Nos
encontramos, – escribe en este articulo nuestro colaborador Aday
Quesada – , ante un mundo atrapado en una voraginosa transición
geopolítica. Los Estados Unidos ha dejado de ser la única referencia
política y económica para los países que se rigen por el sistema
capitalista. La antigua confrontación entre dos bloques con sistemas
sociales y económicos antagónicos, ha dejado de existir. China y Rusia
constituyen hoy no sólo dos superpotencias militares y económicas
capaces de competir ventajosamente frente los Estados Unidos, sino
también un espejo en el que las diferentes burguesías mundiales pueden
mirarse sin temor alguno a que su dominio pueda ser cuestionado. La
“clave” del actual conflicto entre Turquía y Estados Unidos, se
encuentra justamente en este punto.
¿Cuál es el origen de la imprevista crisis económica turca? Lo que parece claro es que esta “no ha caído del cielo”, tal y como sostiene el primer mandatario turco. Tiene sus causas desencadenantes y sus precedentes.
Todo parece indicar que la “crisis” ha sido movida entre bambalinas desde la mismísima capital estadounidense. El presidente Erdogan atribuyó la caída en picado de la moneda turca a un “complot”. Aunque el político conservador no aludió en su última declaración directamente a Donald Trump y a losEstados Unidos como autores del monumental descalabro, sí que lo ha dejado claro en reiteradas ocasiones precedentes.
¿Qué es lo que ha provocado el “giro estadounidense” en su política exterior en relación con Turquía? El centro neurálgico de la cuestión reside en que estamos viviendo “momentos telúricos” en la política mundial, aunque no nos estemos apercibiendo de ello. Rusia ya no es un país socialista. Y China, tampoco. Sus políticas ya no conllevan “peligros ideológicos” para aquellos gobiernos mundiales con fidelidades burguesas, representativos de los sectores económicamente hegemónicos de cada país. Solo esta nueva realidad puede explicar hechos realmente inéditos como el de Turquía.
¿CUÁL ES EL NUDO GORDIANO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS EE.UU. Y TURQUÍA?
Y si es así, ¿por qué continuar prestando ciega fidelidad a una doctrina geopolítica que respondía a la confrontación entre dos bloques con sistemas sociales y económicos antagónicos?
Estados Unidos ya no es la única economía capitalista de la que pueden nutrirse y rendir servidumbre las clases sociales poderosas de aquellos países que comparten su mismo sistema. Ahora son también capitalistas Rusia y China. Y esta última, en fase de arrolladora expansión, empieza a ofrecer mejores condiciones en las transacciones comerciales que Estados Unidos, que ya parece no atender a los criterios de la ortodoxia neoliberal de romper conlas barreras a un supuesto intercambio sin límites. ¿Por qué no negociar, entonces, con las “nuevas referencias”? ¿Qué suerte de viejas fidelidades pueden impedirlo?
Eso es, justamente, lo que ha estado haciendo Erdogan en relación con Rusia, país al que Turquía – para más inri miembro histórico de la OTAN – compra potentes misiles militares. Desde ahí es desde donde parten algunos- no todos – de los problemas actuales entre Turquía y los Estados Unidos.
En esa misma línea, y expresión de lo que aquí estamos manteniendo, se dirige el anuncio formulado por Erdogan en la mañana de este martes, de queTurquía “boicoteará los productos electrónicos estadounidenses”, como respuesta a la subida de aranceles impuesta por Washington al acero y al aluminio turco. “Si ellos tienen Iphones, en el otro lado hay Samsung”,dijo el presidente turco en un insolente “tú a tú” con Donald Trump.
De acuerdo con la opinión de Erdogan, los Estados Unidos han asestado una puñalada trapera a su antiguo y fiel aliado Turquía. Según manifestó el propio mandatario turco a través de las redes sociales, hay agentes traidoresque están difundiendo embustes económicos acerca de su país a través de lo que él califica como una operación de “terrorismo económico”, desencadenada desde la Casa Blanca. En su opinión, los mismos que intentaron derribar su régimen en el año 2016 son ahora los que tratan de hundirlo a través de la“guerra económica”, una nueva modalidad de confrontación intensamente ensayada por los Estados Unidos en el curso de este siglo XXI.
Para atajar esta peligrosa situación, el ejecutivo turco ha puesto a disposición de los bancos la “liquidez necesaria” para que puedan afrontar el complejo momento en el que se encuentran. Erdogan en persona ha prohibido expresamente al Banco Central que suba el precio del dinero, contrariamente a lo que le habían recomendado “los expertos” occidentales.
Entre otros factores, la clave se encuentra en el hecho de que las grandes empresas turcas se han endeudado hasta el cuello en dólares en el curso de los últimos años. Las deudas de las grandes compañías asciende a la friolera de 220.000 millones de dólares. En estos momentos en los que el dólar se está encareciendo a velocidades de vértigo, estasv grandes empresas turcas endeudadas en dólares hacen de tripas corazón paraproceder a la devolución de los préstamos.
EL GRAN CAPITAL EUROPEO, TIEMBLA
Por otra parte, la crisis turca sea o no artificialmente inducida está generando una gran inquietud en Europa. Los bancos europeos están asustados. Numerosas compañías turcas corren el riesgo de quebrar. Y si ello sucediera así, las consecuencias para las economías de la Europa occidental podrían ser letales. En el caso español, bancos como el BBVA están fuertemente amarrados a la economía turca a través de importantes inversiones.
Aunque al gran capital europeo por lo que le va en ello, no le interesa que la crisis económica turca se agrave, los Ejecutivos de los diferentes gobiernos integrados en la UE, han sido incapaces de salir en defensa de Turquía. El desalmado vaquero Donald Trump los ha puesto todos en posición de firmes. Y ha logrado no sólo desconcertarlos, sino también paralizarlos. ¿Por mucho tiempo?
![[Img #55115]](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tOADwSNH3iGR00vdjshI1J23hOBQ5PfcRzYf3oMy_Lyddf_Jj6qwz5rMcHrYwrvbAsF1x9gRmYbENYFvZYKSWumkq4-WCbEWbSaKzWxYSlY6pzc9JUtPLQYErLzjP8Ztlw=s0-d)
http://canarias-semanal.org/not/23388/las-claves-geopoliticas-del-enfrentamiento-eeuu-turquia/
Todo parece indicar que la “crisis” ha sido movida entre bambalinas desde la mismísima capital estadounidense. El presidente Erdogan atribuyó la caída en picado de la moneda turca a un “complot”. Aunque el político conservador no aludió en su última declaración directamente a Donald Trump y a losEstados Unidos como autores del monumental descalabro, sí que lo ha dejado claro en reiteradas ocasiones precedentes.
¿Qué es lo que ha provocado el “giro estadounidense” en su política exterior en relación con Turquía? El centro neurálgico de la cuestión reside en que estamos viviendo “momentos telúricos” en la política mundial, aunque no nos estemos apercibiendo de ello. Rusia ya no es un país socialista. Y China, tampoco. Sus políticas ya no conllevan “peligros ideológicos” para aquellos gobiernos mundiales con fidelidades burguesas, representativos de los sectores económicamente hegemónicos de cada país. Solo esta nueva realidad puede explicar hechos realmente inéditos como el de Turquía.
¿CUÁL ES EL NUDO GORDIANO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS EE.UU. Y TURQUÍA?
Y si es así, ¿por qué continuar prestando ciega fidelidad a una doctrina geopolítica que respondía a la confrontación entre dos bloques con sistemas sociales y económicos antagónicos?
Estados Unidos ya no es la única economía capitalista de la que pueden nutrirse y rendir servidumbre las clases sociales poderosas de aquellos países que comparten su mismo sistema. Ahora son también capitalistas Rusia y China. Y esta última, en fase de arrolladora expansión, empieza a ofrecer mejores condiciones en las transacciones comerciales que Estados Unidos, que ya parece no atender a los criterios de la ortodoxia neoliberal de romper conlas barreras a un supuesto intercambio sin límites. ¿Por qué no negociar, entonces, con las “nuevas referencias”? ¿Qué suerte de viejas fidelidades pueden impedirlo?
Eso es, justamente, lo que ha estado haciendo Erdogan en relación con Rusia, país al que Turquía – para más inri miembro histórico de la OTAN – compra potentes misiles militares. Desde ahí es desde donde parten algunos- no todos – de los problemas actuales entre Turquía y los Estados Unidos.
En esa misma línea, y expresión de lo que aquí estamos manteniendo, se dirige el anuncio formulado por Erdogan en la mañana de este martes, de queTurquía “boicoteará los productos electrónicos estadounidenses”, como respuesta a la subida de aranceles impuesta por Washington al acero y al aluminio turco. “Si ellos tienen Iphones, en el otro lado hay Samsung”,dijo el presidente turco en un insolente “tú a tú” con Donald Trump.
De acuerdo con la opinión de Erdogan, los Estados Unidos han asestado una puñalada trapera a su antiguo y fiel aliado Turquía. Según manifestó el propio mandatario turco a través de las redes sociales, hay agentes traidoresque están difundiendo embustes económicos acerca de su país a través de lo que él califica como una operación de “terrorismo económico”, desencadenada desde la Casa Blanca. En su opinión, los mismos que intentaron derribar su régimen en el año 2016 son ahora los que tratan de hundirlo a través de la“guerra económica”, una nueva modalidad de confrontación intensamente ensayada por los Estados Unidos en el curso de este siglo XXI.
Para atajar esta peligrosa situación, el ejecutivo turco ha puesto a disposición de los bancos la “liquidez necesaria” para que puedan afrontar el complejo momento en el que se encuentran. Erdogan en persona ha prohibido expresamente al Banco Central que suba el precio del dinero, contrariamente a lo que le habían recomendado “los expertos” occidentales.
Entre otros factores, la clave se encuentra en el hecho de que las grandes empresas turcas se han endeudado hasta el cuello en dólares en el curso de los últimos años. Las deudas de las grandes compañías asciende a la friolera de 220.000 millones de dólares. En estos momentos en los que el dólar se está encareciendo a velocidades de vértigo, estasv grandes empresas turcas endeudadas en dólares hacen de tripas corazón paraproceder a la devolución de los préstamos.
EL GRAN CAPITAL EUROPEO, TIEMBLA
Por otra parte, la crisis turca sea o no artificialmente inducida está generando una gran inquietud en Europa. Los bancos europeos están asustados. Numerosas compañías turcas corren el riesgo de quebrar. Y si ello sucediera así, las consecuencias para las economías de la Europa occidental podrían ser letales. En el caso español, bancos como el BBVA están fuertemente amarrados a la economía turca a través de importantes inversiones.
Aunque al gran capital europeo por lo que le va en ello, no le interesa que la crisis económica turca se agrave, los Ejecutivos de los diferentes gobiernos integrados en la UE, han sido incapaces de salir en defensa de Turquía. El desalmado vaquero Donald Trump los ha puesto todos en posición de firmes. Y ha logrado no sólo desconcertarlos, sino también paralizarlos. ¿Por mucho tiempo?
http://canarias-semanal.org/not/23388/las-claves-geopoliticas-del-enfrentamiento-eeuu-turquia/
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