martes, 13 de noviembre de 2018

Queremos creer: Memorándum sobre "hackeo ruso" muestra las ilusiones de la inteligencia de EEUU


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Queremos creer: Memorándum sobre "hackeo ruso" muestra las ilusiones de la inteligencia de EEUU


Traducido por el equipo de Sott.net en español
Un nuevo memorándum que contiene los puntos a discutir del gobierno de Obama sobre el "hackeo ruso" en las elecciones de 2016 revela cómo las agencias de espionaje de Estados Unidos atribuyeron filtraciones de correo electrónico al Kremlin, alegando que es "consistente" con lo que creen que hace Rusia.
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© Getty Images / FOX / Contributor
Si usted alguna vez pensó que la interminable búsqueda de "hackers rusos" sonaba a los Expedientes Secretos X, es porque ambos usaron variaciones del lema: "Quiero creer".
El documento de siete páginas estaba contenido dentro de las 49 páginas publicadas el viernes por BuzzFeed, mismas que obtuvo a través de una investigación de la Ley de Libertad de Información (FOIA) de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) a finales de octubre. A raíz de ello, varios demócratas firmaron una carta el 29 de noviembre en la Comisión de Inteligencia del Senado, en la que pedían al entonces presidente Barack Obama que desclasificara los documentos relativos a las "medidas activas rusas".

Traducción: La carta fue obtenida por BuzzFeed News y Ryan Shapiro, el director ejecutivo del grupo de transparencia Propiedad de la Gente, en respuesta a una demanda legal de la Ley de Libertad de la Información en contra de las agencias de inteligencia de EE.UU. No ha sido revelada con anterioridad. @FOIAFeed: Buzzfeed: He aquí la carta desclasificada sobre los demócratas del Senado sobre Rusia, enviada a Obama después de que Trump fuera elegido.
La afirmación de que Rusia intervino directamente en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 -primero pirateando los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata y del presidente de la campaña de Hillary Clinton, John Podesta, y luego publicándolos a través de DCLeaks, WikiLeaks y el hacker conocido como "Guccifer 2.0"- fue todo un furor en Washington en ese momento, ya que los demócratas trataban de explicar el hecho de que Clinton acababa de perder ante Donald Trump.
Obama no desclasificó los documentos. En su lugar, aparentemente instruyó al director de Inteligencia Nacional, James Clapper, para que respondiera a los senadores. Moviéndose a la velocidad del gobierno, la ODNI respondió el 27 de enero -una semana después de la toma de posesión de Trump- diciendo que su investigación dio como resultado la publicación el 6 de enero de la evaluación de la comunidad de inteligencia (ICA) sobre las "actividades e intenciones rusas".
Esto terminó convirtiéndose en el infame informe que hizo todo tipo de afirmaciones y acusaciones sin ofrecer prueba alguna, y que incluía un anexo sobre la cadena RT que databa de 2012.
El memorándum de puntos de discusión enviado por la ODNI a los demócratas del Senado no ha sido publicado anteriormente. Al leerlo, uno se queda impresionado por el razonamiento circular de la "comunidad de inteligencia" de Estados Unidos, o mejor dicho, por el grupo de personas de la CIA, el FBI y la NSA que Clapper ha escogido cuidadosamente y a las que se les encargó realizar la evaluación.
La comunidad de inteligencia de EE.UU. está "segura" de que el gobierno ruso estaba detrás de las "revelaciones" de los correos electrónicos, porque su publicación es "coherente con los métodos y motivaciones de los esfuerzos dirigidos por Rusia", dicen los puntos de discusión. En otras palabras, esto encaja con lo que los espías estadounidenses creen que son objetivos rusos, ¡por lo que tuvo que ser el Kremlin el que lo hiciera!
"Creemos, basándonos en el alcance y la sensibilidad de estos esfuerzos, que sólo los altos funcionarios de Rusia podrían haber autorizado estas actividades", dice el memorando. Una vez más, la inferencia se basa en suposiciones, no en pruebas.
Culpar a Rusia por el hackeo del DNC y del Comité de Campaña del Congreso Democrático (DCC) se basó en "las pruebas forenses identificadas por una ciberempresa privada" -es decir, Crowdstrike, un contratista del DNC liderado por Dmitry Alperovich, miembro del Atlantic Council (Consejo Atlántico)- y en la "propia revisión y comprensión de las actividades cibernéticas por parte del gobierno ruso".
En términos sencillos, la evidencia que CrowdStrike le dio a la comunidad de inteligencia encaja con sus nociones preconcebidas sobre las operaciones cibernéticas rusas, lo cual suena bastante conveniente.
¿Recuerda las acusaciones de que varios sistemas electorales estatales también fueron "hackeados" por los rusos? Aquí tenemos a la ODNI, diciendo que "no están atribuyendo definitivamente las intrusiones en los sistemas electorales estatales al Gobierno ruso". Pero "el hecho de que sean consistentes con las motivaciones e intenciones rusas detrás de las intrusiones de la DNC y la DCCC, sugiere fuertemente que Rusia es responsable".
Respondiendo a su propia pregunta sobre si Rusia está intentando alterar el resultado de las elecciones, la ODNI dice: "El Kremlin probablemente espera que la publicidad en torno a las revelaciones plantee dudas sobre la integridad del proceso electoral y socave la legitimidad del Presidente electo".
En este punto, cualquier drama legal televisivo tendría a un encantador abogado gritando "¡Protesto, especulación!". Excepto que ese pasaje es también una profecía autocumplida. Sin embargo, no fueron las revelaciones de los correos electrónicos demócratas las que sembraron dudas sobre la legitimidad de las elecciones estadounidenses, sino la absurda teoría de la conspiración sobre la "colusión" de Trump con el Kremlin y el "hackeo ruso", que el memorándum de la ODNI revela que se basaba en nada más que en el hecho de que los espías querían creer que era cierto.

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