

Observe en el vídeo de arriba que un individuo corre hacia la SA 22 y parece entrar en ella mientras que varios otros se paran a la izquierda, sugiriendo que el sistema no estaba "activo" en ese momento. Comparado con el ataque con más de 100 misiles de crucero del mes pasado por parte de EE.UU., Reino Unido y Francia, que fue claramente anunciado con días de antelación, el ataque del jueves por la noche por parte de Israel fue una relativa sorpresa y por esa razón, probablemente tuvo más éxito que el ataque con misiles de crucero. Sin embargo, según el Ministerio de Defensa ruso,

"los sistemas de defensa aérea sirios derribaron más de la mitad de los cohetes"

Misiles de la defensa aérea sirio-rusa ascienden hacia el cielo para contrarrestar los misiles israelíes.

Independientemente del éxito de los misiles aire-tierra israelíes, parece claro que el ataque fue un intento del ejército israelí

(autorizado por el ejército estadounidense y en asociación con el mismo) de eliminar los sistemas de defensa antiaérea sirios suministrados y/o mejorados por Rusia, que hicieron que los misiles de crucero bonitos, nuevos e inteligentes de Trump fueran en gran medida ineficaces el mes pasado

La plausible justificación "moral" de Israel para atacar "objetivos militares iraníes" en Siria es una excusa útil para intentar lograr el objetivo real: la derrota del ejército sirio y la expulsión de Assad, que también sigue siendo (al menos en algunos sectores "más profundos" de la clase dirigente estadounidense) el objetivo principal de la política exterior estadounidense en Siria.
Un testimonio de la complejidad (por no mencionar la repugnancia) del "gran juego" de "ajedrez" geopolítico global que están jugando en todo el mundo las "grandes potencias" es que, un día antes de que Israel atacara las defensas aéreas rusas/sirias en Siria, el primer ministro israelí Netanyahu fue el visitante de honor del Presidente Putin en los desfiles del Día de la Victoria rusa.

¿Es un avión iraní? El primer ministro israelí Netanyahu durante su asistencia al desfile del Día de la Victoria en Moscú.

Trump rechaza el "acuerdo con Irán" Incluso antes de ser presidente, Trump dejó claro que pensaba que el acuerdo con Irán era "malo". Siendo un hombre de negocios y enfocado en "hacer a Estados Unidos grande otra vez", parece razonable concluir que su punto de vista proviene de una perspectiva de negocios. El acuerdo con Irán alivió las sanciones a Irán sólo para empresas y ciudadanos no estadounidenses. Como resultado, la mayor parte del aumento del comercio en los casi tres años transcurridos desde que se firmó el acuerdo ha sido entre Irán y empresas europeas, chinas y rusas. Las importaciones y exportaciones europeas con Irán han vuelto casi a los niveles anteriores a las sanciones y existe un gran potencial de inversión en este país.

Trump ve el acuerdo con Irán como un despilfarro de la potencial influencia de Estados Unidos sobre Irán, por lo que quiere "renegociarlo". El plan implica reimponer las sanciones extremadamente punitivas (incluso contra cualquiera que haga negocios con Irán) que existían anteriormente, como supuesta presión sobre Irán.

El problema es que este plan implica que EE.UU. sancione a los aliados de EE.UU., particularmente a los de Europa

, lo que a su vez implica una ruptura significativa de los 70 años de "relación especial" entre Europa y EE.UU., donde Europa jugó un papel secundario tras el megáfono estadounidense.

Pero esa no es toda la historia. Obviamente, hay una influencia israelí significativa sobre Trump, como la ha habido sobre presidentes estadounidenses desde hace mucho tiempo, e Israel está muy preocupado por la creciente influencia iraní en Siria porque ésta supone una amenaza directa a la posición desproporcionadamente poderosa de Israel en Oriente Medio. Lo mismo puede decirse de Arabia Saudí. Estos problemas están totalmente ligados a la intervención rusa en Siria en octubre de 2015. El acuerdo con Irán se firmó en julio de 2015, en un momento en el que se preveía la caída del gobierno sirio, lo que suponía un duro golpe para la llamada "media luna chiita" desde el Líbano a Irán y, por tanto, para la capacidad de Irán de ampliar su influencia. Pero desde la intervención rusa, esa situación ha cambiado completamente, Irán se ha fortalecido en la región, por no mencionar el poderoso papel que Rusia está desempeñando ahora allí.
Así que lo que parece que estamos viendo aquí es una alineación del modelo de política exterior de Trump que dice "muéstrame el dinero" y la política de Israel de "contener" a Irán a toda costa. El hecho de que John Bolton (un empedernido halcón de guerra y creyente en el excepcionalismo estadounidense y en el destino manifiesto de Estados Unidos) se haya convertido en el asesor de seguridad nacional de Trump no hace más que añadir combustible al fuego.
Pero a pesar del continuo alarmismo de la "Tercera Guerra Mundial" por parte de los principales medios de comunicación y, lamento decirlo, de gran parte de la "prensa alternativa", es poco probable que los acontecimientos se conviertan en un gran conflicto militar entre naciones con armas nucleares. Es probable que haya más ataques israelíes contra Siria a medida que EE.UU. e Israel (y Arabia Saudita) persiguen sus objetivos de cambio de régimen en Siria por otros medios, pero las nuevas potencias emergentes en Oriente Medio sólo necesitan responder protegiendo sus intereses vitales y permitiendo juiciosamente que esa nueva realidad surja naturalmente.
El triunvirato del 'estado profundo' de EE.UU., Israel y Arabia Saudita, por otro lado, se enfrenta a una lucha 'existencial' para mantener su posición dominante cada vez más débil en la región. El verdadero problema para ellos es que realmente no están luchando contra ningún Estado nacional o ideología (a pesar de lo que afirman), sino más bien contra la realidad de un nuevo orden natural que se manifiesta en todo el mundo. Y la gente que trata de librar una guerra contra un orden natural emergente, o la realidad misma, siempre (eventualmente) pierde.