El presidente argentino Mauricio Macri aseguró que el mandatario electo
brasileño Jair Bolsonaro quiere avanzar con el tratado de libre
comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, virtualmente descartado
tras las reuniones celebradas durante la reciente Cumbre del G-20 en
Buenos Aires y que ahora reintentar revivirlo con la liberalización de
los flujos financieros ilícitos.
El tratado comenzó a negociarse hace más de dos décadas. Un reporte encargado por el bloque de eurodiputados de izquierda, asegura que el acuerdo facilitará los flujos financieros ilícitos, la evasión fiscal y el lavado de dinero. “Se limitarán los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados”, advierte el documento presentado en el Parlamento Europeo.
“Claramente es un acuerdo muy demorado. Todos somos conscientes que es una gran oportunidad”, sostuvo Macri al indicar que mantuvo conversaciones sobre el acuerdo con las autoridades de Francia, Alemania y España. “El Mercosur ha sido el bloque más cerrado del mundo y eso significó un crecimiento menor al de muchas otras regiones”, consideró.
La desregulación que promueve Macri choca además con las políticas proteccionistas asumidas por Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. A los reparos del establishment brasileño para avanzar se suman las exigencias europeas en materia de flexibilización arancelaria así como la resistencia francesa frente a la apertura del mercado de carnes y las indicaciones geográficas para denominar productos según su procedencia.
La persistencia del gobierno de Macri para avanzar en el acuerdo de libre comercio existe una oposición del sector industrial y de las pequeñas y medianas empresas argentinas, quienes sostienen que la apertura a la competencia europea tendrá consecuencias irreversibles en el ya golpeado sector manufacturero.
Facilitar los flujos financieros ilícitos
La investigación impulsada por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde del Parlamento Europeo suma una nueva dimensión sobre los riesgos asociados al acuerdo: la facilitación de los flujos financieros ilícitos: “se limitarán los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados”.
El texto advierte además que “al mismo tiempo podría limitar las posibilidades de elaborar listados de guaridas fiscales y tomar medidas contra ellas en materia fiscal y prevención del lavado de dinero”. El reporte estima que los países del Mercosur exhiben un stock de riqueza financiera offshore superior a los 853 mil millones de dólares y experimentó un promedio anual de flujos salientes entre 2008 y 2017 de 56,4 mil millones anuales.
De manera similar, el stock de riqueza offshore saliente de algunos países de la Unión Europea supera los billones (Luxemburgo: $12,6 billones, que representan un 20185% de su PBI; Países Bajos, $10,1 billones, 1228% de su PBI): ello implica un alto riesgo de inestabilidad financiera, particularmente considerando que estos son flujos que tampoco pagan impuestos.
“Un nivel muy alto de dinero que sale del bloque, privando a los países de dinero que no es reinvertido ni es fiscalizado”, sostienen los investigadores, para quienes los riesgos asociados al acuerdo no están limitados a los países sudamericanos. “El riesgo de inestabilidad financiera es alto, particularmente considerando que son flujos que tampoco son fiscalizados. El acuerdo puede exacerbar el problema para las dos partes”, advierte.
En esencia, el propuesto acuerdo parecería ser muy similar al acuerdo entre la Unión Europea y la Comunidad Andina, en materia de bienes, servicios, servicios financieros y movimiento de capitales. Y el objetivo de las negociaciones será liberar y desregular los mecanismos de control convenientemente, no considerando en la negociación de los artículos muchos aspectos que posibilitarán la evasión y elusión tributaria y el lavado de dinero, por lo que los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados.
Teniendo los países del Mercosur un stock de riqueza financiera offshore superior a los US$ 853,7 mil millones en 2017, y un promedio anual de flujos salientes entre 2008 y 2017 de $56,4 mil millones, el nivel de dinero que sale del bloque se ubica ya en un nivel muy alto, privando a los países de dinero que no es reinvertido y no paga impuestos.
Un estudio anterior de GUE/NGL ha reya había resaltado el mismo problema de aumento de flujos financieros ilícitos en tratados anteriores, como el tratado entre EU-Colombia de libre comercio, desregulación y flujos financieros ilícitos de 2012, el Acuerdo global que beneficia a los pocos, sobre el TLC entre México y la UE de 2017, y La inclusión de servicios financieros en los acuerdos de comercio y asociación de la UE, de los Servicios de Investigación del Parlamento Europeo a pedido del eurodiputado de GUE/NGL Helmut Scholz en 2016.
El estudio también brinda un análisis sobre las guaridas fiscales de la Unión Europea y del Mercosur. Es conveniente notar en este punto, que la declaración de la cumbre del G-20 de Buenos Aires incluye un párrafo sobre fiscalidad internacional en el que se destaca la necesidad de considerar medidas defensivas contra las jurisdicciones listadas.
Sin embargo, las guaridas fiscales hacia el interior de la Unión Europea no se encuentran en los listados europeos ya que no es posible aplicar medidas que discriminen entre un estado y otro hacia el interior del bloque; y no resulta evidente que dicha discriminación resultará posible en el marco de un TLC entre Mercosur y la UE.
Claudio della Croce. Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
El tratado comenzó a negociarse hace más de dos décadas. Un reporte encargado por el bloque de eurodiputados de izquierda, asegura que el acuerdo facilitará los flujos financieros ilícitos, la evasión fiscal y el lavado de dinero. “Se limitarán los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados”, advierte el documento presentado en el Parlamento Europeo.
“Claramente es un acuerdo muy demorado. Todos somos conscientes que es una gran oportunidad”, sostuvo Macri al indicar que mantuvo conversaciones sobre el acuerdo con las autoridades de Francia, Alemania y España. “El Mercosur ha sido el bloque más cerrado del mundo y eso significó un crecimiento menor al de muchas otras regiones”, consideró.
La desregulación que promueve Macri choca además con las políticas proteccionistas asumidas por Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. A los reparos del establishment brasileño para avanzar se suman las exigencias europeas en materia de flexibilización arancelaria así como la resistencia francesa frente a la apertura del mercado de carnes y las indicaciones geográficas para denominar productos según su procedencia.
La persistencia del gobierno de Macri para avanzar en el acuerdo de libre comercio existe una oposición del sector industrial y de las pequeñas y medianas empresas argentinas, quienes sostienen que la apertura a la competencia europea tendrá consecuencias irreversibles en el ya golpeado sector manufacturero.
Facilitar los flujos financieros ilícitos
La investigación impulsada por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde del Parlamento Europeo suma una nueva dimensión sobre los riesgos asociados al acuerdo: la facilitación de los flujos financieros ilícitos: “se limitarán los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados”.
El texto advierte además que “al mismo tiempo podría limitar las posibilidades de elaborar listados de guaridas fiscales y tomar medidas contra ellas en materia fiscal y prevención del lavado de dinero”. El reporte estima que los países del Mercosur exhiben un stock de riqueza financiera offshore superior a los 853 mil millones de dólares y experimentó un promedio anual de flujos salientes entre 2008 y 2017 de 56,4 mil millones anuales.
De manera similar, el stock de riqueza offshore saliente de algunos países de la Unión Europea supera los billones (Luxemburgo: $12,6 billones, que representan un 20185% de su PBI; Países Bajos, $10,1 billones, 1228% de su PBI): ello implica un alto riesgo de inestabilidad financiera, particularmente considerando que estos son flujos que tampoco pagan impuestos.
“Un nivel muy alto de dinero que sale del bloque, privando a los países de dinero que no es reinvertido ni es fiscalizado”, sostienen los investigadores, para quienes los riesgos asociados al acuerdo no están limitados a los países sudamericanos. “El riesgo de inestabilidad financiera es alto, particularmente considerando que son flujos que tampoco son fiscalizados. El acuerdo puede exacerbar el problema para las dos partes”, advierte.
En esencia, el propuesto acuerdo parecería ser muy similar al acuerdo entre la Unión Europea y la Comunidad Andina, en materia de bienes, servicios, servicios financieros y movimiento de capitales. Y el objetivo de las negociaciones será liberar y desregular los mecanismos de control convenientemente, no considerando en la negociación de los artículos muchos aspectos que posibilitarán la evasión y elusión tributaria y el lavado de dinero, por lo que los controles de capitales y los servicios financieros especulativos serían liberalizados.
Teniendo los países del Mercosur un stock de riqueza financiera offshore superior a los US$ 853,7 mil millones en 2017, y un promedio anual de flujos salientes entre 2008 y 2017 de $56,4 mil millones, el nivel de dinero que sale del bloque se ubica ya en un nivel muy alto, privando a los países de dinero que no es reinvertido y no paga impuestos.
Un estudio anterior de GUE/NGL ha reya había resaltado el mismo problema de aumento de flujos financieros ilícitos en tratados anteriores, como el tratado entre EU-Colombia de libre comercio, desregulación y flujos financieros ilícitos de 2012, el Acuerdo global que beneficia a los pocos, sobre el TLC entre México y la UE de 2017, y La inclusión de servicios financieros en los acuerdos de comercio y asociación de la UE, de los Servicios de Investigación del Parlamento Europeo a pedido del eurodiputado de GUE/NGL Helmut Scholz en 2016.
El estudio también brinda un análisis sobre las guaridas fiscales de la Unión Europea y del Mercosur. Es conveniente notar en este punto, que la declaración de la cumbre del G-20 de Buenos Aires incluye un párrafo sobre fiscalidad internacional en el que se destaca la necesidad de considerar medidas defensivas contra las jurisdicciones listadas.
Sin embargo, las guaridas fiscales hacia el interior de la Unión Europea no se encuentran en los listados europeos ya que no es posible aplicar medidas que discriminen entre un estado y otro hacia el interior del bloque; y no resulta evidente que dicha discriminación resultará posible en el marco de un TLC entre Mercosur y la UE.
Claudio della Croce. Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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