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El Kurdistán, obsesión del colonialismo francés, por Thierry Meyssan
- El presidente francés Francois Hollande y su ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian reciben en París una delegación kurda en presencia del “intelectual” Bernard-Henri Lévy, instigador de la desastrosa injerencia occidental en Túnez, Egipto y Libia.
- Con ayuda de los turcos, el general Henri Gouraud, Alto Comisionado francés en Levante, reclutó 900 hombres del clan kurdo de los Millis para reprimir la rebelión nacionalista árabe en Alepo y Raqqa, ciudades de la actual Siria. Aquellos mercenarios kurdos combatieron como gendarmes franceses bajo la bandera del mandato francés sobre Siria, la misma bandera utilizada hoy en día por el llamado “Ejército Sirio Libre”. (Telegrama del general Gouraud fechado el 5 de enero de 1921)
- Fuente: Archives de l’Armée de Terre française.
Según documentos hasta ahora no utilizados en la realización de estudios –documentos sobre los cuales el intelectual libanés Hassan Hamadé está escribiendo un libro sorprendente–, en 1936 el presidente del Consejo de Ministros de Francia, Leon Blum, negoció con el jefe de la Agencia Judía, Chaim Wiezmann, y con los británicos la creación de un Gran Estado de Israel, desde Palestina hasta el Éufrates, abarcando por tanto el Líbano y Siria, entonces bajo mandato francés. Aquel proyecto fracasó al encontrar la feroz oposición del Alto Comisionado francés en Levante, el conde Damien de Martel. Francia –y probablemente el Reino Unido– planeaban por entonces crear un Estado kurdo en Siria, al este del Éufrates.
- El presidente francés Francois Mitterrand recibe una delegación kurda de miembros del PKK turco, el 4 de febrero de 1994.
La cuestión kurda volvió a convertirse en prioridad para Francia bajo el mandato del presidente Francois Mitterrand. En plena guerra fría, la esposa del presidente, Danielle Mitterrand, se convirtió en la «madre de los kurdos» [del clan Barzani]. En octubre de 1989, la señora Danielle Mitterrand organizó en París, los días 14 y 15, un coloquio sobre el tema «Los kurdos: identidad cultural y respeto de los derechos humanos». Durante la guerra entre Irak e Irán, la esposa del presidente francés desempeñó un papel en la atribución falaciosa de la muerte de los kurdos de la aldea de Halabja a la crueldad del presidente iraquí Saddam Hussein cuando en realidad los informes del ejército de Estados Unidos demuestran que todo se debió a que el viento empujó inesperadamente hacia aquella aldea el gas –utilizado por los iraníes [1]. En 1992, la señora Mitterrand participó en la creación de un gobierno títere kurdo en la zona iraquí ocupada por los anglosajones.
- El 31 de octubre de 2014, el presidente francés Francois Hollande despide a Recep Tayyip Erdogan en la puerta de la presidencia de la República Francesa. Pero otro invitada acaba de salir por una puerta mucho más discreta, el dirigente kurdo proturco Salih Muslim.
- Después de la batalla de Kobane, el presidente francés Francois Hollande cambia de bando. El 8 de febrero de 2015, como expresión de respaldo a los kurdos, Hollande recibe en París una delegación proestadounidense de las YPG.
Turquía, en cambio, se niega a someterse a Washington. Se abre así una larga divergencia entre miembros de la OTAN. Considerando que el cambio de casaca de Francia constituye una violación del acuerdo secreto franco-turco del 31 de octubre de 2014, los servicios secretos de Turquía organizan –con la complicidad de los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh)– los atentados perpetrados contra Francia, el 13 de noviembre de 2015, y el 22 de marzo de 2016 contra Bélgica, país que acababa de alinearse tras la política de Washington [2]. El presidente Erdogan incluso anuncia sin ambages los atentados contra Bélgica, atentados que la prensa turca reivindica. Finalmente, el dirigente kurdo Salih Muslin impone un servicio militar obligatorio para los jóvenes kurdos y comienza a organizar su dictadura (Francia le había prometido la presidencia del nuevo «Kurdistán») mientras que el gobierno de Turquía emite contra él una orden de arresto.
- Decreto de “kurdización” forzosa del norte de Siria emitido por los grupos armados kurdos que operan en esos territorios. Este documento, revelado al mundo por los asirios –pobladores cristianos del norte de Siria– demuestra la existencia de una limpieza étnica emprendida por las llamadas “Fuerzas Democráticas Sirias” (FDS), respaldadas por las fuerzas militares de Estados Unidos ilegalmente presentes en suelo sirio.
El 17 de marzo de 2016, los líderes kurdos proclaman la autonomía de «Rojava» (el seudo Kurdistán sirio) [3]. Temiendo que las zonas reclamadas en Siria por el PKK [4] lleguen a conectarse territorialmente con el Kurdistán iraquí gobernado por el clan Barzani –lo cual abriría el camino a la creación de un «Gran Kurdistán»–, el gobierno de Irak envía armamento al PKK para que este derroque al clan Barzani. Se inicia entonces una serie de asesinatos de dirigentes kurdos perpetrados por clanes kurdos que luchan entre sí.
A finales de 2016, la retirada parcial de las fuerzas rusas, seguida de la liberación de la ciudad siria de Alepo por las tropas del gobierno sirio, dan inicio a un giro decisivo en el curso de la guerra. Esos hechos coinciden, en enero de 2017, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El programa electoral de Trump prevé poner fin a la estrategia Rumsfeld/Cebrowski, al apoyo que Estados Unidos aporta a los yihadistas y la retirada de las fuerzas militares estadounidenses presentes en Siria.
Francia facilita entonces el traslado a Siria de jóvenes anarquistas que lucharán junto a los grupos armados kurdos con la convicción de estar defendiendo el sueño de independencia del pueblo kurdo [5]. A su regreso de Siria, esos jóvenes anarquistas resultarán en Francia tan incontrolables como los yihadistas franceses. Según la DGSI (la inteligencia francesa para la seguridad interna) fue uno de esos anarquistas que había luchado en Siria junto a los kurdos quien trató de derribar un helicóptero de la Gendarmería francesa durante la realización de una operación de las fuerzas de orden público en Notre-Dame-des-Landes [6].
En junio de 2017, el presidente Trump autoriza una operación conjunta de las FDS –los mercenarios proestadounidenses– con las tropas del ejército gubernamental de la República Árabe Siria para expulsar a los yihadistas de la ciudad siria de Raqqa, convertida en capital de Daesh [7]. La guerra ha terminado, pero Francia y Alemania se niegan a aceptar su derrota.
Estados Unidos va perdiendo interés en las YPG-FDS, que se convierten así en juguete de Francia, exactamente igual que la Hermandad Musulmana, controlada por el Reino Unido.
- Mapa publicado por la agencia turca Anadolu en enero de 2019. Turquía revela así la ubicación geográfica de 9 bases secretas de Francia en suelo sirio. Ocho de esas bases fueron instaladas en secreto bajo el mandato del actual presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Por nuestra parte, la Red Voltaire puede revelar ahora que, ante una proposición de los servicios de inteligencia de Siria para que las autoridades francesas se hicieran cargo de los yihadistas franceses capturados por las tropas del gobierno sirio, Francia se negó a repatriarlos y a juzgarlos en suelo francés y se limitó a orientar que los yihadistas franceses debían ser entregados a los grupos armados kurdos, quienes “se ocuparían” de ellos.
En febrero de 2018, el embajador de la Federación Rusa en la ONU, Vassily Nebenzia, reveló que los kurdos de «Rojava» habían “amnistiado” 120 líderes de Daesh y los habían incorporado a las YPG.
A partir de septiembre de 2018, el presidente Trump prepara la retirada de las fuerzas militares estadounidenses ilegalmente presentes en suelo sirio [8].
La condición para que Estados Unidos abandone «Rojava» es que se corte la carretera iraní que podría conectar Irán con el Líbano a través de ese territorio sirio. En agosto de 2019, el presidente turco Erdogan acepta ese compromiso. Los militares estadounidenses supervisan entonces el desmantelamiento de las obras defensivas de los kurdos. El 16 de septiembre de 2019, Rusia, Turquía e Irán concluyen un acuerdo. A partir de ese momento, es inminente el fin del seudo Kurdistán proyectado en suelo sirio. Sin entender lo que sucede, Francia contempla –estupefacta e impotente– como las tropas turcas invaden el seudo Estado autónomo y la huida de la población allí instalada para ocuparlo ilegalmente.
- Totalmente desconectado de la realidad, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, aseguraba a la televisión francesa, en septiembre pasado, que Francia seguía persiguiendo sus objetivos en Siria.
La realidad es muy diferente a lo que declaraba Le Drian: no se sabe qué puede suceder con los yihadistas franceses que estaban bajo la custodia de los kurdos; tampoco se sabe qué pasará con los civiles recientemente instalados en las tierras robadas a sus pobladores originales; no hay noticias de los militares franceses que estaban en las 9 bases secretas que Francia había instalado en suelo sirio. Esos militares franceses están entre dos fuegos: el ejército de Turquía –país traicionado por Francia bajo el mandato de Francois Hollande– y los kurdos que, abandonados por el presidente Macron, han decidido ponerse –nuevamente– bajo la protección de Siria.
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