viernes, 11 de mayo de 2018

Videgaray ha estado cometiendo traición a la patria

I. El artículo 123, fracción primera, establece: “Comete traición a la Patria quien realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana, con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero”. Y la sanción inapelable es de 5 a 40 años de prisión. Así lo dice el Código Penal Federal. Esto además de juicio político, como dicta la Constitución en su Título Cuarto: De las responsabilidades de los servidores públicos. En esto encaja la conducta de Luis Videgaray Caso, el siempre asesor de Enrique Peña Nieto, desde cuando éste fue desgobernador del Estado de México hasta la Presidencia de la República, 12 años en los que ha ocupado cargos (2005-2018). Empollado por Pedro Aspe –como Peña fue el aborto de su tío Arturo Montiel–, el “partero” fue Carlos Hank Rhon, con la bendición del Opus Dei. Todo al amparo de la cueva de Atlacomulco. Todos arrodillados ante la estatua de Isidro Fabela. Esto y más se encuentra en el libro: Negocios de familia: biografía no autorizada de Enrique Peña Nieto y el Grupo Atlacomulco, de Francisco Cruz y Jorge Toribio Montiel.
II. Peña depende de Videgaray para todo. Pieza clave en su trayectoria, lo hizo secretario de Hacienda y Crédito Público (donde dejó billonaria deuda externa), y tras su “renuncia”, lo nombró secretario de Relaciones Exteriores, donde cambió de look con una barba rala. Éste presume de su férrea amistad con el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, con el que se acaba de fotografiar (José Díaz Briseño.- Reforma: 5/IV/18) y con el que se ve y platica cada semana, viajando a Washington. Lo acaba de traer a platicar con Peña, en reunión sin consecuencias. Es más un secretario de Relaciones de Trump, como allá se estila: secretario de Estado; así que cobra en el presupuesto de gastos mexicanos, pero sirve incondicionalmente a Trump, quien constantemente agrede a nuestro país. Un ejemplo de ello es la orden de que la Guardia Nacional vigile la frontera estadounidense para ayudar al patrullaje contra los inmigrantes en tanto logra que se construya el muro.
III. Desde que Videgaray asumió el cargo se la ha llevado y trayendo recados y órdenes de Trump, por lo que su conducta tipifica el delito de traición a la patria. El Senado es omiso en controlarlo, dejándolo ir a la Casa Blanca –no la de Peña, sino la de Trump– sólo para entrevistarse y comer con el yerno; convirtiéndose en el mandadero de quienes amenazan con la etapa premilitarizada en la frontera. Pero Videgaray salió con su idiotez de que iba a Washington para saber de qué se trataba la proclama para mantener miles de “civiles” al lado de la policía estadounidense. Ante esa medida nazi-facistoide para humillar a Peña y mostrarle a Videgaray que Trump es un poder de facto en nuestro país, el muro sale sobrando. Va Videgaray para un año sirviendo a Trump y actuando contra los intereses mexicanos, en abierto desafío a la Constitución y al Código Penal. Por lo que su conducta encuadra perfectamente como traición a la Patria. Y arrastra a Peña a cometer el mismo delito, por el que puede ser juzgado.
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